Pablo Casado reclama su derecho a una segunda oportunidad y su partido está dispuesto a dársela, aplazando la exigencia de responsabilidades hasta después de las elecciones de mayo. El equipo del líder del PP recuerda que ni Aznar ni Rajoy ganaron a la primera: “Pablo solo se ha presentado una vez”, ha asegurado el número dos del partido, Teodoro García Egea, en su explicación de los resultados al día siguiente del batacazo.
Dirigentes de la formación califican como “dramático” el estado en el que han quedado tras el domingo. El PP ha caído de 137 a 66 escaños y se ha dejado casi cuatro millones de votos. Casado ha convocado para este martes a su Comité Ejecutivo Nacional. Ante ese órgano, el líder del PP analizará las causas de la derrota y la estrategia para la campaña electoral de municipales y autonómicas que empieza en cuestión de días.
De camino a esa cita, uno de los cabezas de lista de Rajoy conversa con eldiario.es por teléfono: “Nos hemos equivocado al vender el apocalipsis para competir con Vox, en vez de ofrecer ilusión. El PP tiene que vender mensajes en positivo e ilusionar al votantes. No lo hemos hecho”. De puertas adentro, el PP empieza a criticar algunos planteamientos de campaña, como el que lideró Cayetana Álvarez de Toledo en Catalunya, entregada a una carrera por ver quién ofrecía la respuesta más radical frente a las posturas independentistas. El partido ha pasado en esa comunidad autónoma de seis a un escaño.
Pese al malestar interno, nadie pide la dimisión del líder tras el fracaso electoral: “Pablo no se puede ir. El PP no se puede enfrentar ahora a otra refundación y a otro congreso extraordinario. Estamos a menos de un mes de otras elecciones”, asegura un dirigente de la formación.
Sin apenas capacidad de actuación y todavía en estado de shock, la dirección del PP estudia ahora cómo remontar en las elecciones de mayo. Casado se juega el reparto de poder sobre el territorio y de esas elecciones dependerá su futuro. Esa será su segunda oportunidad.
Génova quiere ver cuáles son los próximos movimientos de Sánchez para situarse en la oposición. La posibilidad de un acuerdo del PSOE con Ciudadanos genera opiniones encontradas en la cúpula del PP. Mientras algunos consideran que esa opción sería “lo ideal”, otros creen que Albert Rivera acabaría consiguiendo vender la idea de que su participación en el Gobierno “llevará coherencia a Moncloa”.
La dirección de la formación política tiene mucha tarea por delante. Lo primero, decidir qué hacen con Vox y cuál es el menaje que a partir de ahora usan para referirse a una formación de extrema derecha, con la que hasta hace unos días estaban dispuestos a compartir Gobierno.
Mientras algunos dirigentes recomiendan “no hacer ni puñetero caso” al partido de Abascal, la dirección del PP sigue revindicando acuerdos con esta formación de extrema derecha como el que permitió desbancar al PSOE del poder en Andalucía. Este mismo martes, Teodoro García Egea, número dos del PP, aseguraba en rueda de prensa que el pacto a tres en esa comunidad “ha conseguido mejorar la vida de la gente”.
El equipo de Casado mantiene su confianza en que su implantación en comunidades autónomas y ayuntamientos les permita recuperarse del golpe. “Vox apenas tiene implantación, y a Ciudadanos aún le falta mucho”, aseguran en Génova. Mientras, los dirigentes de Vox siguen usando la denominación de “derechita cobarde” cada vez que se refieren al Partido Popular.