Han pasado seis meses desde que Pedro Sánchez estuvo en Málaga haciendo campaña. Era su primera competición por llegar a la Moncloa. Medio año después ha vuelto porque tiene que intentarlo de nuevo tras someterse sin éxito a una investidura y después de negociaciones fallidas con Podemos. Pero su denuncia es la misma: una pinza entre el PP y Pablo Iglesias para evitar que haya un presidente socialista. No obstante, ahora usa nuevos argumentos y compite no solo contra Podemos sino contra una coalición en la que se ha integrado IU y a la que todas las encuestas otorgan la segunda posición. El candidato del PSOE ha utilizado esa baza contra Iglesias y le ha acusado de virar ideológicamente.
“Iglesias es anticapitalista cuando habla con Teresa Rodríguez -la líder de Podemos en Andalucía-; comunista cuando habla con Alberto Garzón y socialista cuando habla conmigo”, ha dicho Sánchez antes de ironizar: “Miedo me da que se quede encerrado con Rajoy en un ascensor”.
El PSOE lleva acusando a Podemos de haber bloqueado las posibilidades del cambio desde que se rompieron definitivamente las negociaciones para intentar formar Gobierno. Pero desde la precampaña ha enfatizado su mensaje y carga contra los de Iglesias y el PP por “polarizarla”. Los socialistas sostienen que hay una pinza entre Podemos y los conservadores.
“El 2 y el 4 de marzo Iglesias y Rajoy me dijeron que no, así que tenemos que hacer que aquellos que dijeron no digan sí al PSOE”, ha expresado Sánchez para quien esa situación solo puede darse si los socialistas ganan las elecciones. Ese escenario lo ven improbable ya, pero confían en que mantenerse en la segunda posición les allane el camino. Sánchez cree que debe sacar “varios cuerpos” a Iglesias para que “ceda” y le permita gobernar.
Sánchez llama a la movilización de los suyos después de haber admitido que hay desánimo entre los votantes socialistas y sigue lanzando mensajes para convencer a los que se votaron a Podemos y puedan estar arrepentidos. Que no tropiecen en la misma piedra, les ha pedido.
En esa acusación de pinza, el portavoz socialista, Antonio Hernando, ha elevado el tono y ha asegurado que PP y Podemos tienen una “estrategia conjunta”: “Ambos partidos coinciden en su intento de esconder su pasado: Rajoy el de la corrupción e Iglesias el del radicalismo, el chavismo, el marxismo, el populismo y el oportunismo”. “Sería un desastre condenar a España a pasar de un extremo a otro, de Rajoy a Iglesias”, ha enfatizado en un mitin en León.
En Andalucía sin Susana Díaz
A más de mil kilómetros de distancia el argumento se repite. “Por muchos corazoncitos de colores que nos pongan, Pablo Manuel Iglesias no es de fiar. La mano no la tendió, tendió el aguijón”, ha expresado el cabeza de lista del PSOE por Málaga, Miguel Ángel Heredia, que ha asegurado que la estrategia del líder de Podemos es la del “escorpión”. “Tiene dos pinzas: Aznar y Anguita”.
“Ha metido en su partido a la izquierda más extrema”, ha continuado Heredia, que ha recordado las palabras de Cayo Lara hace un par de semanas: “Me va a costar votar”, dijo el ya excoordinador general de IU. “Luego intentó arreglarlo diciendo que va a votar. Eso sí, no dijo a quién va a votar el próximo 26J”, ha expresado el candidato malagueño. En el PSOE están convencidos de que muchos de los votantes tradicionales de IU son “incompatibles” con Iglesias.
La acusación de la pinza se mantiene desde hace ya desde hace meses en las filas del PSOE. Hace medio año, a apenas 20 kilómetros de la Facultad de Derecho en la que Sánchez ha celebrado un mitin este miércoles, los socialistas ya se quejaron de lo mismo. No obstante, ha habido cambios de discurso y de escenificación respecto a aquel 17 de diciembre.
Susana Díaz estaba presente. Esta vez la presidenta andaluza no ha acompañado a Sánchez en Málaga, donde el CIS pronostica que los socialistas pueden conseguir un escaño más que el 20D. Es la única provincia en la que el partido sube. El PSOE andaluz la primera posición y, según el sondeo preelectoral, pueden perder dos escaños en su principal bastión. Sánchez no volverá a Andalucía hasta el cierre de campaña, donde protagonizará un acto junto a Díaz. Fuentes del Comité Electoral del PSOE aseguraron que la ausencia de Díaz era premeditada para intentar “multiplicar” las fuerzas de los socialistas en distintos lugares al mismo tiempo.
Otra de las variaciones es que el PSOE ya no incluye en sus críticas a Ciudadanos. “Naranja, azul y morado son colores complementarios”, decía entonces Sánchez, que se quejaba de que todos sus rivales centraban sus ataques en el PSOE. Tras el pacto con Albert Rivera, las críticas entre socialistas y el partido naranja son prácticamente inexistentes.
Sánchez ha evitado en su mitin hablar de los posibles pactos en el mismo día en que Jordi Sevilla ha levantado la polémica al asegurar que se debe dejar gobernar al partido que más escaños logre aglutinar. En la dirección socialista sostienen que lo que defiende el exministro no varía respecto a su tesis y recuerdan que la alianza PSOE-Ciudadanos sumó más diputados que cualquier otra fórmula parlamentaria.
El candidato socialista, sin embargo, intervino en el programa Mas Vale Tarde (La Sexta) en el que se mostró convencido de que la izquierda vencerá las elecciones y aseguró que intentará sumar a Podemos en un acuerdo. Sánchez evita decir qué hará si se produce el sorpasso, convencido de que Unidos Podemos está “hinchado” en las encuestas y que no superará el 26J a los socialistas.