El presidente dimisionario del PP, Pablo Casado, ha lamentado este martes en su último discurso interno antes del congreso extraordinario de su sucesión el trato que ha recibido por sus compañeros de partido en las últimas dos semanas, y ha defendido, sin citar nombres concretos, que fueron sus “principios” los que le llevaron a preguntar en privado por la información anónima que recibió sobre los pagos al hermano de Isabel Díaz Ayuso. Casado ha dicho que optó “por lo difícil” frente a “lo cómodo”, que lo hizo para “recuperar la confianza de la ciudadanía” en el partido y que no merece “ni merecería nadie”, la reacción en su contra. Aún así, ha reclamado “unidad” y ha señalado a Alberto Núñez Feijóo como su relevo.
El discurso de Casado era muy esperado por ser la primera oportunidad en la que el aún líder del PP hablaría de los hechos ocurridos en las últimas semanas y que le llevaron, en la madrugada del miércoles al jueves de la semana pasada, a pactar su dimisión en diferido con sus barones autonómicos. Tan esperado era, y tan peligrosas las interpretaciones que se puedan hacer que en un primer momento la nueva dirección del partido optó por no ofrecer la alocución en abierto. Esta mañana, ante el ruido generado, optaron por ofrecerlo en abierto, como es habitual.
Casado ha reconocido que el proyecto que inició en 2018 queda “inacabado”, aunque ha defendido su gestión al frente del PP en estos tres años y medio largos. “Fui elegido en una situación compleja, con el partido conmocionado después de la moción de censura, el espacio del centro derecha fracturado y terceros en las encuestas”, ha asegurado. Casi de forma inmediata, ha recordado, el PP logró gobernar por primera vez la Junta de Andalucía, se “evitó el sorpasso” en las elecciones generales de abril de 2019 y, en la repetición, se produjo lo que ha calificado de “absorción” del “rival electoral”, en referencia a Ciudadanos.
Defensa de sí mismo
“No hemos tenido ni un trimestre de tranquilidad”, se ha lamentado antes de iniciar una defensa de sí mismo que ha arrancado con un recordatorio a los presentes: “A la mayoría de los que estáis en esta Junta Directiva os propuse como candidatos a distintas responsabilidades”.
Casado ha dedicado una parte de su no muy largo discurso a reivindicar de forma concreta la actuación interna que le ha llevado a ser empujado por su propio partido a dimitir. “Me he guiado en todo momento por los principios que propuse cuando me elegisteis presidente: la defensa de la libertad, de la unidad de España, del Estado de derecho, de la familia, y de la ejemplaridad pública”, ha iniciado. “No concibo la política sin la ética de la responsabilidad”, ha añadido, para hacer hincapié en “la regeneración para recuperar la confianza de la sociedad” en el PP. “Creo que siempre hay que anteponer la opción difícil a la cómoda y nuestros principios no sirven de nada si no nos atenemos a ellos en los momentos más complejos”, ha concluido.
El todavía presidente del PP ha dicho lamentar “todo lo que haya hecho mal y la situación que han sufrido durante esta semana nuestros militantes y votantes”. “Y también siento, tengo que decirlo, la reacción que he tenido que sufrir, que es inédita en nuestra historia democrática, y creo sinceramente que no merezco ni merecería ninguno de vosotros”, ha zanjado. Fue, al final, el enfrentamiento total con su ya examiga Isabel Díaz Ayuso lo que ha propiciado su final. El partido la ha elegido a ella.
Unidad en torno a Feijóo
Pero Casado no quiere pasar a la historia como el presidente que dinamitó el PP. De hecho, se ha mostrado agradecido por pasar a esa historia al lado de personas como Manuel Fraga, José María Aznar o Mariano Rajoy. “Siempre he antepuesto los intereses del partido a los míos, y he intentado trabajar de forma seria, leal y constructiva”, ha dicho.
“Siempre he hecho y haré lo mejor para el partido y para España, y ahora os pido que logremos un proyecto de unidad con el que salgamos fortalecidos y que no dediquemos ni un minuto más a hablar de nosotros sino de lo que necesitan urgentemente los españoles”, ha asegurado.
Sin citarlo expresamente como sucesor, Casado solo ha mencionado por su nombre y apellidos a una persona. Alberto Núñez Feijóo. Hace una semana ya dejó por escrito que apoyará al presidente de la Xunta como su sucesor. Hoy ha defendido la gestión de los que ha llamado “gobiernos de la libertad”. “Su gran labor y la del resto de presidentes, alcaldes y concejales me hace sentir muy orgulloso”, ha dicho, para añadir: “Muy en especial la de Alberto Núñez Feijoo que siempre me ha brindado su lealtad y amistad, las mismas que él recibirá de mí para lo que decida hacer en un futuro”.
Tras sus palabras, un aplauso de varios minutos en el que los presentes, más de 400 cargos del PP, han estado reticentes a ponerse en pie, aunque finalmente lo han hecho. Ya a puerta cerrada, los principales dirigentes del partido han podido tomar la palabra para ofrecer su opinión. Una de las primeras en hacerlo ha sido la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.