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La negociación está muerta desde el 24 de julio. Ese día, horas antes de que se produjese la votación definitiva en el Congreso, el PSOE lanzó su última oferta a Unidas Podemos -el Ministerio de Sanidad, el de Igualdad y el de Política Social con rango de vicepresidencia-. La coalición que dirige Pablo Iglesias lanzó in extremis una contrapropuesta -al plantemiento del PSOE sumaba la competencia sobre las políticas activas de empleo- pero el candidato, Pedro Sánchez dijo no. El 25 de julio, el día en que Sánchez sufrió la segunda investidura fallida en tres años, los socialistas cerraron la puerta a la coalición y desde entonces volvieron a emplazar a PP y Ciudadanos para que se abstengan y eche a andar la legislatura.
Hasta ahora no ha habido más contactos, las relaciones están rotas y la desconfianza entre socialistas y dirigentes de Unidas Podemos es total. El candidato socialista y presidente en funciones, Pedro Sánchez, ha seguido su propia hoja de ruta sondeando a eso que se ha dado en llamar sociedad civil, sindicatos, plataformas y abajo firmantes, consciente de que el tiempo corre: han pasado tres semanas y ya solo quedan cuatro hasta el 23 de septiembre, la fecha en la que si no hay gobierno se pondrá en marcha unas nuevas elecciones que se celebrarán el 10 de noviembre. Por el medio, Podemos y el PSOE han logrado salvar el último escollo para gobernar juntos en La Rioja, después de que también allí fracasase el primer intento de investidura.
Así que este martes, Unidas Podemos hizo llegar un documento al PSOE para tratar de desencallar la negociación. El punto de partida era una vicepresidencia con tres ministerios y a la hora de barajarlos proponía cuatro opciones a los socialistas.
Propuesta 1: vicepresidencia de Derechos Sociales e Igualdad; Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social; Ministerio de Sanidad y Consumo; y Ministerio de Vivienda y Economía Social.
Propuesta 2: vicepresidencia de Derechos Sociales e Igualdad; Ministerio de Transición Ecológica; Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades; y Ministerio de Vivienda y Economía Social.
Propuesta 3: vicepresidencia de Derechos Sociales e Igualdad; Ministerio de Transición Ecológica; Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades; y Ministerio de Agricultura, Pesca y España Vaciada.
Propuesta 4: vicepresidencia de Derechos Sociales e Igualdad; Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social; Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades; y Ministerio de Cultura.
El documento, de 119 páginas, que detallaba además medidas concretas para el futuro gobierno no sirvió para reabrir la negociación. El Gobierno tardó solo unos minutos en desechar la propuesta de Unidas Podemos.
A través de un comunicado, el partido de Sánchez admite que en lo programático las propuestas de ambas formaciones “están muy próximas” pero subraya que “no hay ningún avance en la posición que Unidas Podemos ha mantenido desde el principio” sobre el reparto de áreas. Y esgrime que la abstención en la investidura de Sánchez y algunas cuestiones de Estado -la nota pública cita Catalunya- impiden el acuerdo. “Defendemos un único Gobierno, con una estructura de funcionamiento clara y eficaz que evite la existencia real de dos Gobiernos dentro del mismo Consejo de Ministros”, asegura el comunicado del PSOE que tras la frustrada votación en el Congreso dio por muerta la vía de la coalición. Los socialistas vuelven a invitar al partido de Pablo Iglesias a explorar “otras fórmulas de gobernabilidad”. En otras palabras, un acuerdo a la portuguesa que no implique reparto de ministerios.
A última hora del martes, Pablo Iglesias, en una entrevista en Antena3, ha dicho que no va a “entrar en una dinámica de reproches”. “Hay que dejarlos atrás y ver cómo nos ponemos de acuerdo para un Gobierno de coalición”, ha afirmado. Previamente, varios diputados de Unidas Podemos habían lamentado la nueva negativa de los socialistas. “En todas las Comunidades Autónomas que ha sido posible se ha llegado a un acuerdo progresista con Podemos. ¿Dónde está la desconfianza?”, ha dicho Gloria Elizo.
El reloj hacia las cuartas elecciones generales en cuatro años sigue corriendo en medio de una batalla interminable por el “relato” que los estrategas consideran fundamental para afrontar una nueva campaña. Quedan cuatro semanas para evitar otras elecciones, las cuartas desde 2015.