Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Pedro Sánchez respalda al PSC en su pacto con los herederos de Unió

Pedro Sánchez y Miquel Iceta en una imagen de archivo.

Irene Castro / Aitor Riveiro

PSOE y PSC siguen de la mano y con plena unidad de acción ante las elecciones del 21D. La complicidad entre Pedro Sánchez y Miquel Iceta es total. El secretario general del PSOE ha contado con el líder del PSC para todo en la respuesta al desafío independentista y la dirección del partido catalán ha avalado la estrategia, incluido el 155, pese a las fricciones internas que le ha causado. Ahora Sánchez da todo su apoyo a Iceta para los comicios catalanes y apoya la apuesta del PSC de incluir a los herederos de Unió en sus listas. Quedan atrás los tiempos en que el PSOE cuestionaba las decisiones del PSC.

Ferraz ve con buenos ojos el acuerdo electoral alcanzado entre PSC y Units Per Avançar, que se traducirá en la cesión de algunos puestos en sus listas. El integrante más significativo es el exconseller de Interior Ramón Espadaler. Fuentes socialistas aseguran que no tendrán las “cuotas de Convergència”.

La dirección del PSOE y la del PSC consideran que el acuerdo es positivo porque “se amplía el abanico hacia sectores catalanistas no independentistas”. La estrategia del PSC pasa atraer al “catalanismo moderado” e intentar armar una tercera vía que tenga una mayor base moderada. Unió se presentó a las elecciones de 2015 con escaso éxito tras su ruptura con Convergència: obtuvo 100.000 votos, pero no logró el 3% necesario para tener representación en el Parlament. El PSC espera sacar rédito electoral de esos votos y 'rascar' dos o tres escaños gracias a esa alianza.

La maniobra sí ha descolocado a algunos sectores del PSOE, que muestran su sorpresa por que Sánchez avale un pacto de estas características con dirigentes ubicados en el centro-derecha. “Ahora los rojos somos nosotros”, ironiza un destacado dirigente andaluz, que reconoce, no obstante, que el tiempo dirá si es una buena estrategia electoral.

La decisión ha tenido ya la primera consecuencia en las filas del PSC: el alcalde de Gimenells i el Pla de la Font (una localidad de poco más de mil habitantes de Lleida), Dante Pérez, ha anunciado su baja del partido al no querer “compartirlo con los nacionalistas de Unió”. Pérez fue uno de los dirigentes del PSC que apoyó a Susana Díaz en las primarias frente a Sánchez. De hecho, fue quien presentó a la presidenta andaluza en el acto con alcaldes que supuso el pistoletazo de salida para su carrera fallida hacia Ferraz.

El PSC, a favor del “catalanismo transversal”

Iceta lleva semanas evitando pronunciarse sobre posibles pactos postelectorales escudándose en que el PSC no estará en el “frentismo”. Precisamente por eso justifican también este acuerdo basándose en el eje el que se va a desarrollar la campaña, que pilotará estrictamente sobre el conflicto territorial: “Estamos bloqueados por el discurso nacional. Por eso esto es una salida”. “Tal y como están las cosas, desgraciadamente, la lógica izquierda-derecha ha desaparecido”, expresa una dirigente socialista. “No son los elementos centrales”, dice un diputado del PSC.

Desde el PSC insisten, además, en que los representantes de Units Per Avançar representan “el sector más socialdemócrata de Unió”. “Es el centro”, asegura ese mismo diputado. El acuerdo sellado por Iceta y el presidente de la plataforma, Oriol Molins, apenas incluye contenido programático, a pesar de que supondrá la convivencia en el mismo grupo parlamentario.

La alianza incluye tres grandes objetivos genéricos para la legislatura: reformar la Constitución para “votar un acuerdo y no pactar una votación”, dejar sin efecto la aplicación del 155 y recuperar el autogobierno y defender la Ley de Educación de Catalunya así como el desarrollo del sistema sanitario.

No obstante, el texto deja claro que podrá haber disparidad en el voto de determinadas cuestiones programáticas o “relativas a la conciencia personal”. En ese sentido, socialistas y Unió han tenido discrepancias históricamente en asuntos sociales, como el aborto. Espadaler, que es el único integrante de la lista ya confirmado se posicionó claramente en contra de la ley de interrupción voluntaria del embarazo impulsada por el PSOE. En el PSC admiten que han pactado con la democracia cristiana; pero enfatizan en el texto del acuerdo que lo relevante es sumar fuerzas entre el “catalanismo político transversal y diverso”.

Los comunes al ataque

El acuerdo entre el PSC y la antigua Uniò también ha cogido de sorpresa también a los comunes que lidera Xavier Domènech y que el 21D concurrirán junto a Podem, ICV y EUiA. Desde En Comú Podem-Catalunya en Comú (nombre de la candidatura) apuntan a eldiario.es que “la operación de Iceta tiene como objetivo captar voto conservador” y recuerdan que “Espadaler es el heredero de Duran i Lleida”, el exdiputado en el Congreso de la antigua CiU.

Los comunes consideran “preocupante” que el PSC esté “aliándose públicamente con Ciudadanos y el PP”, que estén “apoyando al PP” a nivel estatal con la aprobación del 155 “y que además incorpore en las listas a gente de Unió”. “Se está yendo al espectro más de derechas en sus alianzas, y eso afecta a políticas sociales y de libertades”, señalan las mismas fuentes. Algo que puede tener consecuencias durante la campaña electoral pero también tras las elecciones.

Los comunes se han puesto como objetivo intentar cambiar el marco de la campaña electoral. Ante el riesgo de que el eje nacional (independencia sí o no) polarice las elecciones, la candidatura de Domènech apostará por el “eje social”. Es decir, en vez de ser árbitros en un plebiscito, como parecieron en las autonómicas de septiembre de 2015, recuperar el papel de impugnadores de las políticas que más afectan a la gente.

Espadaler es, además, una persona que se ha hecho muchos enemigos en el espectro de los comunes. No solo entre dirigentes o líderes, sino entre la base ideológica y sociológica de quienes podrían votar a En Comú Podem-Catalunya en Comú sobre todo en Barcelona. Durante su época al frente de la Consellería de Interior los mossos ejecutaron el desahucio de uno de los centros okupados más emblemáticos de la capital catalana: Can Vies.

La entrada y demolición parcial del edificio propiedad del Ayuntamiento que dirigía por entonces el convergente Xavier Trias provocó varias jornadas de altercados en el centro de Barcelona. Trias, que compartía militancia con Espadaler, finalmente reculó y el centro mantiene hoy su actividad. El Gobierno municipal que preside ahora Ada Colau busca una fórmula para mantener este espacio en pie sin incumplir el plan urbanístico.

Etiquetas
stats