Queda menos de un mes para las elecciones y en los cuarteles generales de los partidos analizan al milímetro los mensajes, los actos y cada uno de los detalles de la campaña sin perder de vista los tracking, esos sondeos continuos que sirven para saber dónde concentrar los esfuerzos de la campaña. “Las encuestas dan más datos que la estimación”, dice una persona bregada en campañas. Pedro Sánchez lleva en modo electoral desde que llegó a Moncloa y en las últimas semanas ha multiplicado su presencia en lugares estudiados al milímetro.
Ahora su campaña entra en una nueva fase.
El análisis del Comité Electoral del PSOE –repartido entre Ferraz y Moncloa– es que los socialistas tenían que llegar a un público dividido en dos tipos: el fiel al que hay que afianzar, ubicado mayoritariamente en el mundo rural; y el indeciso, congregado especialmente en las ciudades.
Durante el mes de marzo Sánchez se ha concentrado en las pequeñas provincias –la 'España vacía'– y, especialmente, en aquellas circunscripciones en las que puede haber escaños “en disputa” ahora que la derecha se ha partido en tres. En abril se dedicará a buscar el voto urbano, aseguran fuentes socialistas a eldiario.es.
“Con independencia de la participación, nos hemos centrado en provincias que puedes voltear”, señalan los mismos dirigentes. Entre actos institucionales y de partido, Sánchez se ha pateado más de la mitad de España en los últimos meses. Ya desde el anuncio del anticipo electoral, su agenda se multiplicó. El foco se ha puesto en aquellas provincias en las que el PSOE puede arrebatar por primera vez el liderazgo al PP –el presidente ha visitado, por ejemplo, La Rioja– y ganarse así los escaños “en disputa”. Fuentes socialistas explican que hay hasta 40 provincias “en movimiento”. Sánchez ha visitado más de una veintena de ellas (en Cantabria, Zamora, Granada, Ciudad Real, Valladolid...).
“Cuatro o cinco escaños pueden ser determinantes”, aseguran esas fuentes, que explican que el objetivo también ha sido centrarse en circunscripciones en las que el empuje del PSOE puede romper la mayoría de la derecha, por primera vez dividida. La obsesión en Ferraz es movilizar al electorado de izquierdas e impedir así que PP, Ciudadanos y Vox sumen. Sánchez ha tomado nota de lo que le pasó a Susana Díaz en Andalucía, donde los socialistas están convencidos de que la baja participación jugó en su contra porque sus votantes de siempre se relajaron. “Un voto puede decidirlo todo”, enfatizó Sánchez en la presentación de su campaña.
A partir de ahí, el presidente pretende llevar a cabo en el mes de abril –en la recta final de la campaña– una estrategia para llegar al público urbano, donde según fuentes de Ferraz se congregan los indecisos. Para llegar a ese electorado, Sánchez comenzará a prodigarse más por los medios de comunicación, de los que ha estado desaparecido durante más de un mes.
La última entrevista que concedió el presidente fue el 18 de febrero a TVE hasta la de este domingo en El Periódico. El jueves tiene previsto acudir al plató de Telecinco con Pedro Piqueras. Moncloa y Ferraz medirán las entrevistas del presidente, que ha declinado esta vez participar en otros formatos, como El Hormiguero (Antena 3). No arriesgar es la máxima de Sánchez, que más allá de una rueda de prensa obligada en Bruselas con motivo del Consejo Europeo no pretende repetir hasta que los españoles pasen por las urnas.
La fecha de los comicios hace que prácticamente media campaña coincida con las vacaciones de Semana Santa. Los socialistas miran de reojo al resto de formaciones pero baraja acudir en esas fechas a lugares donde no hay una gran tradición de procesiones, como Galicia, Euskadi o Valencia, donde el presidente hará varias paradas ya que Ximo Puig hizo coincidir los comicios autonómicos con los generales.
Sánchez iniciará formalmente la campaña en Dos Hermanas (Sevilla), el lugar que le dio impulso en el lanzamiento de su competición contra Susana Díaz en las primarias de 2017 y el último día estará en Madrid y Valencia. Entre medias tendrá paradas también en Canarias, Extremadura o Catalunya. El recorrido no está cerrado a la espera de un último análisis de los lugares a los que más rédito electoral les pude sacar.
La campaña del PSOE tiene, en esta ocasión, una imagen totalmente presidencialista en la que Sánchez es la imagen principal. Un gran cartel con su cara en un primerísimo primer plano con el lema 'Haz que pase' cuelga desde este martes en la sede nacional de la calle Ferraz. Ni el lema ni la imagen entusiasman en la dirección del partido.
Los críticos creen que es una campaña sin partido basada excesivamente en el marketing, según algunas fuentes consultadas por eldiario.es. El lema, que algunas fuentes atribuyen a Manuel Cavanilles –ideólogo del 'sí es sí' de la batalla de las primarias–, fue utilizado en inglés por la marca de cosméticos Maybelline y, en castellano, es el nombre de una empresa española de 'coaching', el título de un libro y el movimiento creado por un jugador venezolano de la NBA, informa Europa Press.
La campaña ha tenido una respuesta rápida por parte del PP, que ha utilizado el texto a su favor: “Haz que pase ya”, ha dicho en un vídeo en el que transforma la cara de Sánchez en la de Carles Puigdemont, Arnaldo Otegi o Gabriel Rufián. La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ha contribuido a la polémica comparando el lema con Titanic, aunque ha matizado que no se refiere al hundimiento del barco sino a la “historia de amor”, cuando Leonardo DiCaprio le dice a Kate Winslet: “Haz que cuente”.