Pablo Iglesias cesa a Sergio Pascual como secretario de Organización de Podemos

Podemos ha destituido a Sergio Pascual como secretario de Organización del Consejo de Coordinación por su “gestión deficiente” tras las dimisiones en Madrid o las crisis abiertas en Euskadi, Galicia o La Rioja. Y también tras las filtraciones de informes internos sobre Pablo Iglesias de preparación para el debate en Salvados (La Sexta) entre el secretario general de Podemos y Albert Rivera, presidente de Ciudadanos.

Pascual es considerado internamente afín al número dos, Íñigo Errejón.

En un comunicado, la formación de Pablo Iglesias anuncia el cese del número tres del partido que, no obstante, mantendrá la condición de diputado de la formación.

“Los últimos acontecimientos dan muestra de una gestión deficiente cuyas consecuencias han dañado gravemente a Podemos en un momento tan delicado como es el proceso de negociaciones para conformar un Gobierno del cambio”, ha explicado la formación de Iglesias: “Sergio Pascual queda relevado de sus funciones en este cargo, si bien mantendrá sus atribuciones como diputado”.

“Hasta que tenga lugar el nombramiento del nuevo secretario de Organización por parte del Consejo Ciudadano Estatal, las competencias serán asumidas por la secretaría general”, afirma el comunicado.

Sergio Pascual ha reaccionado con un tuit retuiteado por Errejón:

Iglesias ya había salido este martes por la tarde al paso de la grave crisis interna que se ha desatado en la Comunidad de Madrid, que tiene implicaciones en la organización a nivel estatal y que ha vuelto a poner sobre la mesa las diferencias políticas que hay entre el líder de la organización y su número dos, Íñigo Errejón.

En una carta abierta “a los círculos y a la militancia” del partido hecha pública este martes, Iglesias defendía el no de Podemos en las dos votaciones de investidura del candidato del PSOE, Pedro Sánchez, apela a mantener unidas las filas como vacuna para no convertirse “en un partido más” y lanza un aviso a la organización en Madrid: “No debemos volver a cometer errores como este y deberán asumirse las responsabilidades”.

La misiva la firma Pablo Iglesias como “secretario general de Podemos pero, ante todo, vuestro compañero” y apelaba a los “enormes pasos” dados por Podemos en la consecución de los objetivos que se marcó el partido al nacer.

Iglesias defendía la estrategia planteada por la dirección del partido desde el 20 de diciembre. Una estrategia, compartida al menos de momento por el propio Errejón, que busca que Podemos entre en el Gobierno y que ha llevado “a los sectores oligárquicos” a una ofensiva que tiene un objetivo: “Acabar con Podemos, desgastarnos al atacar aquello que nos diferencia del resto de actores: la unidad y la belleza de nuestro proyecto político”. ¿Cómo? Fomentando divisiones que, reconoce, existen, pero aumentándolas, distorsionándolas o inventando otras. “La tantas veces proclamada división interna de Podemos ha sido agitada con frecuencia en los últimos tiempos en direcciones diferentes. Cualquier debate, real o inventado, se presentaba como una ruptura letal que trataba de alejarnos de nuestros objetivos para ponernos a discutir de nosotros mismos”, señala.

La crisis de Madrid

El secretario general de Podemos se mostraba en su texto muy contrariado con lo ocurrido en la Comunidad de Madrid la semana pasada. De forma escalonada, primero el secretario de Organización y luego otros nueve miembros del Consejo Ciudadano Regional, diez dimisiones de otras tantas personas relacionadas con el entorno de Íñigo Errejón encendieron las alarmas.

Pese a los esfuerzos por mantener la crisis en el ámbito territorial las implicaciones que tiene Madrid para Podemos son muchas. No solo por ser la región con más militantes, sino porque fue donde se fraguó el partido y donde tiene la mayor parte de sus raíces. 

“En un momento histórico crucial para el futuro de nuestro país, ponen de nuevo a prueba nuestra madurez y tratan de sembrar cizaña”, señalaba Iglesias: “Por eso es crucial que todos y todas estemos a la altura y no hagamos el juego a nuestros adversarios”.

El secretario general lanzaba una advertencia que nunca había proclamado de forma tan clara en público en otros momentos de crisis: “Las dimisiones en Madrid se produjeron en el peor momento posible y han puesto en bandeja el relato que interesa a los defensores del statu quo, escribe. Y avisaba: ”No debemos volver a cometer errores como este y deberán asumirse las responsabilidades“.