La conformación de un amplio bloque social y político de izquierdas es un deseo formulado en múltiples ocasiones tras las elecciones europeas del 25M, pero hasta ahora se ha encontrado con más trabas que facilidades. Las dudas internas de algunos partidos y las reticencias de otros posponen un acuerdo que, cuanto más tiempo pase, más complicado parece que frague. En este contexto, el Frente Cívico de Julio Anguita se ha ofrecido a ejercer de “mecanismo de enlace” entre todas las sensibilidades. Y el PCE ha recogido el guante y ha decidido “sumarse lealmente” y “en pie de igualdad” al llamamiento lanzado por el movimiento apadrinado por su ex secretario general.
En una carta firmada por su secretario general, José Luis Centella, el PCE considera el ofrecimiento del Frente Cívico “una oportunidad para construir la respuesta que se necesita en estos momentos” en forma de convergencia política y social “superando incluso el ámbito de la izquierda política”.
El PCE responde así a la iniciativa apadrinada por Anguita, que hizo público en julio un documento en el que se postulaban para “ser un mecanismo de enlace, de unión” entre un “Bloque de Izquierdas” y “la mayoría ciudadana que no se reconoce en el citado” bloque. Pese a que considera esta diferencia “más aparente que real”, el Frente Cívico reconoce así la imposibilidad de los partidos de izquierdas de alcanzar una mayoría social.
El movimiento social liderado por Anguita sí deja claro en su llamamiento que lo importante es que ambas corrientes “confluyan en una opción que sea la creación del contrapoder buscado”.
En este contexto, el PCE se compromete a “poner lo mejor de nuestra tradición unitaria al servicio de esta confluencia” y avisa de que no lo hace como “un intento de unir a la izquierda social o política en una coalición electoral” sino de “dotar de un instrumento para la acción a la mayoría social trabajadora” aunque ello signifique superar “incluso el ámbito de la izquierda política”. “Que nadie se vea forzado a abandonar sus principios, ni renunciar a su perfil propio”, señala el secretario general en su carta.
Centella dedica parte de su carta a tranquilizar a quienes creen que estos movimientos ponen en riesgo el futuro mismo de IU. “Este espacio de trabajo y lucha es, además, perfectamente compatible con nuestra implicación en el fortalecimiento de Izquierda Unida como nuestro proyecto estratégico”, asegura el documento, que compromete “la máxima implicación de la militancia comunista en el proceso que IU ha puesto en marcha para la construcción de una alternativa constituyente”.
El Frente Cívico de Anguita aúna múltiples sensibilidades en su seno, desde el PCE hasta movimientos sociales, pasando por relevantes figuras de partidos emergentes. Uno de los fundadores de Podemos, Juan Carlos Monedero, ha participado activamente en muchos actos del Frente Cívico. El propio Pablo Iglesias le comunicó con anterioridad a Anguita su intención de lanzar Podemos.
Programa, programa, programa
En su llamamiento, el Frente Cívico asegura que los resultados de las elecciones europeas han abierto una oportunidad única. “La importante crecida en unos casos y en otros de irrupciones meteóricas de fuerzas políticas de la izquierda nos plantea un panorama increíble”, señala el documento.
Esta oportunidad enfrenta un problema, según el movimiento: la dicotomía “más aparente que real” entre “el Bloque de Izquierdas y la mayoría ciudadana que no se reconoce en el citado” bloque. El Frente Cívico considera que la solución a esta traba está en elaborar un programa de mínimos con un mecanismo inclusivo. “El programa une, concreta, moviliza, educa, impulsa, quita recelos apriorísticos y sitúa las diferencias en unos terrenos menos proclives a posiciones declamatorias. Un programa que, basado en unos puntos básicos, concrete la base del proceso de construcción de una nueva realidad social”, señala el documento.
Es aquí donde el Frente Cívico, que insiste en su carácter apartidista, encuentra su función como “mecanismo de enlace, de unión para la consecución del objetivo: la confluencia social y política en el programa”. Un “programa ciudadano” que debe permitir la “permanente participación de la mayoría social, tanto en su elaboración, defensa, seguimiento, control y aplicación”.