Mariano Rajoy y Albert Rivera han aparcado sus diferencias en un debate 'de guante blanco', durante el pleno monográfico que ha analizado la situación de las pensiones en nuestro país. Rajoy acudió a la cita parlamentaria con la estrategia de vincular cualquier anuncio sobre pensiones a que el resto de formaciones apoye los presupuestos. Rivera ha aceptado el planteamiento y ha pedido del presidente rebajas en impuestos para pensionistas y rentas bajas y medidas como el aumento de los permisos de paternidad, para propiciar el aumento de la natalidad.
“Les ofrezco trabajar desde este momento para alcanzar un acuerdo a lo largo de la tramitación de los presupuestos”, ha dicho Rajoy al resto de formaciones. “Lo útil ahora es negociar los presupuestos”, ha respondido Rivera.
Rajoy y Rivera han preferido pensar en los presupuestos, más que en cerrar su debate en torno a las pensiones. “Esto no puede convertirse en una subasta”, ha dicho el presidente del Gobierno. En la misma línea, Rivera ha tildado de “cortoplacistas” las reclamaciones de mejora inmediata de las pensiones han ido desgranando el resto de portavoces de la oposición.
Las dos formaciones, que hace solo unas semanas estaban entregadas a una lucha encarnizada, han encarado el debate en clave de unidad de acción. “No podemos caer en el error de llevar esto a un debate de rojos o azules”, se ha explicado el líder de Ciudadanos.
El presidente del Gobierno ha buscado desde la tribuna mejores cartas para negociar sus presupuestos. En cuanto a Ciudadanos, esa negociación parece ahora más encauzada y en el equipo de Rivera están convencidos de que los conservadores acabarán dando el paso simbólico de sacrificar a la senadora Pilar Barreiro, por sus vinculaciones con la trama Púnica.
La presencia del presidente en el Congreso para hablar de las prestaciones por jubilación ha sido obligada por las peticiones de la oposición, al calor de las manifestaciones protagonizadas por los pensionistas en las calles. Para este sábado está convocada la próxima movilización en este sentido.
Rajoy ha pretendido guiños para aplacar la preocupación de los pensionistas: “Sé que muchos españoles han podido sentir en los últimos días cierto desasosiego sobre el futuro de sus pensiones”, ha asegurado el presidente. El gesto se ha producido al inicio de la mañana y durante los primeros minutos de intervención de su intervención.
A partir de ahí, el jefe del ejecutivo ha apostado por el triunfalismo, explicando que el sistema está garantizado, en gran medida gracias a las medidas económicas puestas en marcha por el PP para salir de la crisis. En ese punto se ha producido la única discrepancia clara entre Rajoy y Rivera. El líder de Ciudadanos le ha afeado al PP sus argumentos: “El Gobierno nos dice que todo va bien. No estoy de acuerdo, cuando durante su mandato nueve de cada diez euros de la hucha de las pensiones han desaparecido”.
Tras la crítica, Rivera ha vuelto al debate presupuestario, al listado de peticiones y a las declaraciones tendentes a la búsqueda de un acuerdo. Rajoy ha recogido el guante y se ha comprometido a “hacer algo” con las reclamaciones de su socio de investidura. Para que esos acuerdos fructifiquen, el PP insiste en que debe salvar el trámite de presupuestos.