Pedro Rocha ha sido proclamado este viernes, tal y como estaba previsto, presidente de la Federación de Fútbol (RFEF), tras haber sido el único candidato en conseguir los avales necesarios que otorga la Asamblea, que es la misma que aplaudió a Rubiales al anunciar que no dimitía tras el beso a Jenni Hermoso. Rocha consiguió 107 avales pese a que necesitaba 21 y era el único que podía ser elegido, pese a que la proclamación se ha alargado debido a un recurso de impugnación que finalmente no ha sido tenido en cuenta.
“La Comisión Electoral ha procedido a la proclamación directa del candidato que, de manera inmediata, pasará a ejercer como presidente de esta entidad”, ha señalado en un comunicado la Federación, que ha visto cómo en las últimas semanas crecía la desconfianza con la futura directiva por parte del Gobierno y de la FIFA, en conversaciones para buscar una salida desde que los agentes de la UCO, la sección de corrupción de la Guardia Civil, entraron a registrar la sede de la RFEF.
Rocha, imputado por la justicia en el caso de corrupción que se investiga en un juzgado de Majadahonda y expedientado por una posible falta “muy grave” por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), tendrá que convivir en su mandato con una comisión de tutela creada este jueves por el Consejo Superior de Deportes (CSD), organismo dependiente del Gobierno, que pretende vigilar a la Federación hasta la próxima convocatoria de elecciones a la asamblea, que deberá elegir a su vez un nuevo presidente para el periodo 2024-2028.
Esa comisión, según informó el propio CSD, se dedicará a la “supervisión, normalización y representación y tutelará durante los próximos meses el funcionamiento de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en respuesta a la crisis de la entidad federativa y en defensa del interés general de España”.
Hasta esa decisión se han sucedido todo tipo de tiras y aflojas. El propio Rocha, tras su imputación y el expediente del TAD, dio muestras de que iba a seguir con su camino a la presidencia. El Gobierno, por su parte, mostró su preocupación por que la demandada regeneración tras la época Rubiales no llegara y amagó con una posible intervención y la suspensión de Rocha, algo que permite la Ley del Deporte si el presidente se enfrenta a una falta “muy grave”, como es el caso. Finalmente, el CSD optó por una vigilancia externa mientras se celebra la Eurocopa y los Juegos Olímpicos de París. Después, la RFEF debe convocar elecciones para elegir una nueva asamblea con parámetros nuevos, por ejemplo, de igualdad –actualmente tiene 6 mujeres de 140 miembros–.
Sin embargo, al nuevo presidente de la RFEF le queda otro escollo por pasar el próximo martes, cuando se volverá a reunir la comisión directiva del CSD para decidir si le suspende o no hasta que el TAD tome una decisión definitiva sobre su expediente tras entender que tanto él como la comisión gestora se extralimitó en sus funciones cuando dirigieron la Federación tras la dimisión de Luis Rubiales. Una decisión que está en cierta manera vinculada a la colaboración y pretensiones que tenga Rocha a la hora de dirigir a la RFEF a una nueva etapa electoral de la que saldrán nuevos liderazgos.