El PSOE trata de zanjar el debate sobre la posibilidad de que permita a través de su abstención que gobierne el PP para garantizar la gobernabilidad de España y evitar unas terceras elecciones. La polémica se suscitó tras unas palabras de Pedro Sánchez en el Círculo de Empresarios en Sitges, cuando aseguró que no se repetirían los comicios tras el 26J y no fue claro en su rechazo a permitir que los conservadores sigan en el poder en caso de que repitan como primera fuerza, como reflejan todas las encuestas.
Sánchez tampoco fue claro ante los periodistas en pasado lunes y dejó en el aire la respuesta, pero el portavoz parlamentario, Antonio Hernando, se encargó de negar rotundamente la posibilidad de que los socialistas permitan que el PP siga gobernando si es la única forma de que haya Gobierno. El líder del PSOE también ha sido más claro en un foro organizado por El Mundo: “No será por el PSOE”, ha respondido.
“No me lo planteo”, ha sido su segunda contestación ante la insistencia de los periodistas que formulaban las preguntas. “¿Lo descarta? Sí”, ha sido su última respuesta. Sánchez ha insinuado que tendría que ser el PP, dado que está presionando al PSOE para que se pronuncie sobre la posible 'gran coalición', el que diga si se abstendría para desbloquear la situación. No obstante, es una variable que el propio candidato socialista descarta: “El PP nunca se va a abstener ante un candidato del PSOE. Por eso es llamativo que proponga lo contrario”.
“Estamos en un sistema parlamentario. Quien gana la Liga no es quien gana más partidos sino quien consigue más puntos”, ha expresado a modo de símil. Para Sánchez, el PSOE tiene una mayor capacidad de recabar apoyos parlamentarios que Rajoy y ha apuntado que, así, sería el PP el que debería pronunciarse sobre qué haría si no es “el partido que más apoyos consigue”.
El candidato socialista ha denunciado que es Rajoy quien “juega” a situar al PSOE en la tercera posición. “El mejor jefe de campaña de Iglesias se llama Rajoy”, ha señalado. Sánchez evita mostrarse preocupado por los resultados que dibujan los sondeos: “La experiencia me ha dicho que los españoles quieren más al PSOE que las empresas demoscópicas”, ha afirmado. Según sus cálculos, las encuestas del 20D otorgaban una medida de diez y quince diputados menos de los 90 que finalmente obtuvo su candidatura.
“Vamos a mejorar resultados y vamos a tener mas opciones de formar gobierno”, ha reiterado. El líder del PSOE sostiene que su partido debe quedar en primera posición para que Iglesias no tenga “excusas” para no apoyarle.
Sánchez se escuda en el nuevo escenario político -con el surgimiento de Podemos y Ciudadanos- para no comparar sus resultados con los que obtuvo el PSOE en el pasado. Así, dice que el “prisma” actual no se puede comparar con el de hace doce o catorce meses. No obstante, el sector más crítico le acusa de no haber sido capaz de frenar el crecimiento de las formaciones de Pablo Iglesias y Albert Rivera.
“Estoy en el principio de mi mandato”, ha insistido Sánchez cuando le han preguntado si pretende presentarse para revalidar su puesto como secretario general del PSOE. “No aspiro a ser jefe de la oposición toda mi vida, pero los proyectos políticos deben madurar”, ha avisado. No obstante, ha evitado dar por seguro que se presentará al Congreso ordinario del PSOE pase lo que pase el 26J: “Sí, como presidente del Gobierno -se ha limitado a decir-. Mi futuro lo decidirán los españoles y luego los militantes. Aspiro a presentarme como presidente”.
Sobre las críticas y continuo cuestionamiento de su liderazgo por parte de los barones más relevantes del partido, Sánchez le ha restado importancia: “El PSOE no es un cuartel, eso se lo dejamos a la derecha, en el PP dicen amén”. A pesar de que hace un mes aseguró que el gran problema del PSOE ante los comicios era la división interna, el líder socialista ha asegurado que la discusión les “hace más fuertes no más débiles. La debilidad es tener organizaciones acríticas”.
En cuanto a la última crítica recibida desde el sector más crítica por una propuesta para alcanzar un acuerdo para Cataluña que reconozca singularidades en la Constitución, Sánchez ha asegurado que no se salta ninguna norma interna. “Reconocer que la cuestión catalana es un problema político que tenemos que resolver y que no solo afecta a Cataluña sino al resto del Estado”, ha dicho Sánchez, que sostiene que su propuesta no va más allá de la Declaración de Granada suscrita por el PSOE en 2013 que, a su juicio reconoce la “bilateralidad y los derechos históricos” que defiende en su texto de compromisos electorales.