1. Huelva: Compra de votos para el PP en San Juan del Puerto a cambio de bolsas de comida. Una grabación que acompaña a una denuncia muestra a un militante del PP local convenciendo a un vecino para que vote por correo para apoyar al actual alcalde. Durante la grabación, el vecino se queja de que el alcalde no le ha dado trabajo, y le explican que el voto por correo “tiene más fuerza” para ello.
2. Mérida: Concejales del PP pillados registrando en Correos decenas de solicitudes de votos. Varios concejales de Mérida y una funcionaria del hospital psiquiátrico estarían entre el grupo de personas que, supuestamente, registraron en la oficina de correos de la capital extremeña solicitudes de decenas de votos procedentes del psiquiátrico y otros centros de mayores de la ciudad. El PSOE lo ha denunciado ante la Junta Electoral por si hubiera un delito de suplantación de voto.
3. Riotorto (Lugo): El PP, denunciado por acarrear ancianos “con demencia” para votar por correo. Federico Guriérrez, alcalde de Riotorto (BNG), de apenas 1.400 habitantes, asegura que varios “testigos” acreditan que “candidatos del PP movieron a personas con demencia” hasta oficinas de Correos para que soliciten el voto postal pese a no estar “capacitadas”. “Hemos presentado una denuncia ante la Junta Electoral porque tenemos testigos”, explicaba Gutiérrez en declaraciones a este diario.
4. Badajoz: “Han robado el voto a mi madre”. Ramón acusa a una concejala del PP de Calamonte, en Badajoz, de llevar a su madre, que no sabe leer ni escribir, a tramitar el voto en Correos. Ramón, indignado, explicaba que su madre no habría podido escribir el trámite para solicitar el voto postal porque “es sordomuda, no sabe leer ni escribir. Le han robado el voto”.
5. Amoeiro (Ourense): Sancionan con 90 euros a dos candidatas del PP por acarrear votos de ancianos. La Junta Electoral multa a dos integrantes de la lista del PP en Amoeiro (Ourense) acusadas de presionar a ancianos para votar. Las autoridades electorales admitieron que existió una infracción legal, pero no por acarrear o presionar, sino por pedir el voto en precampaña. El resultado fueron dos multas que sumaban 90 euros.
6. Sevilla: Un juez admite a trámite una denuncia del PSOE por presunta compra de votos del PP. Una octavilla repartida en el barrio sevillano de Torreblanca animaba a los vecinos a acudir a un centro municipal para recibir ayuda en materia de vivienda, alimentación o empleo “en un futuro”. En la grabación adjuntada a la denuncia se escucha a una demandante de ayuda reconocer que “evidentemente nos está ayudando mucho el Partido Popular”.
7. Melilla: Militantes del PP, cogidos in fraganti al depositar 30 votos en una oficina de correos de Melilla. Miembros de Coalición por Melilla, el principal grupo de la oposición, grabaron dos vídeos en los que se veía cómo una mujer entregaba “varias decenas” de votos por correo a una trabajadora de la sucursal. Los agentes acudieron y retuvieron durante 20 minutos a algunos de los miembros del Partido Popular, mientras que militantes de Coalición por Melilla improvisaban una protesta en las inmediaciones denunciando con gritos: “La compra de votos y las presiones a los votantes son una práctica habitual en la ciudad”.
8. Fuerteventura: El secretario general del PP de Fuerteventura denunciado por compra de votos. El presidente del PP de Fuerteventura, Carlos Figueroa, fue denunciado por una ciudadano por una presunta compra de votos en Puerto del Rosario. El denunciante alega que presenció cómo Figueroa entregaba un sobre a una persona a la que seguidamente le daba unas papeletas electorales de su partido político. Además, el ciudadano que interpuso la denuncia, aseguraba que, en el bolsillo de su chaqueta, el candidato del Partido Popular llevaba una mayor cantidad de estas papeletas.
9. Huelva: Monjas acarreando votos de ancianos que no saben no cómo se llaman ni dónde están. Un vídeo difundido por Aracena Puede (Huelva) muestra como ancianos que no saben cómo se llaman son llevados a votar, tutelados por monjas de la residencia donde están ingresadas. No es que no sepan qué han votado, sino que su estado de salud ni siquiera les permite ser conscientes de quiénes son, dónde están o qué hacen allí.