Pedro Sánchez no ve “ahora mismo” una alternativa al PP para una moción de censura “constructiva”

Pedro Sánchez no cree que “exista ahora mismo una mayoría” alternativa al PP para que una moción de censura contra Mariano Rajoy sea “constructiva”, es decir, para que salga adelante. Así lo ha expresado el candidato a liderar el PSOE en una entrevista en la Cadena SER un par de horas antes de que Pablo Iglesias haya anunciado su intención de promover esa iniciativa en el Parlamento para desbancar al PP.

La intención del exsecretario general del PSOE no es por el momento impulsar una moción de censura al Gobierno de Rajoy, pese a sus continuas críticas a la abstención de los socialistas en la investidura. “Podemos decirle no a Rajoy sin necesidad de presentar una moción de censura”, aseguraba una portavoz oficial de su candidatura a principios de marzo, cuando Iglesias ya insinuó su intención de usar este mecanismo para echar a Rajoy.

Sánchez se ha referido en la SER a Ciudadanos, sobre quien ha descargado la responsabilidad de que no pueda haber esa alternativa a Rajoy. “La moción de censura es una moción constructiva y ahora mismo no existe una mayoría. La pregunta la tendrá que responder su principal aliado, que es Ciudadanos”, ha contestado.

Tras el anuncio de Iglesias, su equipo tampoco se muestra favorable a impulsar esa iniciativa. “Nosotros a lo nuestro: seguimos pidiendo que Rajoy comparezca en el pleno. Y la asunción de responsabilidades políticas por todo lo que estamos conociendo. Esperanza Aguirre le enseña el camino: que dimita”, expresa una de sus portavoces. Ese argumento lo repiten otros miembros de su equipo.

El portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, ha rechazado de forma contundente el apoyo del PSOE a la moción de censura que pretende impulsar Iglesias: “La respuesta es no”. Hernando ha cargado duramente contra el líder de Podemos, a quien ha acusado de “mala fe”, “irresponsabilidad” y “falta de rigor” al anunciar esa medida antes de hablar con los grupos. “Cuando uno quiere un Gobierno en coalición lo que hace es trabajarlo antes, cuando quiere que una moción de censura prospere, la trabaja antes y no viene aquí a decir que pase lo que pase la va a presentar”, ha expresado.

El exsecretario general del PSOE cree que el partido se ha quedado “en tierra de nadie” y en la “indefinición” tras haberse abstenido permitiendo en gobierno de Mariano Rajoy y considera que esa posición de debilidad impide a su partido ser “contundente” en su exigencia de responsabilidades al presidente. El candidato a la secretaría general cree que debe marcharse y que la gestora no tiene capacidad de exigirlo.

“Mariano Rajoy tiene que dimitir y hay que pedirle explicaciones en el Parlamento”, ha dicho durante la entrevista. Sánchez ve insuficiente la petición del grupo socialista de que el presidente acuda a la comisión de investigación de la financiación ilegal del PP en el Congreso. Considera que debe acudir al pleno, como ha solicitado Unidos Podemos. La dirección del PSOE defiende que lo haga en esa comisión, que aún no está creada pero exige se constituya la próxima semana, porque Rajoy está obligado a decir la verdad bajo pena de prisión en caso contrario.

Sánchez insiste en que Rajoy no puede seguir en Moncloa, pero admite que “ahora mismo” no se le puede echar mediante el procedimiento de una moción de censura. “La moción de censura es una moción constructiva y ahora mismo no existe una mayoría”, ha admitido el aspirante a liderar el PSOE, que intentó hasta el último momento de su mandato llegar al Gobierno con esta misma aritmética parlamentaria. “La pregunta la tendrá que responder su principal aliado que es Ciudadanos”, ha dicho descargando la responsabilidad en Albert Rivera.

El exlíder socialista está convencido de que defiende para España lo mismo que los presidentes autonómicos de su partido -de los que no le apoya ninguno- para sus regiones. Así, ha recordado que gobiernan gracias a al cambio político que se estructura “de forma compartida”. “Es coherente y congruente defender en España lo mismo que en las comunidades autónomas”, ha expresado.

No obstante, el PSOE gobierna en esos territorios gracias a Podemos -y a partidos regionalistas en algunos casos- mientras que esa suma únicamente en España no bastaba. Lo que le reprochan los presidentes -excepto Francina Armengol- es que él tratara de llegar a Moncloa con Pablo Iglesias y Ciudadanos cuando se habían confesado incompatibles y muchos creen que dio pasos para conseguirlo gracias a los independentistas, una línea roja en el PSOE.

Sánchez ha justificado no haber consultado a las bases qué hacer con la gobernabilidad en el mes de septiembre a pesar de que llegó a plantearse la abstención del PSOE y cuando propuso un congreso exprés para renovar el liderazgo bajo la disyuntiva abstención o gobierno alternativo: “¿Para qué voy a consultar sobre algo que ya está resuelto porque es la posición común de todo el partido?”, se ha preguntado. Para el aspirante a liderar el PSOE, deberían haber sido los que luego defendieron la abstención quienes hubieran consultado.

Convencido de que la abstención “abrió la puerta al sorpasso” y de que durante su mandato se frenó “la sangría de votos”, Sánchez ha esquivado la comparación que sus rivales hacen entre él y Benoît Hamon, el candidato izquierdista del Partido Socialista francés que ha cosechado el peor resultado de su historia con un 6% de los votos: “Desconozco cuál es el discurso de Hamon en Francia”, se ha limitado a contestar Sánchez, que asegura que no defiende un “giro a la izquierda” sino que “el PSOE vuelva a ser el partido de la izquierda de este país”.

Sobre el abandono de la gran mayoría de dirigentes que le acompañaron hasta el último momento de su mandato -casi todos están apoyando a Patxi López-, el exsecretario general ha admitido que es “duro”, pero les acusa de no haber “entendido la envergadura del desafío que tiene el PSOE por delante”. Así, ha sostenido que aunque haya más de dos candidatos solo hay dos opciones -en referencia a la suya y la que encabeza Susana Díaz- y que define como el modelo que “impuso por las bravas” la abstención y que deja al PSOE como “rehén” o el que busca “situar al PSOE donde debe estar, a la izquierda, como fuerza de cambio”.