Pedro Sánchez y Pablo Iglesias volverán a reunirse este martes en el Palacio de la Moncloa. Esta vez la cita es pública y servirá para que el secretario general de Podemos traslade al candidato socialista sus exigencias para darle su apoyo y así revalidar la Presidencia del Gobierno: negociar su entrada y la de los suyos en un Gabinete de coalición que respete la proporcionalidad de los resultados de las elecciones del 28 de abril. Una tesis calcada en el fondo a la de los comicios de 2015, pero con un tono menos exigente que hace algo más de tres años y con muy poca disidencia interna.
La dirección estatal de Podemos, el Consejo Ciudadano, se ha reunido este lunes durante tres horas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. En el habitual informe en abierto que ofrece el secretario general, Pablo Iglesias ha defendido que el partido debe mantener la línea estratégica marcada durante la campaña: “Dijimos que nos presentábamos para gobernar. Debemos ser honestos con nuestros electores”.
La cita venía precedida de una reunión secreta de varios dirigentes regionales del partido, desvelada por La Sexta, para fijar una posición común ante el principal órgano de Podemos entre asambleas. Y por las palabras contrarias a un acuerdo de Gobierno con el PSOE lanzadas por la dirección andaluza del partido.
Pero el agua no pasó de ahí. La posición andaluza, históricamente defendida por el sector de Anticapitalistas, no ha sido secundada de manera clara por ninguna otra federación salvo por sus principales referentes tanto en el CCE como en la ejecutiva. Bien al contrario, diferentes fuentes confirman a eldiario.es que la mayoría de las intervenciones han defendido la posición de la ejecutiva: negociar un Gobierno de coalición.
Iglesias, en su discurso inicial, ha reciclado una frase que usó de forma habitual en sus mítines durante la campaña del 28A. “Si no se pudieran cambiar las cosas desde el Gobierno, ¿por qué los principales bancos españoles e internacionales le dicen al PSOE que no gobierne con nosotros?”.
El líder de Podemos ha sostenido que en el PSOE hay quienes prefieren gobernar en solitario “para pactar las cuestiones económicas con la derecha”. “Pero puede haber sectores en el PSOE que quieren un Gobierno con nosotros en función de los porcentajes obtenidos en las elecciones, pero que desconfían”, ha añadido.
Romper esa desconfianza, ha dicho, es la labor más inminente que tienen ahora por delante. “Solo un Gobierno de coalición asegura un programa de izquierdas”, ha señalado, para concluir: “Toca colaborar, dialogar y empatizar. Es importante dejar a un lado la arrogancia en la que todos hemos podido caer y ponernos de acuerdo para un Gobierno progresista y estable”.
Juntos, el PSOE y Unidas Podemos suman 165 diputados. A 10 de la mayoría absoluta. Por eso, Iglesias ha reclamado “fórmulas de entendimiento con otras fuerzas de ámbito valenciano, cántabro, catalán y vasco” y ha pedido hacerlo “Sin líneas rojas, ultimátums ni arrogancias”.
Mal resultado, pero por encima de las expectativas
“La debacle no se ha producido”, ha defendido Iglesias. Una tesis que también se ha impuesto de forma mayoritaria en el CCE. La mayoría, según fuentes próximas a la dirección, han “agradecido que ha sido la mejor campaña” y que “tanto la marca Podemos como el liderazgo de Iglesias salen reforzados”.
Los territorios, que ya preparan las elecciones autonómicas y municipales, quieren que su secretario general haga campaña en sus feudos. El papel de Iglesias en la reciente campaña ha sido clave y todos aspiran a recibir su apoyo de forma explícita.
Los resultados del 28A han dejado un panorama complicado para los líderes regionales. En cinco comunidades, Podemos ha perdido toda la representación. En el resto, ha habido una bajada considerable en los apoyos.
“El resultado ha sido malo y así lo he dicho dentro”, señalaba a eldiario.es uno de los líderes regionales que más se juega el próximo 28A a la salida del cónclave. Como es habitual, pocas o ninguna declaración en público, ni en privado, de los consejeros del partido. Ni para bien, ni para mal.
En Podemos están convencidos de que la negociación de verdad arrancará tras el 26 de mayo. Y creen que todas las opciones están abiertas. La última palabra, con todo, la tendrán las bases del partido. “Las grandes decisiones no las tomará ningún comité político, sino los inscritos e inscritas”, señalaba Iglesias al final de su intervención.