Habla Óscar Puente. La estrella parlamentaria de la semana. El diputado que, en lugar de Pedro Sánchez, dio la réplica a Alberto Núñez Feijóo en su investidura fake. El hombre que con su alegato en contra hizo que la bancada popular hiperventilara durante 30 minutos y la de los socialistas vibrara como hacía tiempo que no hacía. Sin pelos en la lengua, fue actor antes que jurista y de dedicarse a la política, pero niega que el martes en el hemiciclo del Congreso interpretara papel alguno. Sólo el de “socialista de convicción y de corazón” y de alguien “vehemente, sincero, honesto, pero que va a cara descubierta y dice siempre lo que siente”. En política no es poco.
El exalcalde de Valladolid ya dejó la portavocía del PSOE hace años, no porque Sánchez le apartase, como se dice y se escribe –un bulo más de tantos–, sino porque no estaba por la labor de poner la cara y la voz a estrategias comunicativas que no compartía. Por ejemplo, la de mentir o no responder las preguntas de los periodistas, como pretendía la entonces directora de Comunicación del PSOE. Por eso y por otros avatares que no vienen ahora al caso, ella vigila ahora los caballos del Hipódromo de la Zarzuela y Puente ha vuelto a la primera línea. Y, como suele, no deja pregunta sin respuesta. Ni sobre el PP, ni sobre la amnistía, ni sobre el independentismo. “La amnistía es una medida de gracia también en la que dos partes deciden poner punto y final a una situación. No supone borrar ningún delito, simplemente supone mirar hacia adelante y abrir una vía de nuevo entendimiento”, asegura, para quienes tienen dudas. “Que tenga todo el mundo tranquilidad. En el PSOE sabemos a dónde vamos y estamos unidos en torno a esa dirección”, añade.
Lean, lean, porque es Óscar Puente y a nadie deja indiferente. Seguro que tampoco a los independentistas, a quienes advierte: “Confío en que no nos veamos obligados a una nueva repetición electoral. En todo caso, si la hubiere, serán responsables de ella quienes, sabiendo que no pueden pedir una determinada cosa, fuerzan la máquina hasta el punto de solicitarla sabiendo que el otro no la puede entregar”. La entrevista tiene lugar el viernes, en el Congreso, poco después que un hombre acosara a Puente en su tren de Valladolid a Madrid y justo antes de la votación definitiva que tumbó la investidura de Feijóo.
¿Qué pasó este viernes en el AVE Valladolid para que Renfe tuviera que retrasar la salida del tren durante 45 minutos?
Pues un viajero que me esperaba a la entrada del vagón, me ha increpado y me ha apechugado. Me impedía pasar al asiento y me he visto obligado a llamar a la Policía. Ese es el resumen.
¿Le ocurre esto con frecuencia?
Nunca me ha ocurrido esto. Alguna vez me han insultado, obviamente. Y sí he tenido algún insulto, pero como lo de este viernes no me había ocurrido nunca.
¿Y a qué lo atribuye? ¿Al exceso de volumen de la política o a su impetuosa personalidad?
No quiero atribuirlo a nadie ni a nada. La responsabilidad de las cosas es de las personas que las cometen. Lo que sí es evidente es que en este país, y sucede periódicamente, cuando la derecha no está en el poder tensa la situación hasta límites insospechados. En esta ocasión, de forma muy virulenta. Tenemos que ver cómo al presidente del Gobierno le someten a una especie de tortura todos los 12 de octubre, la fiesta nacional en la que los patriotas despliegan todos sus encantos. Y por este camino es evidente que no vamos bien. Ahora, el responsable del comportamiento es el que lo protagoniza.
¿Y quién y cómo puede parar esto para que esta escalada no vaya a más?
No lo sé. Creo que tampoco es una cuestión solo de España. Estamos viendo cómo la extrema derecha y el 'trumpismo' se contagian no solo en Estados Unidos, sino en el resto de Europa. Y esto en la historia ya está escrito: lo que supone y lo que sucede. ¿Quién puede pararlo? Pues espero que los ciudadanos sean capaces de frenar este tipo de comportamientos y actitudes.
Nadie dijo que la política no tuviera nada que ver con el teatro. Usted, que fue actor antes que parlamentario, ¿podría decirme qué papel interpretó el otro día en la réplica a Alberto Núñez Feijóo?
El teatro lo dejé hace 24 años. Me subí a un escenario la última vez con 31 años, para hacer un monólogo de Goethe con una partitura de Beethoven y con una orquesta sinfónica detrás. Y ahí se acabó mi etapa teatral. Ahora solamente represento un papel que es el mío, mi papel, el de socialista de convicción y de corazón. Vehemente, sincero, honesto y que va a cara descubierta, a pecho descubierto y dice lo que siente.
¿Necesitaba Pedro Sánchez un escudo para no hablar de amnistía en la réplica al aspirante fallido a la Presidencia del Gobierno?
Lo que necesitaba el PSOE, no Pedro Sánchez, era un portavoz que explicitara el simulacro de investidura que hemos vivido. Ha sido un simulacro y había que hacerlo claramente explícito.
Usted tampoco mencionó la palabra amnistía, a pesar de que Feijóo dedicó gran parte de su intervención a este asunto. ¿Hay consignas en el PSOE para que la amnistía sea la versión 2023 del “este señor que usted menciona” que decía Rajoy para no decir Bárcenas?
Lo que pasa es que hay unos tiempos para las cosas. El señor Feijóo habló de la amnistía porque era de lo que le interesaba hablar para no hacerlo de su falta de proyecto para este país, que es de lo que tenía que haber hablado. Él era el candidato a presidente del Gobierno, no el señor Sánchez. Y por lo que todos sabemos, parece ser que la amnistía no entra dentro de sus planes. Nos parece muy bien, pero nosotros teníamos que hablar de lo que estaba en ese momento en juego, que era si el señor Feijóo merecía ser investido presidente y por qué sí o por qué no.
Y la amnistía sí entra dentro de los planes del PSOE…
Vamos a ver, el PSOE no se esconde y ya ha dejado claro que está dispuesto a emprender un camino en el que se desjudicialice el problema que hay en Catalunya y que todavía sigue vigente. En fin, no sé si tenemos que hacer una declaración absolutamente explícita. En todo caso, el presidente del Gobierno lo ha dicho muy claro: a partir de que el señor Feijóo termine ya esta pantomima, empezaremos nosotros a explicar a qué estamos dispuestos y a dónde podemos llegar.
Para que la gente lo entienda, conviene ser explícito, sí.
Lo haremos, estoy seguro.
¿La desjudicialización completa del problema en Catalunya es sinónimo de amnistía?
Puede serlo. Puede ser una de las alternativas. Sí, claro.
Cómo jurista, ¿tiene alguna duda sobre la constitucionalidad de una amnistía?
En la Constitución cabe lo que el Tribunal Constitucional (TC) dice que cabe, no lo que dice nadie en una tertulia o en un bar, por muy respetable que sea. Lo constitucional en este país, lo decide el TC y eso es lo constitucionalista.
¿El indulto perdona la pena y la amnistía borra el delito?
El indulto es una medida que se otorga una vez que se ha producido un juicio y ha habido una condena. La amnistía es una medida de gracia también en la que dos partes deciden poner punto y final a una situación. No supone borrar ningún delito, simplemente supone mirar hacia adelante y abrir una vía de nuevo entendimiento.
El presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno, llamó este jueves nuevamente a la rebelión a los diputados del PSOE. Puede que no haya parlamentarios de su partido que tengan un solo motivo para investir a Feijóo, ¿pero cree que puede haber alguien de su partido que no vote la investidura de Sánchez cuando conozca el acuerdo con los de Puigdemont?
El PSOE está muy unido en torno a su liderazgo porque el de Pedro Sánchez, como dije el otro día, representa el sentir de los militantes. Ese es el que tenemos nosotros siempre presente cuando tomamos decisiones. No nos desviamos de lo que creemos que es el sentir de los militantes. Por tanto, que tenga todo el mundo tranquilidad. En el PSOE sabemos a dónde vamos y estamos unidos en torno a esa dirección.
Cuando usted decía el otro día desde la tribuna del Congreso que el PSOE no es propiedad de sus dirigentes, ni de los del pasado ni de los del presente, entiendo que está a favor de que cualquier acuerdo alcanzado por Sánchez con Puigdemont se someta a consulta de los militantes.
Yo estoy de acuerdo con que se cumplan los estatutos de mi partido y si estos dicen que hay que hacer esa consulta, se hará. Que no tenga nadie ninguna duda.
El referéndum sí es una línea roja para el PSOE. ¿Qué hay que leer exactamente en el comunicado conjunto de PSOE y PSC del jueves con el que respondieron a la resolución del Parlament aprobada por los independentistas en la que se pide avanzar en una consulta?
En su tenor literal es muy claro. El PSOE está dispuesto a soluciones de entendimiento, no de ruptura ni de división. Esto lo saben muy bien. Por otro lado, creo que es muy evidente que cuando al otro se le pide lo que sabe que no puede dar, pues en el fondo lo que no se busca es un acuerdo. Espero que si realmente buscan un acuerdo, porque la opción existe, pidan aquello que saben que nosotros sí podemos dar. Y el referéndum, desde luego, no está entre esas cosas.
¿Estamos más cerca hoy de investir a Pedro Sánchez o de una repetición electoral?
No lo sé. Estoy acostumbrado, porque también lo he vivido en mis propias carnes, a que en los momentos previos a la conformación de un gobierno de coalición, se producen tiras y aflojas. Se producen declaraciones que a veces aparentan una ruptura y al final acaba llegándose a un acuerdo. Espero y confío que al final suceda esto último, que no nos veamos obligados a una nueva repetición electoral. En todo caso, si la hubiere, serán responsables de ella quienes, sabiendo que no pueden pedir una determinada cosa, fuerzan la máquina hasta el punto de solicitarla sabiendo que el otro no la puede entregar.
¿El independentismo está forzando la máquina?
Desde luego, sí. Y lo ha dicho el PSC muy claramente. Si esa es la opción, no se podrá avanzar.
Volviendo a su intervención del otro día, le han llamado macarra, bronco, Luca Brasi, que fue el sicario de Vito Corleone, profesional del fango, filibustero, chulo de barrio… ¿Reconoce, al menos, que cuando dijo que Feijóo representaba a la Galicia de 'Fariña' se excedió?
No dije eso. Dije que pertenecía al PP de Galicia, esa gran familia retratada en 'Fariña'. Cualquiera que haya leído 'Fariña' sabe que medio libro se lo dedica al Partido Popular de Galicia. En fin, no dije ninguna mentira. El propio Feijóo está en el libro.
El secretario general del PSM exigió esta semana a un concejal del Ayuntamiento de Madrid que entregara el acta tras tocarle la cara al alcalde tres veces en tono amenazante. Juan Lobato dice que el PSOE es respeto y educación siempre, y que fuera de eso ni se construye ni se avanza. ¿Está de acuerdo?
Absolutamente. Esas actitudes en el PSOE no caben. Donde sí caben es en el PP. Esas actitudes en el PSOE se castigan con la puerta de salida que se le enseñó al señor concejal en menos de una hora desde que los hechos acontecieron. En el PP alguien intentó no tocar la carita sino rompérsela a un socialista [en alusión al intento de agresión de Rafael Hernando a Alfredo Pérez Rubalcaba, en 2005]. Y no lo consiguió porque le sujetaron, ¿se acuerda? El señor Hernando ha sido secretario tercero de la Mesa del Senado, fue portavoz del PP en el Congreso y sigue sentado en un escaño. Es evidente que donde esas actitudes no tienen cabida es en el PSOE.
¿Por qué cree que el silencio de Sánchez en el debate de investidura de Feijóo no fue una falta de respeto a la institución parlamentaria?
Lo he dicho desde la tribuna. La falta de respeto parte del candidato, es decir, el candidato sale de esta investidura, al parecer investido como líder de la oposición. Nosotros creíamos que ya lo era, pero no, ha necesitado involucrar a la Corona y al Parlamento y quería también involucrar al presidente del Gobierno en su simulacro para ser investido jefe de la oposición. Y eso es a lo que el presidente del Gobierno no se ha prestado. Es decir, en su farsa el señor Feijóo utilizó incluso al rey para desarrollarla porque le mintió, obviamente. Si él sabía que no iba a ser investido, que no tenía los apoyos y que incluso teniéndolos iba a renunciar a ellos, lo lógico es que hubiera sido honesto con el rey y le hubiera dicho: “No me proponga usted, majestad”. Al Parlamento no le quedó más remedio que entrar en su juego. Pero el presidente del Gobierno podía evitarlo y lo evitó.
¿En qué situación queda el actual portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, después de que le haya sustituido en sus funciones?
Queda en la misma situación en la que estaba: absolutamente intacto. Yo no voy a sustituir al señor Patxi López, eso ya se lo digo. Ni lo pretendo ni lo voy a sustituir. El Grupo Socialista tiene un magnífico portavoz, bastante mejor que yo. Lo que pasa es que para esta ocasión puntual se entendió que yo era la mejor voz porque sobre todo era la que podía sujetarle el espejo al señor Feijóo durante 30 minutos, que es fundamentalmente a lo que me limité el otro día. Entiendo que la imagen que el señor Feijóo y el PP vieron reflejada en el espejo no les gustase. Pero la negación que nos pasa a muchos cuando nos miramos al espejo y no nos vemos todo lo guapos que nos gustaría es una fase que hay que superar cuanto antes. Hay que admitir lo que uno es y aceptarlo. Asumirlo o intentar recomponer la figura.
Portavoz parlamentario dice que no va a ser, ¿se ve sentado en la mesa del próximo Consejo de Ministros?
Esa es una decisión que solo está en la cabeza del futuro presidente. No, yo no hago ni cábalas, ni especulaciones, ni tengo ninguna expectativa. Soy una pieza más de un engranaje muy importante que tiene casi 150 años y seré leal con ese engranaje, esté donde esté.
¿Ve a Feijóo saliendo de la calle Génova de la misma manera que salió Pablo Casado hace año y medio?
Desde luego no sería una sorpresa. Supongo que si sale lo hará de una manera menos cruenta, pero desde luego la posibilidad de que salga está mucho más cerca que de que sea presidente del Gobierno.
De momento, con sus guiños a Vox, lo que sí que ha conseguido es contentar al sector más ultra del partido, al que se nutre de la doctrina de FAES. ¿No cree que eso le garantiza ya cierta permanencia?
Puede ser. Yo creo que es así a la vista de que todos los que rodean en el ecosistema del PP se han centrado en subrayar que la figura de Feijóo como líder de la oposición y azote de Sánchez se refuerza. Es posible que todo ese conglomerado, la maquinaria a la que yo me refería en mi discurso, esté satisfecho con la actuación del señor Feijóo. Lo que sí creo es que por ese camino no llegará a presidente del Gobierno.
¿La Constitución es sagrada o después de 45 años se puede revisar en algunos de sus aspectos?
La Constitución es sagrada mientras estén en vigor todos y cada uno de sus artículos. Lo que no quiere decir que no sea un texto como todos, revisable, modificable. Pero mientras eso no suceda, la Constitución es la Constitución y hay que respetarla.
¿Se le ocurre alguna forma de renovar el Consejo General del Poder Judicial cuando haya un nuevo gobierno ya en plenas facultades?
Solo hay dos vías: o el PP entra en razón y respeta la Constitución o habrá que modificar la ley orgánica a la que se remite la Constitución para hacer la renovación.
¿Está a favor de modificar las mayorías que hoy se requieren para esa renovación?
Estaría más a favor de un PP sensato. Pero bueno, si eso no pudiera ser lo que un país no puede es estar sometido a un partido que quiere secuestrar nada más y nada menos que al Consejo General del Poder Judicial.
¿Habrá un ejecutivo progresista tan pronto como ha dicho el presidente del Gobierno ?
Ojalá tuviera la respuesta. Hay una cosa en la que no estoy, que es en los intríngulis de las negociaciones. No sé cómo van. Percibo optimismo, pero no sé más. No tengo más datos.
¿Y sobre la posible configuración del Gobierno? ¿Cree, por ejemplo, que Irene Montero está en buena disposición para seguir de ministra, más allá de la falta de voluntad de Yolanda Díaz, que denuncia Podemos?
No me corresponde opinar sobre quién debe seguir o no en el Consejo de Ministros. Sería una osadía por mi parte.
Se lo pregunto de otra manera ¿Es partidario de que el PSOE recupere para sí las políticas de igualdad?
Esa es una decisión que no me corresponde a mí tomar. Creo que el partido está perfectamente capacitado, cómo no, para asumir la agenda de la política de igualdad.
¿Sería partidario de que así fuera? Usted tiene opinión para todo.
Mi opinión, que la tengo, permítame que se la traslade directamente al presidente del Gobierno si me la pide.
¿Cree que su segunda réplica a Feijóo en el Pleno, previa a la votación de la segunda vuelta de la investidura, ha sido menos dura que la del martes?
No lo sé. Ustedes juzgarán. Fíjese que no pensaba que hubiera sido tan duro. Sinceramente creo que el otro día me limité, como digo, a sujetar el espejo al PP y al señor Feijóo.
¿Quiénes le felicitaron y quiénes no?
Si se refiere a mi partido, llevar la cuenta de quiénes me felicitaron es prácticamente imposible. Del uno al otro confín. Yo creo que el chute de energía positiva para la gente del PSOE de dentro y de fuera del partido, incluso, hablo ya de votantes de izquierdas de otros partidos, ha supuesto una especie de ¡basta ya! de aguantar a pie quieto tanta mentira, tanta descalificación, tanta estrategia de bulo, de la insidia. Creo que hacía falta poner pie en pared y de una vez por todas colocarle al PP el espejo para que se viera.
¿Ese ¡basta ya! iba dirigido también a algunos ex dirigentes del PSOE que se han pronunciado de forma contundente en contra de la amnistía?
Había un mensaje en muchas direcciones y una podía ser esa también, claro. Fue muy claro también el mensaje.
Claridad no parece que le vaya a faltar a Óscar Puente dure lo que dure esta legislatura…
Creo que no soy una persona ni mucho menos faltona. Desde luego, desde las tribunas del parlamento y del ayuntamiento de Valladolid siempre he sido una persona contundente, pero respetuosa. Pero eso sí se me entiende muy bien porque hablo muy clarito.
Pues mucha suerte y muchas gracias.
Muchas gracias, Esther.
Entrevista completa a Óscar Puente
Vídeo: Nando Ochando