Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se reúnen por quinta vez en dos meses preparados para chocar en la investidura
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se reúnen este martes por quinta vez desde las elecciones generales del 28 de abril para buscar un acuerdo que permita que el candidato socialista sea investido presidente del Gobierno este mismo mes. Las expectativas de un entendimiento son, hoy por hoy, bajas. Las posiciones de partida de ambos se mantienen distantes en un aspecto clave: la presencia de Unidas Podemos en el Consejo de Ministros. Y, aunque los dos dicen haber cedido en sus planteamientos, todo apunta a que, si no hay cambios, Pedro Sánchez no saldrá elegido en las votaciones del 23 ni del 25 de julio.
La reunión de este martes volverá a ser pública, después de los dos intentos fallidos de verse en secreto. Pedro Sánchez llega a la cita con un documento programático de mínimos que aprobó el lunes su Ejecutiva Federal y que queda muy lejos del acuerdo presupuestario que sellaron el presidente del Gobierno y Pablo Iglesias en octubre de 2018.
El escrito, que llegó antes a los medios de comunicación que a Unidas Podemos, no contempla la derogación de la ley mordaza ni de la reforma laboral del PP, aunque sí la posibilidad de “modificaciones de los aspectos más lesivos” en el marco del diálogo con los sindicatos y la patronal. Tampoco se plantea el control del precio de los alquileres o buscar fórmulas para bajar el precio de la luz. En materia de fiscalidad, desaparece la subida del IRPF a las rentas más altas o el control de las socimis. Tampoco queda rastro de la regulación de las casas de apuestas.
El PSOE sostiene que el documento aprobado este lunes es un punto de partida que puede “concretarse más” según avancen las conversaciones con Unidas Podemos. Los socialistas culpan a Iglesias de que no se haya podido hablar de medidas programáticas todavía. No obstante, la decisión de elaborar una propuesta de contenidos se tomó a mediados de la semana pasada. Hasta entonces la cúpula socialista se remitía al acuerdo de los Presupuestos Generales del Estado como base para el pacto de investidura.
Un documento de mínimos para recibir aportaciones
Cristina Narbona, que ha redactado el texto junto a la vicepresidenta, Carmen Calvo, ha reconocido que se trata de una “síntesis” del programa electoral del PSOE. No recoge ni una concesión a Unidas Podemos a la espera de que los de Iglesias expongan sus planteamientos en el marco de la negociación que pretenden que se abra a partir del encuentro de este martes. Sánchez ha designado a su equipo negociador más de dos meses después de los comicios. En la dirección socialista sostienen que el grueso de la negociación se dirimirá en los días previos a la sesión de investidura.
Los socialistas insisten ahora en que tienen que abordar lo que tienen “en común” y, a partir de ahí, abordar la composición del Ejecutivo, aunque parten de la premisa de que su “socio preferente” no se sentará en el Consejo de Ministros. “Es un documento abierto. Ahora hay que sentarse a negociar. Es un buen punto de partida y hay que tener mucha paciencia”, dice un miembro de la dirección socialista, donde aseguran que ahora tendrán que hacer aportaciones. En la cúpula del PSOE advierten, no obstante, de que no se pueden prometer “imposibles”.
Fuentes de la dirección aseguran que en la reunión de este lunes Sánchez recibió el apoyo unánime de la Ejecutiva, a pesar de que la repetición electoral preocupa a algunos de sus miembros, según reconocen en privado. “Estamos todos a una. Otros no pueden presumir de eso”, expresa un dirigente próximo a Sánchez.
“Nadie quiere elecciones, pero intentemos llegar a un acuerdo. La cerrazón de querer estar en el Gobierno es ridícula. Yo no quiero elecciones, pero no tengo miedo; es mejor que un Gobierno inestable e ir elecciones en 14 meses”, afirma un miembro de la cúpula socialista: “Si vamos a elecciones en noviembre vamos a explicar todos lo que hemos hecho, y nosotros hemos puesto el balón en juego muy bien”.
En Moncloa y el PSOE sostienen que Sánchez se ha movido: de un Gobierno “monocolor” a la aceptación de miembros de Unidas Podemos en escalones secundarios de la Administración y a abrirse a sugerencias de Iglesias respecto a “independientes de reconocido prestigio” para el Consejo de Ministros. “Ya veremos qué proponen. No han propuesto ni una cosa, no se han movido ni una vez”, dice un mando socialista sobre la actitud del grupo confederal.
Iglesias ofrece “lealtad” en un Gobierno de coalición
Pablo Iglesias también cree que se ha movido. El líder de Unidas Podemos planteó la campaña electoral de abril como un examen para que la sociedad evaluara si el grupo confederal es merecedor, o no, de formar parte de un Gobierno.
La lectura de los resultados del 28A, al contrario de la que hace el PSOE, es que sí. Que los españoles votaron a cinco grandes partidos, dándole otra vuelta de tuerca al maltrecho sistema de partidos nacido de la Transición. Y que, ante una “derecha reaccionaria”, es necesario un Ejecutivo de coalición que garantice políticas progresistas para afrontar los dos principales problemas que, en su opinión, atraviesan España: la desigualdad social y el conflicto territorial.
Así lo expuso Iglesias este lunes en los cursos de verano que la UCM celebra en San Lorenzo de El Escorial. Bajo el título Bases para un nuevo republicanismo, Iglesias participó en la jornada inaugural en la que volvió a insistir en que tanto él como el resto de personas de Unidas Podemos que pudieran entrar en un Consejo de Ministros guardarían “lealtad” a Sánchez.
Iglesias puso dos ejemplos históricos de actos de “lealtad” entre partidos diferentes y no siempre del mismo espectro ideológico. La II República y la Transición. Iglesias respondió a la publicación en los medios de la propuesta programática socialista: “La política no es solo marketing, batalla por el relato y cocina de los spin doctor”.
Fuentes de Unidas Podemos señalan a eldiario.es que Iglesias irá este martes a la reunión con la posición conocida. Pedirá a Sánchez que someta al Congreso el Gobierno de coalición y, si no sale, se replanteará la estrategia. También insistirá en la renuncia de su grupo a exigir un referéndum en Catalunya. E insistirá en su intención de ser “leal” a Sánchez.
El candidato socialista, que llegó a decir el último día de campaña que no sería un “problema” la incorporación de Unidas Podemos al Gobierno, asegura ahora que la “discrepancia de fondo” sobre Catalunya es un motivo para negar la coalición mientras que ve bases para llegar a un acuerdo en cuestiones programáticas sin perder de vista la posibilidad de que se vuelvan a celebrar las generales en 10 de noviembre.
En Unidas Podemos aseguran que el movimiento de este lunes con el documento programático es la prueba de que el PSOE no quiere llegar a ningún acuerdo y de que prefiere pactar “con la derecha de Ciudadanos”. No obstante, Narbona ha asegurado que solo van a negociar con Unidas Podemos y que a PP y Ciudadanos solo le piden la abstención “por responsabilidad”. En 2016 el PSOE acusó a Podemos de que en una negociación seria no se hacen las propuestas primero a los medios de comunicación“, han recordado fuentes de Podemos a eldiario.es. ”Pues es lo que han hecho este lunes, lo cual sigue demostrando que buscan una investidura fallida en julio para presionar al resto“.
En Unidas Podemos cunde el desánimo y cada vez tienen más claro que la única idea que tiene Sánchez en la cabeza es ir a una investidura fallida.