Pedro Sánchez ha dicho este miércoles en Estrasburgo que confía en tener Presupuestos en abril. Pero no ha explicado cómo va a conseguir que le salgan las cuentas en el Congreso de los Diputados. “En un pasado no muy lejano fui deportista, y cuando uno sale al terreno de juego, sale a ganar”, ha afirmado.
El presidente del Gobierno necesita conservar el pacto presupuestario con Unidos Podemos y las confluencias, y reproducir la mayoría parlamentaria con la que ganó la moción de censura a Mariano Rajoy: el voto de independentistas y nacionalistas vascos y catalanes.
Sin embargo, Sánchez no ha explicado qué ha cambiado para poder aventurar que tendrá apoyo para los presupuestos, toda vez que los independentistas catalanes han anunciado su rechazo a las cuentas mientras no haya una propuesta de desbloqueo político de la situación en Catalunya y con los presos presos.
“Confío que el conjunto de fuerzas permitan la tramitación de los presupuestos, no sólo los independentistas, sino también Ciudadanos y el PP, que nos permitan debatir y saber si tienen algo que aportar o están en el bloqueo”, ha dicho Sánchez. Pero, ¿se han sentado ya hablar con ERC y el PDeCAT sobre los presupuestos? “Vamos a hablar con todos los grupos parlamentarios”, ha zanjado el presidente del Gobierno en la rueda de prensa.
En el debate previo, el presidente del Gobierno había respondido al líder de los populares en la Eurocámara, Manfred Weber: “Vamos a aprobar probablemente los presupuestos en el mes de abril, anticipándonos a lo que hizo el Gobierno de Mariano Rajoy, que fue en abril cuando los llevó al Parlamento”.
Pero, para ello, necesita a los independentistas, que este miércoles exhibían en el debate carteles con los políticos presos para recordarle el conflicto abierto. Como también se lo recordó la portavoz de los Verdes, Ska Keller, quien le dijo al presidente del Gobierno que algunos ex compañeros suyos –Raül Romeva– estaban en la cárcel por unos delitos por los cuales no habían sido encarcelados en Bélgica ni Alemania.
“En un estado derecho, un gobierno no dicta sentencias”, ha respondido Sánchez en la rueda de prensa, “encuentra soluciones políticas. Si uno mira las sentencias de Estrasburgo y el ranking publicado recientemente por The Economist, España se encuentra entre las cinco democracias plenas en el mundo [la quinta del G-20, la 19 del mundo]. Pero en Cantalunya no hay una mayoría social a favor de la independencia, sólo el 48% vota a favor. El independentismo tiene que reconocerlo y hablar con la otra parte de lo que sí concita una mayoría, que es el reforzamiento del autogobierno”.
“El problema es la convivencia, y en eso está el Gobierno de España”, ha dicho Sánchez, “no hay que judicializar la política, pero tampoco politizar la justicia. Para dar una oportunidad a la política, el independentismo tiene que hablar con la otra parte. El Gobierno facilitará ese diálogo”.