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Óscar Lopez irrumpe como posible candidato del PSOE para disputar a Ayuso la Comunidad de Madrid

El ministro para la Transformación Digital, Óscar López, interviene durante una sesión de control al Gobierno

Esther Palomera / José Enrique Monrosi

15 de noviembre de 2024 21:47 h

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Madrid es para el socialismo madrileño sinónimo de derrotas y de una sucesión de apuestas fallidas desde el tristemente célebre “Tamayazo”. Con la excepción, claro, de Ángel Gabilondo, que fue el único que rozó la presidencia de la Comunidad muchos años después de aquella operación de transfuguismo que evitó en 2003 el cambio de signo político en el gobierno regional. Fue en 2019, cuando el antes ministro de Educación se impuso en las urnas a una entonces desconocida e inexperta Isabel Díaz Ayuso, pero la suma de las tres derechas que entonces concurrieron a las elecciones –PP, Ciudadanos y Vox– lo apartaron de la Puerta del Sol. 

Cuatro años después, y tras una campaña diseñada personalmente por el gurú Iván Redondo, entonces jefe de gabinete de Pedro Sánchez, el PSOE obtenía también con Gabilondo su peor resultado histórico y perdía incluso el liderato de la izquierda al quedar por detrás de Más Madrid en número de votos. Los socialistas suman en total 29 años de oposición a los gobiernos de derechas de la Comunidad de Madrid que han presidido Alberto Ruíz Gallardón, Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes, Ángel Garrido, Pedro Rollán e Isabel Díaz Ayuso.

Juan Lobato fue el último en intentar, con escaso éxito, arrebatar la joya de la corona del PP en las elecciones de 2023. Y es ya un secreto a voces que en la dirección federal no están satisfechos con su labor de oposición a la reina de Sol, si bien aunque en Ferraz se dudó en principio sobre si impulsar un candidato alternativo a su liderato en el congreso regional que se celebrará el primer trimestre de 2025 o aguardar a dar la batalla en el momento de elegir el cartel electoral, hoy se da por hecho que habrá primarias. Varios nombres han salido ya a la palestra. Unos porque andan desde hace meses tomando la temperatura de las agrupaciones y hablando con los tótems del socialismo. Y otros porque, aun siendo solo producto de la especulación político-periodística, no hacen ascos por estar en las quinielas. 

Javier Ayala, el actual alcalde Fuenlabrada que ya se midió y fracasó frente a Lobato en el último congreso regional, ha sido uno de los nombres que más han sonado. Y, aunque hace meses, la opción no sonaba mal entre algunos dirigentes de Ferraz, hoy en la dirección federal no creen que sea tampoco la persona que pueda arrebatar el gobierno regional a la derecha. Eso por no hablar del coste que para una de las principales alcaldías del PSOE tendría perder unas primarias internas. 

El propio Lobato cree que si la de Ayala fuera la alternativa que le dispute el liderato, sus posibilidades para mantenerse en la secretaría general aumentarían. Y más si, la candidatura del alcalde de Fuenlabrada fuera apadrinada por la dirección federal. “Cualquiera que se presente hoy como víctima de una operación orgánica orquestada por el federal tiene gran parte de la campaña hecha. Y eso es algo  que Pedro Sánchez tiene, por experiencia propia, muy interiorizado”, aseguran fuentes de la federación madrileña en alusión al proceso interno en el que el hoy presidente del Gobierno se impuso a la candidatura de Susana Díaz que fue impulsada por una coalición de intereses de la dirigencia socialista. Tampoco es Fran Martín, actual delegado del Gobierno en Madrid, un nombre que despierte demasiado entusiasmo entre los cuadros dirigentes, a pesar de que hay quien le atribuye intenciones al respecto. Y lo mismo ocurre con otros supuestos aspirantes que han circulado por los cenáculos madrileños como el de la concejala Enma López, que tendrá puesto fijo en la nueva Ejecutiva que salga del Congreso de Sevilla –es probable que como portavoz–, pero de momento sólo eso porque, según se considera, aún le falta talla y volumen para liderar algo.

Si hay un nombre que ronda desde hace meses por la cabeza del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE es el del hoy ministro para la Transformación Digital y la Función Pública, Óscar López, según confirman fuentes de toda solvencia. Quien fuera jefe de gabinete de Sánchez hasta la última remodelación del Consejo de Ministros irrumpe así entre los posibles candidatos a la Comunidad de Madrid en las elecciones autonómicas de 2027, algo sobre lo que el aludido no ha querido comentar con este diario.

Quienes orbitan en el círculo más próximo al presidente del Gobierno también afirman que, hasta el momento, no hay nada decidido y que ese melón se abrirá cuando pase el Congreso Federal que se celebrará en Sevilla el último fin de semana de noviembre. De lo que sí dan fe es de que el nombre de López está entre las opciones que baraja Sánchez, que se ha asegurado de la militancia madrileña de su ministro, y también que el presidente quiere un hombre de partido y de perfil duro para confrontar con Ayuso en 2027.

Alumno aventajado de Rubalcaba

López, es junto a Óscar Puente, en este momento el ministro más político y mordiente de cuantos están en el Gobierno y quienes lo postulan consideran que es el que mejor puede dar respuesta a la provocación constante de una Ayuso que ha hecho de la confrontación con el Gobierno de España su única razón de ser y también de estar en política. Los que conocen bien al ministro para la Transformación Digital creen que López no podría negarse a una propuesta para hacer de antagonista a la presidenta madrileña  y que, seguramente, no encontrará “causa más noble a la que dedicar lo que le reste de vida política”.

Habiendo sido secretario de Organización del PSOE con Alfredo Pérez Rubalcaba, de quien lo aprendió casi todo, a Óscar López no le motiva demasiado la interna del partido, a la que Lobato ha dedicado gran parte de su tiempo desde que fue elegido líder del socialismo madrileño, por lo que no se descarta tampoco que haya una entente entre ambos. De hecho, en declaraciones a este diario hace poco más de dos meses, el propio Lobato dijo no tener inconveniente para echarse a un lado en el momento de elegir al candidato a la Comunidad de Madrid si el partido le presentaba como alternativa a un ministro de perfil “incontestable”. 

En el universo socialista hay quien cree que con López la batalla frente a Ayuso sería muy distinta a la que hoy lidera Lobato y que habría muchas más posibilidades de recuperar el terreno que la izquierda ha perdido por méritos propios en Madrid. También hay quien en la dirección opuesta recuerda que el ministro ya fue cabeza de cartel a la Junta de Castilla y León en 2011 frente al popular Juan Vicente Herrera y que el batacazo fue histórico. En su descargo, añaden que entonces fue víctima del llamado “efecto Zapatero” tras la gestión de la crisis económica de 2008. En todo caso, aquello puede sonar a historia muy lejana de la que hoy muy pocos se acuerdan y a una plaza para la que hubo que improvisar un relato sobre la vinculación emocional de López a Castilla y León dada su relación familiar con Riaza. 

Hoy, por cierto, y tras la crisis que enfrentó a Ferraz con el actual secretario general de la federación castellanoleonesa, Luis Tudanca, a cuenta del calendario de las primarias el nombre del alcalde de Soria, Carlos Martínez, es el mejor posicionado para ocupar el mismo cartel que lució López hace casi tres lustros. No hay mejor contrincante para arrebatar a Mañueco la Junta, aseguran sus más firmes partidarios,  que un alcalde socialista que acumula cuatro mayorías absolutas y cuenta con el beneplácito de gran parte de la federación.

Si Óscar López es un veterano, curtido en mil enfrentamientos con el PP, estratega de varias campañas electorales, y uno de los protagonistas de la historia reciente del PSOE, Carlos Martínez es un referente indiscutible del municipalismo en el PSOE que luce una acreditada hoja de servicios en las urnas.

Sobre el resto de territorios, habrá tiempo tras el congreso federal, de ir desgranando los planes y los cambios que se pueden dar en los actuales liderazgos territoriales porque habrá más. Continuará...

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