RauÌl Gil (SantonÌa en 1975) es uno de esos joÌvenes desencantados con la poliÌtica pero, sobre todo, con el que ha sido su partido, el PSOE. En su juventud, este asesor de comunicacioÌn poliÌtica afincado en BerliÌn, fue secretario general de las Juventudes Socialistas de Cantabria. TambieÌn fue diputado caÌntabro y formoÌ parte del Gobierno que lideraron Miguel AÌngel Revilla y Dolores Gorostiaga.
Desde Berlín ha escrito un libro sobre su experiencia en la poliÌtica espanÌola, Con tinta roja: historias de un joven socialista que lo intentoÌ todo y no consiguioÌ casi nada (Ed. Libros.com, 2014). Su desencanto tiene mucho que ver con ese sentir ciudadano tan generalizado en una EspanÌa que ha visto, seguÌn eÌl, a poliÌticos traicionar “sus valores y principios”.
Su libro es un libro de “historias”. ¿CuaÌl es la mejor?
La historia de ser director general de Juventud. Llegar a un Gobierno donde las poliÌticas de Juventud eran las uÌltimas, estaban a la cola, no teniÌan presupuesto y no se haciÌa nada. Yo fui el primer director general de Juventud menor de 60 anÌos. Lo cambiamos todo. Creamos una Escuela para joÌvenes emprendedores. Lanzamos un programa puÌblico para estudiar idiomas en el extranjero, que nos costoÌ las denuncias de las academias privadas. Pusimos en marcha la red de autobuses nocturnos maÌs grande de toda EspanÌa para evitar accidentes de traÌfico. Nuestro presupuesto se llegoÌ a doblar. En aquella legislatura, la DireccioÌn General de Juventud y todos sus programas, saliÌan por fin en los medios.
Hay historias que no son tan buenas. ¿CuaÌl es la peor?
La de la secretaria general del PSOE en Cantabria, Dolores Gorostiaga, que desaprovechoÌ una buena imagen personal y un potencial poliÌtico enorme, para convertirse en alguien maÌs pendiente del poder y el dinero que de hacer las poliÌticas que los ciudadanos necesitaban. Esto es un drama personal que auÌn no he superado todaviÌa, porque tuve durante mucho tiempo una relacioÌn personal muy cercana con ella. Su deterioro personal condujo al deterioro del partido. En 2003 conseguimos trece diputados en el Parlamento de Cantabria, y ahora tenemos siete. Y eso, habiendo estado gobernando ocho anÌos. Cuando gobiernas se supone que es difiÌcil bajar, porque tienes la oportunidad de hacer cosas.
¿CoÌmo se explica ese bajoÌn?
La gente vio lo que habiÌa. Que habiÌamos traicionado nuestros valores, nuestros principios y que nos dedicaÌbamos maÌs a otras cosas que hacer poliÌtica para la gente. Hubo corrupcioÌn.
¿Se puede extender esa constatacioÌn al PSOE, al PP, o al sistema poliÌtico espanÌol?
SiÌ, yo lo he vivido en Cantabria, pero si uno cambia el nombre, PSOE por PP, y Cantabria por Murcia, es igual. Cambias el nombre de Dolores Gorostiaga por el de otro dirigente y es igual. ¿Por queÌ estamos ante tanta desafeccioÌn por los poliÌticos? Pues porque han caiÌdo todos en esas praÌcticas de corrupcioÌn. SoÌlo hay que ver cuaÌntos casos hay, cuantos imputados hay, cuaÌnta gente que se ha comportado de manera inmoral.
Que haya tanto imputado tambieÌn quiere decir que el sistema tambieÌn funciona.
Claro que siÌ. Lo bueno es que hay muchas cosas que estaÌn saliendo a la luz. Muchas de las cosas que estaÌn saliendo son de la eÌpoca en la que habiÌa mucho dinero. Entonces era maÌs difiÌcil corromperse. El sistema funciona. AhiÌ estaÌ el caso Gürtel, que estaÌ poniendo al PP contra las cuerdas, al igual que el caso de los ERE en el PSOE de AndaluciÌa. Ahora se saben muchas cosas que antes no se sabiÌan. TambieÌn los medios estaÌn maÌs interesados en contarlas porque la corrupcioÌn es un tema de agenda, que interesa a la gente, porque genera morbo, porque genera crispacioÌn. Hay una conjuncioÌn de causas que hacen que se esteÌ sabiendo de toda esa corrupcioÌn.
Su libro se presenta como unas memorias poliÌticas. Pero hay algo en el de ajuste de cuentas con una decepcionante experiencia poliÌtica. ¿No es asiÌ?
Hay algo de ajuste de cuentas con alguna gente, pero tambieÌn hay una reivindicacioÌn personal. Mucha gente no sabe lo que yo he hecho. Siempre he estado a la sombra de poliÌticos y el libro era una forma de decir, yo he contribuido de esta manera, y fui criÌtico entonces y lo sigo siendo ahora.
¿Por queÌ?
Yo puedo ser criÌtico porque estuve dos anÌos diciendo a la vicepresidenta del Gobierno, Gorostiaga, que hiciera cosas y no lo hizo. Porque disenÌamos planes de comunicacioÌn, estrategias, para reconducir la mala situacioÌn que se acaboÌ generando, y no se hizo nada.Y porque le alerteÌ en diferentes ocasiones de las malas praÌcticas en el Gobierno.
No era faÌcil ser criÌtico estando en el Gobierno caÌntabro. ¿Verdad?
LlegueÌ a recibir amenazas de muerte desde mi propio partido. Cuando lo cuento hay gente que no me cree, pero me ha pasado. Por eso, cuando me dijeron que escribiera un libro, penseÌ que igual no era una buena idea.
Ahora que estaÌ en BerliÌn y que se ha distanciado de la poliÌtica espanÌola. ¿Cree que la cultura poliÌtica espanÌola estaÌ cambiando?
EstaÌ cambiando todo en EspanÌa. Hay un empoderamiento de la gente, la sociedad civil se estaÌ fortaleciendo, esos movimientos que salen y que consiguen cosas. Pero todaviÌa hay cosas que solo se consiguen estando en las instituciones. Porque los movimientos sociales estaÌn muy bien, pero no bastan. Esto es lo que ha aprendido Podemos, que estaÌ muy bien estar en la calle, pero lo que hay que hacer es ganar las elecciones. Porque en el Parlamento es donde se cambian las leyes, y donde se puede hacer una ley de matrimonio gay para que no haya discriminacioÌn, o una ley de dependencia para que la gente reciba lo que necesite, o aprobar un presupuesto que ponga los gastos sociales por encima del gasto en defensa. Esto no se puede hacer desde la sociedad civil, desde la sociedad civil se puede empujar para que esos cambios ocurran, pero es en el Parlamento donde se cambian las cosas. Por eso hay que ganar las elecciones.
Habla usted de “empoderamiento”, adoptando la terminologiÌa del partido de Pablo Iglesias. Ahora que ya no es joven socialista, ¿estaÌ maÌs cerca de Podemos?
Hay que agradecer a Podemos su contribucioÌn. Pero no me veo cerca de ellos. Les veo los trucos de magia. A mí no me enganÌan. Pero hay que reconocer que sus trucos les estaÌn funcionando.
¿A queÌ trucos se refiere?
A repetir siempre las mismas cosas. A no salirse nunca de su marco. Centrarse en la criÌtica y no en la propuesta, porque es mucho mas sencillo y encaja mejor con un determinado perfil del electorado. Aprovecharse de la crispacioÌn para generar maÌs crispacioÌn y desafeccioÌn.
¿PodraÌ frenar el PSOE el auge de Podemos?
Pedro SaÌnchez estaÌ metido en la boca del lobo. Lo estaÌ intentando, y me cae bien porque es buena persona, ha estado trabajando fuera del partido, incluso estuvo en paro, y me parece una buena solucioÌn para EspanÌa entre el desastre del PP y la incertidumbre de Podemos. Le mandeÌ mi libro. Le escribiÌ una dedicatoria carinÌosa: “Gracias por intentar hacer un PSOE del que no me dariÌa de baja”. Pero me voy a dar de baja este anÌo porque el PSOE no me da maÌs que disgustos.
¿Incluso cuando gana Susana DiÌaz las elecciones andaluzas?
No discuto que pueda ser una buena presidenta para AndaluciÌa y que lo esteÌ haciendo bien. Si el PSOE de AndaluciÌa no sabe hacerlo bien en AndaluciÌa, apaga y vaÌmonos. Llevan alliÌ toda la vida, no tienen que hacer nada. SoÌlo tienen que seguir la misma dinaÌmica. Pero Susana DiÌaz soÌlo conoce la sede del partido. Y asiÌ no se puede hacer poliÌtica, porque la desconexioÌn con la sociedad es absoluta, es difiÌcil saber por lo que estaÌn pasando los ciudadanos si nunca tuviste problemas para pagar una hipoteca. Ella se ha criado entre los dirigentes del PSOE, entre Jose Antonio GrinÌaÌn, Manuel ChaÌvez, etceÌtera, y se sabe todos los trucos chungos para deshacerse de la gente. Pero nunca ha trabajado fuera del partido y esa desconexioÌn con la sociedad es grande. La forma que tiene de hacer poliÌtica consiste en calcular, ser muy friÌa, hacer lo que interesa en cada momento. Para miÌ eso es vieja poliÌtica. Aunque a nivel de comunicacioÌn lo hace perfecto, es solvente, conoce los temas y habla bien.