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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La guerra total se desata en el PSOE

César Luena, secretario de Organización del PSOE, y Antonio Pradas, diputado por Sevilla.

Aitor Riveiro

Pedro Sánchez no se rinde y no renuncia al puesto de secretario general del PSOE, como pretendían sus enemigos en el partido. La dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva, encabezados por su presidenta, Micaela Navarro, no es suficiente para echarlo y que se forme una comisión gestora. Sánchez insiste en convocar unas primarias y un congreso extraordinario en las mismas fechas que tenía previsto hacer uno ordinario: el 23 de octubre se someterá a las bases del PSOE.

El secretario de Organización, César Luena, ha comparecido en la tarde del miércoles para difundir el mensaje de Sánchez, que consiste en afirmar la primacía de la Ejecutiva Federal del PSOE sobre cualquier otro organismo del partido. “Han instigado estas dimisiones para evitar un Congreso y que los militantes no hablaran, seguramente para que al PSOE lo dirigiera una gestora, sin explicar con qué apoyos o alianzas de fuera del partido cuentan. Es muy grave”, ha señalado el número dos de Sánchez.

El diputado por Sevilla, Antonio Pradas, uno de los 17 dimisionarios, ha afirmado a las puertas de la sede socialista: “Tengo que comparecer a las puertas del PSOE, partido al que pertenezco desde 1978, al que hoy me han impedido acceso al despacho, incluso para recoger el retrato de mi hijo”. Y ha restado toda legitimidad al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y su equipo: “El compañero Luena en este momento ya no es secretario de Organización ni la Ejecutiva está legitimada porque si se produce una baja de la mitad más uno, queda disuelta. El compañero Luena no puede hacer de juez y parte, y convocar una Ejecutiva que ya no puede convocar”.

“El señor Luena”, ha insistido Pradas, “ha reconocido que se han producido 20 bajas, por lo que se da la principal causa para que se disuelva la Ejecutiva. Ninguno tiene legitimidad para tomar decisiones”.

Plan de Sánchez

El plan de Sánchez es reunir este viernes a lo que queda de la Comisión Ejecutiva Federal, modificar el orden del día del Comité Federal previsto para el sábado para que el máximo órgano del PSOE convoque un Congreso extraordinario. Las fechas de este órgano serán las que estaban previstas: el 23 de octubre las primarias y el 2, 3 y 4 de diciembre el Congreso.

Hasta entonces, el partido mantendrá la misma dirección. O esa es la intención de Sánchez, según ha explicado Luena. El secretario de Organización se ha parapetado en su interpretación de los estatutos del partido: “Tal como dicta el artículo 36.O de la estructura reguladora del partido, el único órgano con competencias para disolver otro órgano es la Ejecutiva Federal. La dimisión de la mitad más uno sólo prevé que el Comité Federal deberá convocar un Congreso extraordinario para elegir otra Ejecutiva”.

Sólo el Comité Federal puede cubrir las vacantes en la Ejecutiva, dijo Luena: “Para cubrir las vacantes, cuando las vacantes sea de la mitad más uno, el Comité Federal deberá convocar un Congreso extraordinario. La Comisión Ejecutiva Federal va a seguir los estatutos: convocar un Comité Federal para un Congreso extraordinario para que voten los militantes, que es lo que lleva defendiendo esta Comisión Ejecutiva desde inicios de esta semana”.

Luena ha insistido en que “la Ejecutiva se va a centrar en convocar un Comité Federal y un Congreso extraordinario. Y están convocados los que siguen siendo miembros. El líder del PSOE es el que han elegido los militantes del PSOE: Pedro Sánchez”.

El secretario de Organización, que ha arrancado su intervención ratificando su condición como tal, ha sido muy duro con “los dimisionarios” que han presentado esta tarde su renuncia: “Se ha querido torcer la voluntad de los órganos legítimos elegidos por los militantes. Es más, se ha querido evitar que los militantes hablen”. Y ha insistido en que su única intención es que elija la militancia.

17 dimisiones

Los dirigentes críticos, encabezados por la federación de Susana Díaz, han recopilado hasta 17 firmas para darse de baja de la dirección con el objetivo de forzar la marcha de Sánchez. Además de la presidenta del PSOE, han renunciado dos presidentes autonómicos: Ximo Puig y Emiliano García-Page.

Todos los miembros andaluces de la Ejecutiva –menos María Luisa Faneca que era próxima al secretario general– han dimitido: Antonio Pradas, Noemí Cruz, Estefanía Martín Palop, María José Sánchez Rubio, Francisco Pizarro y Juan Pablo Durán.

Los madrileños Tomás Gómez y Eva Matarín también han firmado, así como Carme Chacón. Luz Rodríguez, que inicialmente era próxima a Sánchez pero que se vio apartada de la lista de Madrid para hacer un hueco a Irene Lozano antes del 20D, también ha renunciado.

El canario José Miguel Pérez, responsable de Educación, también ha presentado su renuncia, así como el aragonés Carlos Pérez Anadón, próximo al presidente Javier Lambán. La extremeña María Ascensión Murillo y la manchega Manuela Galiano completan el listado de dimisionarios.

Frente a los dirigentes que han dimitido hay un total de 18 miembros de la Ejecutiva que permanecen fieles a Sánchez.

Los estatutos del PSOE señalan que si la mayoría de la Ejecutiva presenta su dimisión, el partido pasa directamente a manos de un órgano interino que pilota su actividad hasta la convocatoria de un congreso que designe un nuevo secretario general y una nueva dirección.

Los números con los que se había especulado para que la fulminación de Sánchez fuera efectiva eran 19 o 18 bajas, en función de si se tenían en cuenta los actuales miembros (35) o los 38 que se eligieron en el congreso extraordinario.

Sin embargo, los cálculos que han hecho las federaciones críticas es que con 17 dimisiones era suficiente porque tendría que sumarse a ellas las tres bajas que se han producido, por distintos motivos, en los dos últimos años: la muerte de Pedro Zerolo, y las dimisiones de José Ramón Gómez Besteiro y Javier Adreu. El sector crítico considera las 17 bajas, sumadas a esas tres, supone la desaparición de la mitad más uno de la Ejecutiva necesaria para acabar con Sánchez y que el partido quede en manos de un órgano interino.

Verónica Pérez, como presidenta del Comité Federal, el máximo órgano entre congresos, se hará con las riendas del PSOE hasta que se constituya una Gestora. Pérez es la secretaria general en Sevilla y mano derecha de Susana Díaz.

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