Pedro Sánchez mantiene el cierre de filas con Felipe VI ante los escándalos del exjefe del Estado, Juan Carlos de Borbón, y espera que siga profundizando en la “hoja de ruta” de “transparencia” y “ejemplaridad” que, a su juicio, puso en marcha cuando accedió al trono en 2014 y que, según ha dicho, deslizó en su discurso de Nochebuena. A pesar de que la alusión a los desmanes fiscales de Juan Carlos I fue mínima en esa intervención, el presidente ha defendido que fue “una comparecencia sin duda valiente” en la que “marcó claramente cuál es el rumbo hacia el cual quiere dirigir a la Corona”, es decir, una “monarquía parlamentaria adecuada a la España del siglo XXI”. En su rueda de prensa para hacer balance del año, Sánchez ha insistido en que el jefe del Estado dará pasos hacia la “transparencia, la rendición de cuentas y la ejemplaridad”.
“Contará con nuestro aplauso en esa tarea de renovación”, ha afirmado Sánchez, que ha evitado dar detalles de cómo se llevarán a cabo esos cambios en la Casa Real. El jefe del Ejecutivo no ha querido precisar si se está trabajando en una ley que regule la Corona o si será la propia institución la que haga un reglamento interno. “Paso a paso”, ha dicho. “Irán conociendo cómo se materializa esa hoja de ruta que señaló el rey Felipe VI en cuanto a la transparencia y la ejemplaridad”, se ha limitado a decir el presidente, que deja en todo caso la pelota en el tejado de Zarzuela. “En ese ánimo de renovación hay que continuar, va a continuar la Corona y en lo que nosotros podamos ayudar, el Gobierno estará lógicamente a disposición de la Corona”, ha apostillado.
El líder del PP, Pablo Casado, que ha comparecido en paralelo al presidente, ha asegurado que su partido respaldará al Gobierno “para cualquier medida que refuerce la monarquía”, informa Íñigo Aduriz. Precisamente la relación con el principal partido de la oposición es el “pero” que ha puesto Sánchez a este primer año de legislatura. No obstante, ha descargado la responsabilidad en Casado y la posición que ha mantenido en estos meses. “Describe al Gobierno como el hombre del saco”, ha dicho en dos ocasiones. Además, le ha acusado de optar por el camino “del miedo” - “se van a inventar conspiraciones lunáticas”, ha dicho en la misma línea del reproche que le hizo a la derecha en el último Pleno del Congreso- frente al de la “esperanza” por el que apuesta el Ejecutivo.
También ha apremiado al líder del PP a sentarse a negociar la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que lleva más de dos años bloqueado, y otras instituciones como el Defensor del Pueblo, el Tribunal Constitucional o el Consejo de Administración de RTVE. Así, ha acusado a Casado de reivindicarse como constitucionalista mientras “incumple” la Constitución, que establece que se deben renovar esos organismos constitucionales cada cinco años. El presidente ha asegurado que ha demostrado su “voluntad” de querer llegar a un acuerdo al congelar el cambio legislativo con el que PSOE y Unidas Podemos plantearon cambiar las mayorías necesarias para renovar el órgano de gobierno de los jueces, y dejar solo en tramitación la que pretende limitar las funciones que puede hacer el Poder Judicial cuando su mandato ha caducado, entre ellas la posibilidad de seguir haciendo nombramientos con una mayoría distinta a la que representan las Cortes tras los procesos electorales.
“Hay voces distintas en el Gobierno, pero una única palabra”
El presidente ha hecho un balance triunfalista de la gestión del Gobierno de coalición en estos casi doce meses de vida. De hecho, ha presentado un informe elaborado por el departamento de Planificación y Seguimiento de la actividad gubernamental según el cual el Ejecutivo ha cumplido un 23,8% de los compromisos adquiridos en este tiempo. Sánchez ha insistido en que se ha ejecutado más de lo que inicialmente estaba previsto. “La pandemia no ha frenado, ha acelerado la acción del Gobierno sin desviarla ni un ápice de sus objetivos. Podemos decir hoy con satisfacción que llevamos un semestre de adelanto en el cumplimiento de los objetivos”, ha aseverado.
En un momento en el que las discrepancias en el seno de la coalición han ido en aumento -en asuntos como el Salario Mínimo Interprofesional, la reforma laboral o las pensiones-, Sánchez ha asegurado que el Gobierno goza de buena salud, ha mostrado su confianza en todos y cada uno de los miembros del Gabinete y ha augurado que el bipartito durará lo que lo haga la legislatura. “Este es un Gobierno de coalición que tiene por delante una legislatura larga y fructífera -ha expresado-. Cuando digo Gobierno de coalición lo digo con todas las letras: es un gobierno con ánimo de perdurar en el tiempo”. Además, ha calificado de “especulaciones” las informaciones en las que se apuntaba a que el PSOE se decantaría por gobernar en solitario tras la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. No obstante, ese era un temor que tenían en Unidas Podemos y la parte socialista del Gabinete se ha plantado tras sacar adelante las cuentas en algunos asuntos, como el SMI, que finalmente se queda congelado.
Sánchez ha descartado incluso una crisis de gobierno. “El Gobierno sale más fuerte, más unido y tiene clara la hoja de ruta para los próximos tres años”, ha asegurado el presidente, quien ha admitido que dentro del Consejo de Ministros hay discrepancias, aunque les ha restado importancia. “Hay voces distintas, pero hay una única palabra y es el BOE”, ha dicho utilizando la misma expresión que empleó al inicio de la andadura de la coalición. No obstante, ha admitido que es necesaria la “experiencia” para ir “engrasando” el funcionamiento del Ejecutivo.
Preguntado por los indultos: “Hay que superar episodios aciagos”
Preguntado por si el Gobierno concederá el indulto a los líderes independentistas condenados por el 1-O, Sánchez no ha querido pronunciarse sobre cuál será la decisión. Se ha limitado a recordar que es un proceso “reglado” que tiene que contar con los informes de la Fiscalía -que ya se ha pronunciado en contra-, de la Abogacía del Estado, y del Supremo, como tribunal sentenciador. “Luego llegan a la mesa del Consejo de Ministros y ahí será cuando yo me pronuncie y plantee cuál es la posición que tengo”, ha dicho, justo antes de asegurar: “Este Gobierno no ha escondido sus intenciones, apuesta por el reencuentro y la reconciliación”.
En la misma línea que habían anticipado otros miembros del Gobierno, Sánchez también prepara el terreno para abordar el perdón gubernamental a los líderes del procés: “Es importante superar episodios aciagos que nos sonrojan al conjunto del país. Cuando hablamos de Catalunya nadie está libre de culpa. Todos hemos cometido errores -ha reiterado-. Lo que tenemos que hacer es aprender de esos errores, mirar hacia adelante y ser capaces de encontrar un espacio en el que nos podamos reencontrar”. “Creo que es por lo que va a apostar la ciudadanía catalana”, ha concluido, en referencia a las elecciones del 14 de febrero.
Lo que ha fiado para largo es el compromiso de reforma del Código Penal para rebajar las penas por sedición, que adelantarían la salida de la cárcel de los líderes independentistas. A pesar de que esa iniciativa figuraba en el plan normativo que el Gobierno presentó en septiembre para el último trimestre de 2020, Sánchez no ha querido ponerle una fecha y se ha limitado a decir que se hará a lo largo del próximo año. “El objetivo del Gobierno de España es poder presentarla en 2021. Tiene que ser el año en el que actualicemos el Código Penal y lo homologuemos al resto de países europeos aún más”, ha contestado.
Sobre 2021, Sánchez se ha mostrado confiado en que será el año de la “gran recuperación” al dejar atrás al de la “gran calamidad”. “Muy pronto habrá más españoles vacunados que contagiados. Por eso hablamos del principio del fin”, ha expresado el presidente, que ha apelado a la responsabilidad para lograr la “prioridad colectiva” de evitar una tercera ola cuando pasen las fiestas.