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Podemos se esfuerza en mostrar una unidad que depende del resultado de su votación más decisiva

Vista general de Vistalegre durante el discurso de Pablo Iglesias.

Aitor Riveiro

La primera jornada de la II Asamblea Ciudadana de Podemos ha estado marcada desde su apertura por una idea: “Unidad”. La línea la han señalado los miles de militantes que llenaban las gradas del Palacio de Vistalegre de Madrid. Los dirigentes y referentes del partido se han esforzado por seguirla en todas y cada una de sus intervenciones en el escenario y frente a las cámaras.

Fuera de los focos, la sensación ha sido de incertidumbre, cuando no de pesimismo. La sensación de ruptura es total, más palpable por la tarde que por la mañana. Todos reconocen que las opciones de recomposición, si las hay, dependen del resultado de las primarias, que se conocerá a la 14.00 de este domingo.

La entrada de Pablo Iglesias e Íñigo Errejón al recinto donde hace dos años presentaron al mundo su “máquina de guerra electoral” ha sido muy diferente a la de entonces. Media docena de convocatorias a las urnas después, y con cinco millones de votos como base electoral, no han sido recibidos con vítores, sino con gritos que exigían de forma contundente, imperativa, el entendimiento entre las tres principales candidaturas.

Los líderes han captado el mensaje. O lo traían pensado desde casa. Pero el esfuerzo ha sido evidente durante toda la jornada tanto en los discursos como en los gestos. Iglesias se ha fundido en un abrazo con Errejón por la mañana; por la tarde, Errejón ha hecho lo propio con Miguel Urbán y ha charlado unos segundos con Juan Carlos Monedero, con quien también ha hecho un guiño de reconciliación.

Los cuatro se han dirigido mensajes duros en las últimas semanas. Muy duros en algunos casos. Este sábado, sobre el escenario del Palacio de Vistalegre, han defendido las posiciones políticas que han enarbolado durante toda la campaña. Sin sorpresas de última hora ni giros discursivos inesperados.

El secretario general y principal candidato a revalidar el cargo, Pablo Iglesias, ha utilizado sus tres intervenciones de la mañana para recoger el guante y hacer bandera de la necesidad de un partido unido tras la asamblea.

“El ensimismamiento y la división trabajan para el enemigo”, ha asegurado en su primer discurso, en el saludo inicial que ha abierto la jornada. Ha sido el único momento en el que Iglesias ha compartido escenario con su hasta ahora número dos, Íñigo Errejón. Ambos han salido a la pista del Palacio de Vistalegre por separado y entre aplausos. Más fuertes para el secretario general pero con especial insistencia en la petición de unidad.

El secretario político también ha intervenido en el escenario de Vistalegre 2, en la defensa del documento político que lidera. Errejón ha salido en solitario y ha apelado también a esa unidad que Podemos deberá empezar a construir tras este fin de semana: “A partir del lunes, más Podemos, más juntos, más fuertes, con más voluntad, con más ganas”. Y ha zanjado: “ Somos el ejemplo en España de que no pasarán, unidad, orgullo y victoria. Adelante que se puede”.

Solo el tono más mitinero de Miguel Urbán y Teresa Rodríguez ha conseguido templar un ambiente tan frío como el día en Madrid. Y ha levantado los aplausos más estruendosos de la mañana. “En Vistalegre no hay enemigos, somos compañeros. Nuestros enemigos están fuera de Vistalegre y son poderosos”, ha asegurado Urbán entre gritos de “unidad, unidad” de los asistentes.

La jornada inaugural de Vistalegre 2 ha terminado como ha comenzado. Sin una certeza clara de cuál puede ser el resultado de unas primarias que han vuelto a batir un récord interno en Podemos: 155.275 inscritos han participado en una votación que marcará el futuro a corto y medio plazo del partido.

El resultado se conocerá a las 14.00 horas del domingo. Después, “a descansar y a digerirlos”. ¿Y el lunes? “El lunes, unidad”, apuntan desde todos los sectores. Es un deseo sincero, pero nadie tiene muy claro cómo conseguirlo. Se han roto demasiados puentes y demasiadas cosas en Podemos para que sea fácil.

El lunes volverá a salir el sol. Queda por ver si en Podemos lo hará para todo el mundo. Y si todo el mundo amanecerá en el mismo sitio donde estará cuando se cierre la II Asamblea Ciudadana.

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