Pedro Sánchez ha fichado por segunda vez a Irene Lozano. Ya lo había hecho para el Grupo Parlamentario Socialista cuando la exdiputada de UPyD se alejó de Rosa Díez. Ahora la recupera para ponerla al frente de Marca España, el organismo que creó el PP para promocionar internacionalmente la imagen del país en tiempos de crisis.
Esta especie de alto comisionado ideado por el entonces ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo generó desde el principio polémica por su enfoque empresarial y por proyectar una imagen de país demasiado tradicional. La idea del Gobierno es darle la vuelta por completo a este perfil demasiado cercano al PP y seguir una línea más cultural que empresarial.
De hecho, Lozano reemplazará a Carlos Espinosa de los Monteros, ex presidente de Iberia y del Círculo de Empresarios, que fue nombrado en 2012 por el Gobierno de Rajoy. Lozano, de 47 años, es licenciada en Lingüística y diplomada en Filosofía, ha trabajado como periodista en diversos medios de comunicación y es autora de ensayos y novelas.
El proyecto del actual Gobierno es que Marca España tenga un presupuesto propio –esto no ocurría ahora– y que su responsable sí tenga remuneración y personal a cargo, como otras secretarías de Estado.
Una elección personal de Sánchez
Lozano había sido diputada entre 2011 y 2015 por UPyD, en concreto fue su portavoz en las comisiones de Asuntos Exteriores, Cooperación Internacional para el Desarrollo, Defensa, de Control parlamentario de RTVE y sus Sociedades y para la Unión Europea.
Su fichaje en 2015 –una de las apuestas personales del presidente– provocó entonces malestar en sectores del PSOE, hasta el punto de que el dirigente extremeño Guillermo Fernández Vara llegó a reclamar a Lozano pedir perdón a los socialistas que se sintieron ofendidos por sus críticas al bipartidismo.