1 de noviembre de 2015. El ahora diputado de Unidos Podemos por Córdoba, Manolo Monereo, y el doctor en Derecho e inspector de Trabajo y Seguridad Social Héctor Illueca firman en Cuartopoder un artículo titulado La Trama. En él, sostienen: “Podemos ha popularizado el término casta. Es parte de la verdad, pero no es toda la verdad. Tiene tres problemas graves esa formulación. El primero, que oculta el enorme poder que tienen hoy los grupos económicos dominantes; los políticos son casta en la medida en que cada vez son más subalternos a los poderes del capital. El segundo, la corrupción es el sistema: los que no se presentan a las elecciones mandan por y a través de la corrupción; el problema está en los corruptores y no solo en los corruptos. Tercero, el poner solo la atención en los ”políticos“ sitúa los problemas en los procedimientos y no en los contenidos de la democracia, lo que puede favorecer y favorece una visión transformista 'a lo Renzi”.
Monereo e Illueca prosiguen a continuación con la defensa de un concepto alternativo al de casta, la trama: “Sería bueno, no será fácil, popularizar el término trama, la trama. Con esto (en Bolivia se habló antes de 1952 de la rosca) se quiere señalar que existe un mecanismo único que organiza una matriz de poder (para hablar con rigor) entre el capitalismo monopolista-financiero, los poderes mediáticos y una clase bipartidista corrupta y dependiente del capital. Insistimos, este bloque de poder acepta el modelo de acumulación capitalista que han diseñado los poderes económicos europeos y garantiza el Estado alemán. Ellos aceptan ser una burguesía subalterna, parasitaria, rentista, en definitiva, capataces de un capitalismo al servicio de los países ricos del núcleo”.
28 de febrero de 2017. Dos semanas después de su victoria en Vistalegre 2, el secretario general de Podemos participa en la presentación del libro Ibex 35 (Capitán Swing), de Rubén Juste, acompañado por el actor Alberto San Juan y el director de CTXT, Miguel Mora. En el acto, en el Teatro del Barrio, Iglesias abunda en la idea de “trama”, esbozada 24 horas antes en un post de Facebook: “Dice Enric Juliana que los nombres definen las épocas. La época que vivimos está marcada por la descomposición de una trama de intereses oligárquicos que trata de resistir los cambios y lucha por mantenerse en el poder. Trama bien podría ser la palabra que sirva para entender cómo corrupción e impunidad son significantes asociados a un modelo de desarrollo económico y de gobernanza que ha fracasado”.
De acuerdo con Iglesias, “la trama ha sido capaz de transformarse para seguir mandando y reconfigurar el mando pero nunca, ni siquiera hace cuarenta años, se vio tan amenazada como ahora. La irrupción de Podemos y sus aliados y la cuestión nacional catalana han removido buena parte de las bases institucionales sobre las que la trama creció y se desarrolló. La crisis de la Unión Europea y la situación internacional producen hoy una incertidumbre que incomoda a los viejos dueños del poder. La idea de ”trama“ viene de esa añoranza de una palabra que señalaba Juliana y me la ha dado el libro de Rubén Juste”.
La idea de trama, como ocurría cuando se hablaba de la casta; de los “patriotas con banderas de España en la muñeca y el dinero en Suiza”; o “lo sinvergüenzas o chapuzas que son los de arriba” cumple con dos requisitos: es un significante susceptible de llenarse por cada uno –empresarios, políticos, estamentos diversos...– y, al tiempo, puede ir acompañado de nombres y apellidos, de señalamiento de responsables.
“Eso es lo que tenemos que hacer y lo que tenemos que intensificar”, explicaba Iglesias en una entrevista en eldiario.es: “Que la actividad parlamentaria esté vinculada a una actividad de relación permanente con la sociedad civil. Cuando nosotros señalamos a Isidro Fainé como máximo responsable de Gas Natural, pedimos su comparecencia parlamentaria y obligamos a que se retraten PP, PSOE y Ciudadanos al bloquearla, y al tiempo organizamos concentraciones en todo el país estamos haciendo una actividad parlamentaria distinta, que es la que necesita España. Cuando nosotros, al tiempo que nos manifestamos frente a la CNMC nos reunimos con ellos, exigimos la comparecencia parlamentaria y hacemos propuestas de cambio en el modelo energético y proponemos bajar el IVA, auditar los costes de generación, recuperar los sectores hidroeléctricos cuando termine la concesión, gravar a las nucleares o terminar con el impuesto al sol, estamos demostrando una manera de hacer oposición que hace de Unidos Podemos un instrumento parlamentario de la sociedad civil. Estamos preparados para gobernar porque seguimos pensando que la inteligencia colectiva que produce la sociedad civil opera”.
Y añadía: “Hacemos política en el Parlamento, hacemos política con la sociedad civil, ayudamos a que haya un nivel de concienciación permanente y situamos en el foco mediático temas que antes no estaban y obligamos a posicionarse al resto de actores”.
En este sentido, Iglesias matiene, así, viva la hipótesis populista en la línea que explicaba en eldiario.es: “Lo fundamental para entender a Laclau es que lo político se identifica con el antagonismo, y que por lo tanto se puede identificar lo político con lo que él llama populismo. Lo político como construcción del antagonismo que se entiende en oposición a la política como gestión, como institución. Para Laclau, la construcción de lo político es eso: construir de alguna manera a partir de esas demandas inconexas que se vinculan como cadena equivalencial al significante flotante, que es el líder, un discurso. Y por eso es fácil entender el fenómeno Podemos: en un momento de crisis orgánica, de profunda desafección, Podemos construye el significante vacío y la agregación de demandas que conecta con un nuevo sentido común. De repente hay un instrumento electoral”.
“No perdamos la perspectiva de que es ese afuera el terreno de batalla política fundamental”, argumentaba, “y no nos creamos que estamos gobernando. No nos creamos que por presentar una PNL que te vota el PSOE eres gobierno, porque no eres gobierno, sigues estando en el plano de la impugnación. No engañemos a la gente. Ahora nos toca el trabajo de hormiguita, el trabajo ideológico que se hace en las entrañas de la sociedad civil, y que se hace con militantes, no con portavoces en los medios de comunicación. Lo maravilloso del Podemos máquina electoral es que es como una guerra en la que sólo combatieran cinco, buenos y buenas portavoces para las televisiones y tengas una máquina de comunicación para las redes sociales”.
¿Hará fortuna la idea de trama como concepto para definir la época que estamos viviendo? ¿Prenderá? ¿Se popularizará? Ocurra o no, le sirve a Iglesias para explicar “cómo corrupción e impunidad son significantes asociados a un modelo de desarrollo económico y de gobernanza que ha fracasado”.