La Policía concluye que Bárcenas no era el único que movía dinero negro del PP

La tesis de Luis Bárcenas acerca de que él solo fue una pieza más del engranaje de la financiación irregular del Partido Popular, heredada de AP, ha recibido un espaldarazo en forma de conclusiones policiales. En esta ocasión, se trata de un informe de la Policía Científica ratificando que la persona que estampa su firma en un ingreso del partido a favor de la emisora Libertad Digital es Álvaro Lapuerta.

La defensa de Bárcenas entregó el pasado enero ese documento bancario al juez Pablo Ruz para respaldar la tesis de que el antecesor de su cliente en la Tesorería del PP también manejó los fondos en negro que entregaban al partido grandes empresarios. Lapuerta fue tesorero cuando Bárcenas ya ocupaba el cargo de gerente.

El informe policial, al que ha tenido acceso eldiario.es, está redactado por la Unidad Central de Criminalística y ya está en poder de Ruz. Para elaborarlo, los especialistas de la Policía han tomado cinco documentos –cuya rúbrica está acreditada como perteneciente a Lapuerta- con dos indubitados, esto es, el resguardo de un ingreso de Caja Madrid relacionado con la compra de 1.270 títulos de Libertad Digital, por valor de 139.700 euros y que al pie de la página lleva la firma del antecesor de Bárcenas, y otro de un impreso de solicitud de la Sociedad Libertad Digital también con la rúbrica de Álvaro Lapuerta.

Al término de las 19 páginas de explicaciones sobre su trabajo, los agentes concluyen: “Se estima con las reservas expuestas, que las firmas dubitadas reproducidas extendidas en los documentos foliados con los números 9290 y 9291 han sido extendidas por el autor de las indubitadas analizadas, don Álvaro Lapuerta Quintero”.

Esas “reservas expuestas” no son más que las que se desprenden de haber tenido que realizar su trabajo con una fotocopia, han explicado antes los agentes. Y en este sentido, precisan: “Se ha podido apreciar finalmente, que mientras las diferencias encontradas son irrelevantes, y perfectamente atribuibles a las naturales variaciones gráficas que se producen de forma espontánea en la escritura y firma de cualquier persona, fruto de las distintas circunstancias del acto en el que fueron extendidas (diferencias que se encuentran igualmente, entre las propias indubitadas analizadas), sin embargo, las analogías son consideradas suficientes en cuanto a la cantidad, y de una calidad alta”.

La carta con la que Bárcenas acompañó la entrega de documentos fue la expresión de la guerra abierta con quien había colaborado durante casi treinta años. Fechada el 31 de diciembre de 2013 en la cárcel de Soto del Real, el extesorero aseguraba que los documentos adjuntados confirman “el conocimiento y autorización por parte de Álvaro Lapuerta de todos los pagos en B que figuran en las hojas de Origen y Aplicación de fondos”, en referencia a las notas manuscritas por él mismo de la caja B del partido.

En los papeles de Bárcenas aparece un ingreso que coincide en fecha, cantidad, origen y destinatario con el documento de pago a Libertad Digital que entregó al juez.

En la misiva, Bárcenas aseguraba que siete meses antes le fue a vistar a prisión un abogado “por indicación del Partido Popular”, pero que defendía a Lapuerta. En la conversación en prisión, este letrado trasladó a Bárcenas que “mantuviese la dignidad con respecto a determinadas informaciones que estaban apareciendo en prensa en aquel momento y que le afectaban a él personalmente”, por Lapuerta. “Pues bien –añadía Bárcenas en su carta a Ruz-, siete meses después sigo manteniendo el mismo comportamiento digno de toda mi vida. Espero que él, por fin, esté a la altura moral que yo siempre le supuse y detalle la realidad de unos hechos”.

El juez tuvo la versión de Lapuerta siete meses más tarde. El pasado julio, el anciano compareció ante el magistrado y otra vez se negó a declarar porque así se lo aconsejaban los médicos. Pero todo lo que calló ante Ruz, lo expresaron sus hijos en una extensa carta difundida a los medios a los pocos minutos de que su padre abandonara la Audiencia Nacional. “Lo que sucedió, ni más ni menos, es que el octogenario Lapuerta fue engañado por la misma persona que engañó al presidente del Gobierno (como él mismo reconoció en el Congreso) y al resto de los presidentes y secretarios generales del PP”, decía la carta de los diez hijos de Lapuerta.

Con este gesto, Lapuerta sepultaba la posibilidad de que el otro guardián del dinero del PP corroborara la versión de la financiación irregular en el partido durante dos décadas. Su tesis es idéntica a la del PP: Bárcenas engañó al partido.

Entre la carta de Bárcenas y la declaración de Lapuerta se produjo el último interrogatorio al extesorero hasta la fecha por parte de Ruz. Fue en marzo de 2014. En una prolija declaración, Bárcenas aludió a que todas las delegaciones regionales del PP tenían su propia contabilidad B para las elecciones. Se detuvo en Lapuerta para defender, una vez más, que su dinero en Suiza no procede de donaciones irregulares sino de su habilidad con los negocios y la bolsa. El no podía haberse llevado el dinero al país transalpino, excusó, porque Lapuerta lo controlaba “todo”.

Bárcenas descendió al detalle y habló del ingreso a Libertad Digital en 2004, poco después de la victoria del PSOE en las elecciones. El extesorero aseguró que el ingreso con dinero negro lo ordenó directamente el secretario general del PP entonces, Ángel Acebes. El medio fue un ariete de la teoría de la conspiración entorno a los atentados del 11-M y de la denuncia de la negociación con ETA, dos de los pilares de oposición del PP durante la primera legislatura de Zapatero.

Según los papeles de Bárcenas, el PP inyectó a Libertad Digital más de 400.000 euros en dinero negro, procedentes de su contabilidad en B. La propia mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias, participó en la operación de compra de acciones con los fondos del partido.