La victoria de Pedro Sánchez tendrá consecuencias en el PSOE. Su promesa en la campaña ha sido dar la vuelta al partido, abandonar la organización liderada por “los notables” y dar el poder a la militancia. Y en ese 'club de notables' están los presidentes socialistas que se pusieron del lado de Susana Díaz.
El equipo de Sánchez ha puesto en jaque a los barones socialistas apenas 12 horas después de que hayan sido derrotados. Todos han perdido en sus territorios, excepto la propia Díaz en Andalucía. La tensa campaña en la que salieron en tromba contra Sánchez, situándole incluso fuera del PSOE, les pasa factura.
“Los barones tendrían que pedir perdón –ha dicho con rotundidad la coordinadora de la campaña de Sánchez, Adriana Lastra–. En Asturias, Castilla-La Mancha, Aragón, Valencia... ha quedado claro que la militancia estaba en contra de lo que hicieron los últimos meses”.
“Ellos son barones porque representaban a su militancia y en los últimos meses no lo hicieron –ha continuado–. Ayer la militancia dijo: 'o volvéis a representarnos o vais a dejar de hacerlo'”. Una advertencia en toda regla teniendo en cuenta que en los próximos meses se celebrarán los congresos regionales en los que se podrían presentar candidatos alternativos, aunque tengan en sus manos los gobiernos autonómicos.
“No se puede liderar en contra de los que uno lidera”, ha sentenciado el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, que ha instado a los dirigentes territoriales a que “lean” los resultados y “enderecen el rumbo”. En la campaña, los portavoces se han pronunciado en esa misma línea: “Si los presidentes autonómicos lo han hecho bien, no tendrán otra lista que se enfrente a ellos. Si tienen, es que igual la militancia no está con ellos”, dijo el navarro Santos Cerdán en una entrevista en eldiario.es.
No obstante, Pedro Sánchez trató de rebajar la tensión en la recta final de la camapaña. En un encuentro con periodistas la semana pasada, aseguró que no está en su cabeza impulsar cambios en las sillas territoriales. En los 'sanchistas' también hay voces más moderadas: “No pienso que tenga que pedir perdón nadie”, ha expresado la aragonesa Susana Sumelzo, que cree que ahora toca mirar hacia adelante.
Los aparatos regionales del PSOE quedan muy tocados con este resultado. La mayoría de secretarios generales que apoyaron a Díaz se han puesto a disposición del nuevo líder socialista, pese a que la andaluza no lo hizo: prometió arrimar el hombro y ponerse “a disposición del partido”.
Entre los que hicieron campaña por Díaz, una parte ha optado por adoptar un perfil bajo esta lunes en sus declaraciones ante la prensa y se han limitado a felicitar a la candidatura ganadora con referencias a la “unidad” y “cohesión” que debe existir a partir de ahora en el partido. El exministro José Bono ha llegado a disculparse por sus palabras en campaña, cuando aseguró que solo Díaz podría ganar unas elecciones, y las achacó a “la pasión” del momento.
Ximo Puig, el presidente valenciano, ha hablado de “mano tendida” y se ha puesto “a disposición” del nuevo líder del PSOE para intentar “implementar las políticas progresistas que desde hace dos años desarrollamos en la Comunidad Valenciana”. De “recuperar la concordia y la unidad” ha hablado el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán.
Las palabras de Adriana Lastra, que apuntaban directamente a barones como Emiliano García-Page, han sido mal recibidas en el PSOE de Castilla-La Mancha. Page llegó a vincular su futuro a la victoria de la presidenta andaluza y aseguró que pospondría “cualquier planteamiento personal” y su decisión “sobre qué hacer en los próximos años” a lo que ocurriera en las primarias.
Page ha mantenido su silencio este lunes, pero una portavoz del partido, Cristina Maestre, ha afirmado que su liderazgo es “incuestionable” porque cuenta con el apoyo “inequívoco” de los militantes. “Nadie debe pedir perdón ni va a pedir perdón por participar deportivamente en un proceso de primarias”, ha zanjado.