Pedro Sánchez en miniatura y, de fondo, una inmensa bandera de España. Es la imagen que perdura del acto de presentación del candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno. Los expertos coinciden en que la nueva estrategia diseñada por la dirección socialista pretende llegar al electorado más moderado, aunque puede perjudicarle en el de izquierdas. No obstante, esa escenografía patriótica se puede quedar ahí sin llegar a marcar el debate o tener consecuencias en el discurso del partido.
“Se trata de una estrategia que le permitiría ganar votos en el centroderecha sin molestar excesivamente a sus competidores por la izquierda”, afirma la politóloga Sandra León. Los votantes de Podemos están, a juicio de León, “escorados hacia posiciones más nacionalistas” por lo que la estrategia de Sánchez podria quitarle sufragios en ese electorado. “El PSOE puede interpretar que ciertos sectores del centroizquierda podrían sentirse atraídos por el nacionalismo de Podemos”, señala Sebastián Lavezzolo.
Sin embargo, Podemos aún no ha fijado su postura en el debate territorial ni ha hecho de ese asunto una de sus temáticas de diferenciación mientras que apela al sentido patriótico por lo que es probable que los socialistas no sufran una fuga de votos hacia el partido de Pablo Iglesias por esa cuestión, según León.
Pero más allá de los votos que pueda recuperar en ese espectro, las apelaciones a la unidad y al PSOE como partido “vertebrador” del país buscan, además de colocarse en el centro, erigirse como partido de Gobierno. “Le interesa vender una imagen más institucional porque eso le dará credibilidad como partido de gobierno frente a Podemos” -expresa José Fernández-Albertos-. Podemos es evidentemente su principal competidor y la gran baza del PSOE es venderse como capaz de gobernar“.
Los expertos consultados por eldiario.es coinciden en que el giro al centro puede provocar una pérdida de votos de la izquierda. El sociólogo Narciso Michavila recuerda que España es uno de los países donde más “sentido de pertenencia hay” -en torno al 85% de los españoles se siente orgulloso de serlo- pero “a los símbolos no les tenemos tanto apego por nuestra historia”. Cuanto más a la izquierda del tablero están los ciudadanos, menos sentimientos hacia la bandera tienen, según el CIS. “El núcleo más duro del PSOE no asume la bandera española, como le ocurre al PP con la ikurriña en el País Vasco”, reconoce Michavila, que considera que eso le impide llegar “a la mayoría social”.
Las palabras más repetidas por Pedro Sánchez en su discurso | Create infographics
¿Respuesta a los ataques de radicalismo?
“Pedro Sánchez tiene que contrarrestar de alguna forma los pactos que ha hecho con partidos que no aceptan la bandera”, sentencia el presidente de GAD 3. “Puede que saquen la bandera como respuesta a los pactos con Podemos para calmar los ánimos del electorado moderado pero la cuestión nacional ahora no importa a esos votantes tanto como cuestiones más importantes, como la economía o la calidad democrática”, asegura Lluis Orriols, profesor en la Universidad Carlos III.
Por el contrario, Marta Romero sostiene que Pedro Sánchez no ha cambiado el modelo del PSOE como reacción a las acusaciones de radicalidad que ha lanzado el PP. “Aprovecha el mejor momento del PSOE en los últimos años para marcar la idea de que tiene un proyecto”, resume la colaboradora de Piedras de Papel, que considera que Sánchez ha sido “proactivo” pese a que la “lectura” que ha aparecido en los medios de comunicación es que se ha tratado de una respuesta a los ataques de Génova.
El nuevo españolismo de Ferraz, que usará en las generales el lema “Más España”, tiene también tiene claves territoriales. Los politólogos Sandra León y Sebastián Lavezzolo opinan que el PSOE puede permitírselo ante el “debilitamiento del PSC” frente al poder de la federación andaluza, más reivindicativa del patriotismo español. “El mensaje españolista tiene coste en Cataluña, pero no afecta en exceso al PSC, que está en niveles mínimos. Si estuviera en un nivel más alto, tendría un coste más elevado”, apunta Lavezzolo.
El profesor Lluis Orriols pone en duda que la “cuestión patriótica” vaya a tener algún tipo de relevancia en los próximos comicios y considera que Pedro Sánchez se protege para no caer en los mismos errores del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, que “no fue capaz de marcar la agenda y reaccionó tarde a los ataques de que estaba vendido a los nacionalistas”.
El tamaño importa para el recuerdo
El asesor de comunicación Antonio Gutiérrez-Rubí destaca la colocación “específica” de la bandera en el escenario. “No ondea, el protagonista es el escudo que apela a la unidad en la diversidad”, explica. Además, subraya que la estrategia de Pedro Sánchez ha logrado ser “muy eficaz” puesto que “no recordamos lo que dijo pero sí dónde y cómo lo dijo”.
“Si quieres dar imagen de Pedro Sánchez como líder nacional y patriota, el tamaño de la bandera importa para que sea lo que resalte”, responde Orriols, que insiste en que “por muy grande que la pongas no vas a conseguir cambiar las coordenadas del debate” ya que ha desaparecido de la opinión pública.
Por mucho que el PSOE lograra llevar el debate territorial a primera línea, el cambio en la escenografía de sus actos no tiene por qué variar su discurso. “No creo que el tema de la bandera vaya a suponer cambios de calado en el posicionamiento del PSOE en su política territorial pero, si lo hace, deberá procurar mantener cierta consistencia con sus apuestas por la reforma federal del pasado y repetida muchas veces por Sánchez”, dice Sandra León: “El PSOE tiene un problema de credibilidad y aparecer como inconsistente en sus planteamientos territoriales no le ayudaría a superarlo”, añade.
No es el único riesgo al que se enfrentan los socialistas. “Si la lectura de que la nueva estrategia es una reacción a los ataques por su supuesto radicalismo se impone, se le verá como un líder débil, un partido sin proyecto y eso le restará votos”, zanja Marta Romero, que piensa que ese es el principal punto débil del candidato socialista.