Pedro Sánchez ha jugado su última baza unas horas antes del decisivo Comité Federal que los socialistas celebran este sábado: vincular la intención de los críticos de formar una gestora que se haga con las riendas del PSOE con la abstención para permitir que gobierne Mariano Rajoy.
“O se monta una gestora y hay abstención, o deciden los militantes e intentamos un gobierno alternativo”, ha resumido el secretario general, que ha asegurado que será eso lo que se someta a votación. Además, ha sugerido que si pierde en ese pulso presentará su dimisión: “Si el Comité Federal pasa a la abstención, no podría administrar una decisión que no comparto”.
La jugada de Sánchez es convertir lo que, tras la dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva Federal, ha sido una batalla estatutaria sobre lo que procede –convocar un congreso o una gestora– en un “debate político”.
“Una vez puesto en marcha el mecanismo con su renuncia parece razonable que se celebre cuanto antes un congreso extraordinario. No debe cerrarse la puerta de la democracia que suponen las primarias. No debemos quitar la voz a la militancia para que el PSOE sea dirigido por quien ellos y ellas decidan”, ha dicho en referencia a los críticos que quieren reemplazar a la dirección, que consideran está “disuelta” desde la marcha de 17 de sus miembros, por una gestora.
“No se decide sólo si cambiamos el voto de los militantes por una gestora. Definimos el rumbo del PSOE. Siempre he defendido votar no a Rajoy e intentar un gobierno alternativo y de cambio. Nunca he creído que la decisión de abstenerse a Rajoy signifique que esté más cerca de la derecha –ha concedido a los barones tras decir el lunes que abstenerse era ser ”subalternos del PP“–, pero sí advierto de sus consecuencias: abriría la legislatura del chantaje”.
“Lo único que debo preservar son mis palabras. Resolver el debate es urgente, es importante para el PSOE. Si el Comité Federal pasa a la abstención, no podría administrar una decisión que no comparto”, ha afirmado: “O se monta una gestora y hay abstención, o deciden los militantes e intentamos un gobierno alternativo”.
Sin embargo, el intento de Sánchez de convertir la batalla del PSOE en un debate entre abstención o gobierno alternativo es baladí llegado este momento. Los críticos consideran que ya no está “legitimado” para pilotar el partido y que la decisión del Comité Federal debe ser la configuración de un órgano que pilote la actividad hasta que se celebre un congreso para renovar la Secretaría General y la dirección una vez que España tenga gobierno. “Se puede pensar en España y en el PSOE a la vez. Hay tiempo”, ha respondido Sánchez.
Dimite si pierde la votación
Fuentes socialistas han explicado tras la comparecencia de Sánchez, que no ha admitido preguntas de los periodistas, que sus palabras no suponen una modificación del orden del día del Comité Federal que convocaron 16 de los 18 miembros que se quedaron junto a Sánchez tras las dimisiones en bloque.
Lo que se votará, según esas fuentes, es si se celebra o no el congreso extraordinario que, según Sánchez, establecen los estatutos tras la marcha de más de la mitad de los miembros de la dirección. En el caso de que Sánchez pierda esa votación, dimitirá.
Los críticos del PSOE no reconocen siquiera la validez de ese orden del día porque entienden que la Ejecutiva Federal que lo convocó está “disuelta” y opinan que el Comité Federal tiene que formar un órgano para que pilote al partido. No creen siquiera que tenga que votarse ahora la celebración de un congreso sino que éste deberá convocarlo una gestora cuando proceda y se haya aclarado la gobernabilidad, en esta legislatura o tras unas terceras elecciones.
Algunas fuentes interpretan este gesto de Sánchez como una cesión puesto que su “atrincheramiento” podría haberse prolongado pese a perder la votación del sábado, que era su intención inicial. Pero otras consideran que no es más que un intento por situar a los críticos en el “bando de la abstención”.
Precisamente el vínculo de la gestora con permitir que gobierne Mariano Rajoy es uno de los temores de los dirigentes que avalaban el golpe contra Sánchez. “No voy a estar en una jugada que conlleve abstenerse en una investidura del PP”, decía uno de los dimisionarios horas antes de que Antonio Pradas entregara en Ferraz las 17 renuncias.
Eduardo Madina ha defendido este viernes en una entrevista en la Cadena SER que la Ejecutiva es “inhábil” porque no tiene el quorum suficiente para reunirse. Ha apostado por que sea una gestora la que, a partir de ahora, se haga cargo de las riendas del PSOE y ha reconocido que más adelante tendrá que tomar una decisión “endiablada” en cualquier caso: abstenerse o terceras elecciones.
Tras las declaraciones de Sánchez, los críticos se han movilizado para defender que quieren una gestora pero que no conlleve que Rajoy siga en Moncloa. Están convencidos de que tienen de su parte a la mayoría de los cerca de 300 integrantes del Comité Federal. Las llamadas de un sector y otro han sido constantes en las últimas horas. “Ha habido unas presiones tremendas”, admiten fuentes socialistas.