84 diputados dan para ser el segundo grupo del Congreso de los Diputados. Y para presentar un candidato a una moción de censura que terminó imponiéndose con 96 escaños cedidos por el resto de la Cámara –Unidos Podemos y partidos nacionalistas–. Pero 84 diputados no garantizan el éxito de Pedro Sánchez y su Gobierno sin alianzas y que se encuentra enfrente, de salida, con 169 escaños en contra –los 137 del PP y los 32 de Ciudadanos–, a siete de la mayoría absoluta del Congreso –cuenta con 350–.
Por eso, el presidente del Ejecutivo y el PSOE son conscientes de que su tarea de gobierno pasa inevitablemente por proyectos “de mayorías”. Es decir: aquellos que gozan de bastante consenso entre quienes han hecho presidente a Pedro Sánchez, como es el caso de los anunciados en el último Consejo de Ministros: el regreso a la sanidad universal y la retirada de las concertinas de Ceuta y Melilla.
“Se trata de buscar dos o tres proyectos por ministerio que sepamos de antemano que van a contar con mayorías parlamentarias y consensos en las Comunidades Autónomas, y que tampoco supongan demasiado gasto o reformar los presupuestos heredados del PP”, explican fuentes del Gobierno socialista.
Los contactos ya han comenzado. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se reunieron en Moncloa el pasado jueves por la mañana para “debatir distintas iniciativas legislativas”. Fuentes del Gobierno sostienen que el encuentro forma parte de “normalidad” de la agenda del presidente, aunque no ha sido conocido hasta que ha sido adelantado este viernes por La Vanguardia.
El Gobierno de Sánchez ha intentado tomar la iniciativa en el ocaso de una semana en la que ha tenido su primera gran crisis con apenas cuatro días de vida: la destitución de Màxim Huerta como ministro de Cultura por un caso de fraude fiscal.
Pero para tomar la iniciativa ha de mirar más allá de sus escaños, y no extraviar ninguno de los suyos: de ahí que los ministros hayan renunciado al escaño, para asegurarse la presencia de los 84 en todas las votaciones.
El propio Gobierno ha reconocido estos días que no podía acometer grandes cambios en la reforma laboral por falta de apoyos parlamentarios, pero ha visto que sí ha contado con ellos para auxiliar a los 629 migrantes del Aquarius, del mismo modo que los va a tener para la sanidad universal y la retirada de las concertinas de las fronteras.
En esa línea de mayorías, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ofrecía 20 medidas sobre los que llegar a acuerdos con el Congreso poco después de que concluyera la rueda de prensa del Consejo de Ministros. En esos acuerdos, para los que podría contar Sánchez con 67 diputados sin los cuales no habría llegado a La Moncloa, se encuentran medidas que previsiblemente pueden gozar de apoyos suficientes y que no requieren grandes retoques presupuestarios: la derogación del impuesto al sol; la reforma de la LAU para pinchar la burbuja del alquiler y la derogación de las leyes mordaza, entre otras.
Pedro Sánchez fía el éxito de su Gobierno a medidas que sumen mayorías, como con el Aquarius, la sanidad universal y las concertinas, y evitar el riesgo de encontrarse de frente con una mayoría de oposición aplastante, como pasó este miércoles cuando Unidos Podemos se situó con PP y Ciudadanos para exigir la dimisión de Màxim Huerta. A diferencia del nombramiento y destitución de ministros, que es competencia exclusiva del presidente del Gobierno, legislar es competencia de una Cámara en la que Sánchez necesita de muchos apoyos para hacer perdurar su Gobierno.