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Los partidos de Sumar se atascan en la preparación de su primera reunión para la etapa post Yolanda Díaz

Un acto de campaña de Sumar en Getafe (Madrid).

Alberto Ortiz

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Si un imprevisto no tuerce los planes, esta semana los partidos de Sumar celebrarán la primera reunión de la mesa de la coalición, el espacio de decisión abierto tras la debacle de las elecciones europeas y la dimisión de Yolanda Díaz como líder orgánica de ese espacio político. La cita prevista para esta semana se ha ido posponiendo por problemas para cuadrar todas las agendas y se celebrará finalmente en los próximos días, aunque es probable que a ella no acudan los principales líderes de las formaciones salvo Antonio Maíllo por parte de Izquierda Unida. 

Esta mesa de partidos será el primer paso para esta nueva etapa de Sumar sobre la que hay más incógnitas que certezas. Los líderes de las organizaciones que se habían incorporado a la construcción de Sumar como una plataforma estable se pusieron de acuerdo después del 9J para transicionar a un modelo más “horizontal” en la toma de decisiones que el que regía hasta ahora. 

Las formaciones han enterrado ya el modelo aprobado en la asamblea fundacional de Sumar que, en realidad, nunca ha llegado a funcionar. El modelo organizativo salido de aquel Congreso establecía una dirección híbrida entre la militancia propia del proyecto de Yolanda Díaz y las direcciones de los partidos pero con una relación desigual: un 70% de puestos para los primeros y un 30%, para los segundos. 

El plan que salió de esa asamblea, el pasado 23 de marzo, hace ahora tres meses, no se llegó a poner en marcha porque Izquierda Unida decidió pausar su integración en la plataforma ante los problemas surgidos de las negociaciones de las europeas y la Asamblea Federal propia de la organización, dividida alrededor de ese debate sobre la confluencia con el proyecto de Yolanda Díaz.

Tampoco las decisiones dentro del espacio político habían permeado fuera del núcleo que hasta las últimas semanas rodeaba a la ministra de Trabajo: Josep Vendrell, principal negociador de las coaliciones electorales, Lander Martínez, que había funcionado en los primeros meses de Sumar como secretario de Organización, y los portavoces Ernest Urtasun e Íñigo Errejón. 

Una relación de mayor igualdad

La idea sobre la que se parte ahora es una relación de mayor igualdad entre las formaciones políticas y el cierre de la tesis en la que la plataforma de Yolanda Díaz podía ser al mismo tiempo un partido político y paraguas para el resto de formaciones. Desde el 9J el proyecto fundado por la vicepresidenta es ya un partido más y, de momento, ya no el hegemonizador del resto. 

Pero a partir de este punto de partida en el que hay un consenso sobre el deseo de una forma más democrática y horizontal de organizar las cosas, todo son dificultades. La primera, la de coordinar una mesa en la que está previsto que se sienten al menos los partidos que se involucraron en la construcción orgánica de Sumar: Izquierda Unida, Más Madrid, los comuns, Verdes Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Movimiento Sumar.

En un primer momento, el plan sobre la mesa era un encuentro de líderes, pero esa idea ha ido perdiendo peso y lo más probable es que por ejemplo Mónica García delegue en una persona de confianza de su equipo la participación en este encuentro. Tampoco es segura la presencia de Ada Colau, una de las tres coordinadoras de Catalunya en Comú junto a Jéssica Albiach y Candela López. 

La preparación del encuentro se ha ido enredando con el paso de los días. La idea inicial era haberlo celebrado esta semana pero los problemas con las agendas de los partidos, que empeoran con la entrada del verano, y la indecisión de las formaciones sobre a quién mandar al encuentro la han terminado postergando a esta semana. Aunque se han barajado fechas como el 1 o el 2 de julio, aún no hay nada cerrado.

No obstante, según indican varias fuentes implicadas en las negociaciones, aunque todavía no ha habido un encuentro físico con todas las partes, sí se han producido contactos bilaterales en diferentes direcciones.

Si la inclinación de Más Madrid a no llevar a Mónica García a esa cita tiene más que ver con mantener su perfil institucional como ministra, los problemas son más profundos en los comuns, que hace apenas unas semanas aprobaron la convocatoria de su asamblea para noviembre, cuando tienen previsto renovar los liderazgos. La cordinadora Jéssica Albiach ya avanzó hace unos días, en una entrevista en TVE, que habrá “cambio de caras” en el liderazgo de la formación, que en paralelo aspira a que fructifiquen las negociaciones con el PSC y ERC para un Govern que aleje el escenario de una repetición electoral.

Los comuns habían sido hasta ahora uno de los puntales de la construcción de Sumar, con implicación de perfiles importantes como Vendrell y Urtasun en su ejecutiva, pero esta nueva etapa cambia el escenario. Por otro lado, los resultados de las últimas catalanas no fueron buenos –los seis escaños marcaron el peor resultado en unas catalanas desde su nacimiento–, una de las razones que ha agilizado la convocatoria de esa asamblea. En las europeas les fue mucho peor y su candidato, Jaume Asens, dentro de la coalición Sumar, quedó incluso por detrás de Podemos, que en Catalunya cuenta con escasa implantación.

La ausencia de Díaz

Lo que es seguro desde un inicio es que a ese encuentro no irá ya Yolanda Díaz, que con su renuncia al liderazgo de la formación ha querido desvincularse de todas las cuestiones orgánicas para centrarse en la actividad en el Gobierno. Aunque seguirá vinculada a Movimiento Sumar y permanece en la ejecutiva, su liderazgo se circunscribirá a partir de ahora a su tarea como vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. Tampoco irán partidos que forman parte de la coalición en el Congreso pero que nunca han querido entrar en un proceso orgánico más amplio, como Compromís, Chunta Aragonesista o Més.

Una de las cuestiones que están ahora sobre la mesa es si ese liderazgo dentro del Gobierno tendrá que ser colegiado con el de los partidos a la hora de tomar decisiones que afecten a toda la coalición. Un ejemplo reciente ha sido la negociación del Consejo General del Poder Judicial entre el PP y el PSOE, de la que Sumar, según reconocen fuentes de la coalición, ha estado puntualmente informada. La información sin embargo no ha trascendido al resto de partidos del grupo parlamentario, según las quejas de algunos de ellos. 

Dirigentes de las principales formaciones de la coalición restan importancia a la gestión de la comunicación sobre el acuerdo puesto que Sumar ha tenido poco que decir en él. Cosa distinta serán las próximas negociaciones dentro del Gobierno, sin ir más lejos, los presupuestos. Donde algunas voces de la coalición ya plantean un espacio de toma de decisiones de cara a esas conversaciones con el PSOE.

Es probable en cualquier caso que este nuevo periodo sea lento, en principio con dos años por delante sin elecciones que suelen tensionar las negociaciones orgánicas. Un lapso que los partidos de Sumar quieren aprovechar para tratar de reconstruir un espacio y unas relaciones dañadas tras los resultados de las europeas

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