La primera reacción de Pedro Sánchez tras el batacazo electoral del PSOE en Andalucía contiene un mensaje claro: el presidente tiene la intención de seguir en Moncloa. Sánchez descarta un adelanto electoral después del castigo en las urnas que ha sufrido Susana Díaz, que se arriesga a que los socialistas pierdan la Junta de Andalucía, que retenían desde hace 36 años.
“Mi Gobierno seguirá impulsando un proyecto regenerador y europeísta para España”, ha asegurado Pedro Sánchez en un tuit. Es su primer gesto público tras el recuento de las elecciones, que siguió en Ferraz junto a su núcleo duro, a pesar de que en un inicio no estaba previsto.
Díaz ha perdido unos 400.000 votos y 14 diputados en el Parlamento andaluz. Desde Ferraz aseguran que el “desgaste” de tener el poder durante todo el periodo democrático y la campaña “de trámite” de la líder andaluza son las causas de la debacle.
Sin embargo, desde sectores del PSOE señalan directamente a Sánchez, que llegó a Moncloa apoyándose en los independentistas y que ahora depende de ellos para todas las votaciones en el Congreso. El PSOE ha abierto, además, una nueva etapa de diálogo con el Govern de la Catalunya que para algunos socialistas les ha pasado factura en su electorado tradicional.
El golpe de las elecciones andaluzas deja tocado también a Sánchez. En Ferraz y en Moncloa estaban convencidos de que su llegada al Gobierno había impulsado a los socialistas. Nadie en el PSOE se imaginaba un resultado en el que la derecha se hiciera con la mayoría absoluta y los socialistas perdieran la Junta, a pesar de que en la recta final de la campaña saltaron las alarmas por la desmovilización.
Tanto Sánchez como Díaz hicieron llamamientos en la última semana antes de las elecciones para que la izquierda se movilizara frente a la irrupción de Vox y también avisaron a los suyos de que no podían dar la victoria por hecha. A pesar de las advertencias, el temor era a la complicación posterior para formar Gobierno. Díaz ha anunciado que lo va a intentar, pero PP y Ciudadanos han certificado su muerte política.
La teoría hasta ahora del presidente es que cada día que pasa en el Gobierno es un día ganado y siempre ha mantenido que su intención es durar lo máximo posible, aunque admitió que la imposibilidad de sacar adelante los presupuestos acortaba esa intención.
Sánchez se pronuncia así ante quienes en el PSOE consideran que debería convocar cuanto antes las generales para aprovechar el impulso de la moción de censura y no acusar el desgaste que acumulan tras dos dimisiones en tiempo récord en el Ejecutivo o por las polémicas que han protagonizado algunos de sus ministros, como Josep Borrell por la multa por el uso de información privilegiada para la venta de acciones en Abengoa o Dolores Delgado por sus conversaciones con el excomisario Villarejo. Tras el desastre en Andalucía, el presidente ha tratado de aplacar esas voces a través de las redes sociales.