Investigación

La Policía sitúa a los dos implicados en el ataque a la sede de Podemos en el grupo que lidera la ultraderecha en Murcia

Pedro Águeda

14 de noviembre de 2021 21:25 h

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La investigación policial del ataque a la sede de Podemos en Cartagena ha permitido descubrir los vínculos de sus dos presuntos autores con los grupos que controlan la ultraderecha extraparlamentaria en la Región de Murcia. La Brigada Provincial de Información sitúa a Francisco S. M y Javier B. E como miembros de Ultras Murcia 1908, la peña de seguidores radicales del equipo de la capital murciana que actúa como catalizador de la actividad neonazi en la la región. 

Asimismo, los investigadores también han encontrado vínculos de los dos imputados con Lo Nuestro, una organización de corte fascista y xenófobo que actúa en la zona de Levante y cuyos miembros han protagonizado diversos incidentes contra las minorías. En 2017, una treintena de miembros de Lo Nuestro irrumpieron en el desfile del Orgullo Gay en Murcia y agredieron con palos a sus participantes

La jueza del caso atribuye indiciariamente a Francisco S. M ser el autor material de las pintadas y el lanzamiento del artefacto incendiario contra la sede de Podemos el 2 de abril de 2020. La Policía encontró en su teléfono móvil fotografías y conversaciones que acreditan su pertenencia a Ultras Murcia 1908, destacando un chat con otros neonazis de la región controlados por los investigadores. 

En el chat, de nombre ‘Hooligans RMUCF’ participan 11 personas, todos varones, incluido el otro imputado por el ataque a Podemos, Javier B. E. La Brigada Provincial de Información sitúa al frente del grupo Ultras Murcia 1908 a Miguel S. C, alias ‘Suburbios’, de 36 años, y también incluido en el citado chat de WhatsApp. En un informe al que ha tenido acceso elDiario.es, los investigadores consideran a ‘Suburbios’ como “líder del movimiento de extrema derecha en Murcia”, jefe de los ultras del club de fútbol de la ciudad e integrante de ‘Lo Nuestro’. 

La jerarquía de este y de todo el grupo Ultras Murcia 1908 queda de manifiesto en la grabación de una conversación compartida a través de WhatsApp y que estaba guardada en el teléfono del presunto autor del ataque a Podemos. En el audio, uno de los integrantes de Ultras Murcia 1908 y del chat de WhatsApp, Rafael G. Del B., alias ‘Cabeza’, conversa por teléfono con un tal Pedro. Este último ha pedido a un tercero que le ponga en contacto con Cabeza para informarle de que están organizando la sección murciana de Bastión Frontal y que él es su presidente.

Bastión Frontal es una organización de extrema derecha nacida en 2020 en el barrio madrileño de San Blas que recupera las obsesiones tradicionales del fascismo, tales como la “invasión extranjera”, y que tiene una base de militantes muy jóvenes. Entre ellos, Isabel Medina Peralta, quien saltó a los medios por protagonizar un discurso homenaje a la División Azul el pasado febrero luciendo camisa azul falangista. La organización se ha extendido por varias provincias españolas desde entonces.

Al Cabezas, líder de las juventudes de los Ultras del Murcia, no le hace ninguna gracia que el tal Pedro le informe de que están poniendo en marcha Bastión Murcia sin haber pedido permiso antes. “¿Qué quieres que te diga? Lo que vamos a hacer, pues lo que vamos a hacer, tener movimiento por aquí, hacer alguna manifestación que otra contra…”, explica Pedro. Entonces, Cabezas le interrumpe: “¿Y vosotros habéis pedido permiso o algo para hacer eso?”. “¿A quién tengo que pedir yo permiso”?, responde el otro. “¿A quién? Pues compadre, a los que mandamos aquí en la región y nos hemos estado dejando el pellejo toda la vida”, salta Cabezas.  

Cuando Cabezas vuelca el audio en el chat y lo escuchan los demás, el jefe de Ultras Murcia, ‘Suburbios’, zanja que los miembros de la nueva organización de extrema derecha en la región “tienen que pedir permiso” para llevar a cabo su proyecto. Los agentes de la Brigada Provincial de Información concluyen en su informe a la jueza que de los audios “se desprende que no se lleva a cabo ninguna movilización de ultraderecha en la Región de Murcia que no sea aprobada y autorizada por los líderes de Ultras Murcia 1908”.

La Policía vincula a tres de los 11 miembros del chat de los ultras del Murcia también con el grupo Lo Nuestro, una organización de corte fascista y mensaje social que organiza, al estilo de Hogar Social Madrid o España 2000, actividades para personas desfavorecidas, exclusivamente españoles, como recogida de alimentos. Las Fuerzas de Seguridad vinculan al grupo también con acciones violentas como la referida durante la celebración del Orgullo Gay en Murcia hace cuatro años. 

Entre los miembros del chat que practican la doble militancia, en el grupo ultra del fútbol y en Lo Nuestro, está el líder de los primeros, Miguel S. C, alias ’Suburbios’. El principal implicado a la sede Podemos, Francisco S. E, admitió tras su detención haber participado en un campamento de artes marciales organizado por Lo Nuestro.

Un capitán del Ejército del Aire, neonazi vinculado a los detenidos

Una muestra de la monitorización que la Policía hace de los ultraderechistas en la región se aprecia en el interrogatorio a un testigo, otro neonazi que responde a las siglas J. S. S, quien reside próximo a la sede de Podemos y confiesa su amistad con el presunto autor material del ataque. En un momento de la declaración ante los agentes de Información estos le preguntan por un histórico de la ultraderecha de la región, el capitán del Ejército del Aire A. J. M. G. El testigo responde que es amigo suyo y que le conoció porque se lo presentó el segundo imputado por el ataque a la sede de Podemos, Javier B. E.

La vinculación del capitán A. J. M. G con Lo Nuestro fue desvelada por publico.es el pasado mes de febrero. El capitán del Ejército del Aire aparece en fotografías haciendo el saludo nazi de juramento al Führer de los tres dedos o mostrando una Cruz de Hierro de las SS que había adquirido. El capitán A. J. M. G. está actualmente destinado en Albacete, según fuentes policiales consultadas por elDiario.es

Delito de odio e incendio

Hasta el momento, la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Cartagena, María del Mar Gómez Hernández, mantiene imputados a Francisco S. M y a Javier B. E por un delito de incendio y otro de odio cometido la madrugada del 2 de abril de 2020, durante el confinamiento decretado por la pandemia del coronavirus. Los autores del ataque pintaron con espray “Hijos de puta”, “Escoria corrupta” y “No al terrorismo de Estado” en la fachada de la sede de Podemos en Cartagena. Después, Francisco S. M habría lanzado un cóctel molotov contra la sede mientras Javier B. E vigilaba.

A Francisco, de 20 años y con antecedentes por tenencia de armas, también se le imputa, en unas diligencias separadas, un delito de atentado a la autoridad cometido presuntamente contra los agentes durante la práctica de su arresto. Este investigado fue detenido el 6 de agosto pasado. Quedó en libertad tras prestar declaración ante la juez y resultó detenido por segunda vez el martes pasado al haber encontrado la Policía indicios de que también participó en los daños ocasionados a la sede de Izquierda Unida en la localidad leonesa de San Andrés del Rabanedo.

El otro imputado, Javier B. E, declaró ante la jueza el pasado 9 de noviembre. Limitó su militancia política a mantener con su amigo Francisco “conversaciones referentes al Gobierno” y a compartir en redes sociales publicaciones criticando al Ejecutivo central. Aseguró que en el chat de los ultras del Murcia “no se habla de política, solo de fútbol”.

Durante su declaración, tras la cual permanece imputado, Javier afirmó que estuvo con Francisco S. “en el mitin de Vox hace dos años en El Batel”, según recoge el acta del juzgado, a la que ha accedido elDiario.es. El secretario general de Vox, Javier Ortega-Smith, protagonizó el 19 de abril de 2019 un acto electoral que congregó a 1.400 personas en el polideportivo El Batel de Cartagena, quedándose fuera varias decenas de personas al llenarse el aforo. Durante el mismo, Ortega-Smith cargó contra lo que denominó “la ideología de género” y la “mal llamada memoria histórica”.