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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Las escuchas policiales revelan las maniobras de Ulibarri para dar y quitar puestos en instituciones gobernadas por el PP

De izquierda a derecha, Juan Vicente Herrera, la exministra Isabel García Tejerina, el empresario José Luis Ulibarri y Milagros Marcos, consejera de agricultura y portavoz de la junta, en un acto público en Castilla y León.

Laura Cornejo

Si al presunto cabecilla de la trama Enredadera, el constructor y propietario de diferentes medios de comunicación en Castilla y León, José Luis Ulibarri, un político le complica las cosas, entonces “dura menos que un bocadillo en la puerta de un colegio”. Lo cuenta el propio Ulibarri en una de las charlas interceptadas por la policía e incluidas en el sumario que indaga sobre una red de amaños en distintas administraciones públicas.

Además de la familiaridad con la que Ulibarri trata con importantes cargos de la Junta de Castilla y León y algunos de los principales ayuntamientos que le adjudican contratos, los pinchazos policiales ponen al descubierto el poder de Ulibarri para dar y quitar cargos en las instituciones gobernadas por el PP de acuerdo a sus propios intereses.

En una de las muchas conversaciones que mantuvo con el diputado por León Eduardo Fernández, al que la UDEF considera un conseguidor de la red, Ulibarri habla de los movimientos del presidente de la Diputación de León, Juan Martínez Majo, de los de la alcaldesa de Ponferrada, Gloria Fernández Merayo o de un concejal llamado Ricardo, que no era de su agrado por no seguir sus directrices. La UDEF lo identifica erróneamente como un edil de Congosto, un pequeño pueblo de León, aunque dirigentes consultados por eldiario.es sostienen que se trata de un dirigente de Ponferrada, donde Ulibarri tenía intereses relacionados con un contrato de gestión de recogida de basuras.

La llamada se interceptó el 13 de noviembre de 2017, cuando el parlamentario autonómico Eduardo Fernández salía de una junta directiva del PP de León. El presidente, Martínez Majo, había creado una agrupación local y eso no era del agrado de Ulibarri, lo consideraba “un gol por toda la escuadra”.

“Este, este, está jugando sus bazas, las suyas personales eh”, dice Ulibarri a Fernández. “Porque, porque, crear ahí la... crear, eh, el tema local del partido, de la junta local, ¿qué cojones hace ahí?” pregunta el empresario. Fernández le cuenta que Martínez Majo quiere hacer “una cosa distinta de la que hizo Isabel (Carrasco, la expresidenta provincial asesinada a tiros en 2014 y que concentraba un enorme poder al frente de la Diputación y el PP leonés)”.

Ulibarri rebate ese argumento diciendo que ninguna capital de provincia tiene juntas locales. Para él eso es “meter el bicho dentro de un gallinero” y advierte que “Juan [ los investigadores no aclaran si se refiere a Martinez Majo o al presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera] va a tener un problema”.

La conversación, que se corta en varias ocasiones, se centra en los políticos y más en concreto en una hipotética reconfiguración del PP de Ponferrada. Según resume la UDEF, ambos hablan de “las batallas políticas con Gloria Fernández Merayo, alcaldesa de Ponferrada, de Ricardo, el concejal, como trasfondo de todo”, además de las decisiones que toma el presidente del PP de Castilla y León y alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.

Ulibarri advierte que no quiere hablar mucho por teléfono pero “amenaza con que, si él quiere, Ricardo le dura muy poco, políticamente hablando”. A continuación se refieren a Raúl Valcárcel, alcalde de Carracedelo y antiguo socio de Ulibarri. Eduardo le dice que no lo ha citado ningún juzgado pero Ulibarri le advierte que a él tampoco en 9 años (posiblemente se refiere a su imputación en Gürtel en 2009) pero que sabe que “lo acabarán citando antes o después y tiene que estar prevenido para ello”. Según la UDEF “en la conversación se vislumbra el control que tiene José Luis Ulibarri sobre los políticos y la política de Castilla y León”.

José Luis Ulibarri cuenta a Eduardo como ha sido una conversación con la que denomina “nuestra amiga”, Gloria Fernández Merayo, regidora de Ponferrada por el PP.

Habla Ulibarri: “Entonces... yo no sé, yo no sé, a qué coño se está jugando ahí, pero... yo... eh... con nuestra amiga, se lo advertí, le dije, mira, vamos a quitarnos de mareos, estamos tomando un café...”, “Digo, aquí nada más que hay una cosa, claridad, dije, o eres tú, o es Eduardo, porque a mí Ricardo no me significa nada. Dije pero claro, eh, eh, no juguéis a hacer el indio porque nos vamos a enterar todos y ahora ya es delicado, y ahora ya es delicado”.

Sobre Eduardo el concejal en Ponferrada [que los investigadores confunden con un edil de Congosto] el empresario cuenta que hace la guerra por su cuenta pero que durará lo que él y Ricardo quieran. “Se le dan dos meneos y no está”. Si complica las cosas, avisa, “dura menos que un bocadillo en la puerta de un colegio”.

El repaso de dirigentes que hacen el político y el constructor es completo, incluso citan a una tal Amparo [no identificada en el sumario pero que según los dirigentes consultados sería la edil de Hacienda en Ponferrada, que acabó presentando su dimisión] que “no aparece en las reuniones” y a la que “no se le va a dar una segunda oportunidad”. Además, Ulibarri advierte de qué lado tienen que ponerse determinados dirigentes populares. Por ejemplo a la alcaldesa de Ponferrada el empresario le ha dicho que él está con el diputado Eduardo Fernández y que si ella no está, que se ponga “ya” porque de lo contrario se irá “fuera”.

Lo confirma el propio parlamentario autonómico, quien reconoce durante la conversación interceptada por orden judicial que el líder regional del PP, Fernández Mañueco, no quiere contar con ella. “Hay que quitarla, hay que quitarla, hay que quitarla”, pero “sin que se forme lío” y ese será el papel de Eduardo, el diputado en las Cortes Regionales que figura en las conversaciones. “Pues a Gloria [alcaldesa en Ponferrada] que la quiten por las buenas que le van a compensar con algo, Alfonso ya tampoco”.

Ulibarri no solo ejerce su poder para retirar a dirigentes de puestos relevantes, también propone compensaciones para los caídos en desgracia que pretende recolocar como altos cargos en la Junta de Castilla y León. Dice que “hay que buscarle una salida” y Eduardo asiente adelantando que Fernández Mañueco le dirá que se la quiere llevar luego a Valladolid [la sede del Ejecutivo regional]. “Bueno, pues ya está, porque entre 60 direcciones generales una no estorba, hum”. Ulibarri le da la razón diciendo que se le puede recolocar: “Claro, joder, no pasa nada”.

Pero Martínez Majo quiere apartarla antes de las próximas elecciones para que le sustituya otro candidato, y a Ulibarri le parece que va a meter en “un problema de cojones”.

El concejal [señalado erróneamente por la UDEF como de Congosto pero que en realidad es de Ponferrada] no quiere ir en las listas de ese municipio, según Eduardo, porque también quiere ser director general en Valladolid. Ulibarri no da el visto bueno porque según dice el edil “no vale para gestionar” y le pide al diputado autonómico que no cometa ese error en el partido. “Está ahí porque tú quieres”, asegura Ulibarri. “Y no hay nada que decir, pero es tan flojo, tan flojo, tan flojo, es que no dura nada” se queja el empresario. El parlamentario regional está de acuerdo: “De Gloria vamos a terminar discutiendo cómo lo hacemos, pero de Ricardo no se discutiría nada, se va, y se va, y no se acuerda nadie”.

Pero Ulibarri quiere que le transmita un mensaje: “Escúchame, y díselo de parte mía”, ordena, “dile, que no se equivoque .. porque, porque yo con él no tengo ningún compromiso, lo mismo que contigo las cosas van, va todo ordenado, que no se equivoque, si se equivoca, se equivoca”. El empresario deja una conclusión final para dejar claro que no sentirá la salida del concejal de Congosto: “No me duele nada, ¿eh?”.

En otra de las sucesivas charlas que ha transcrito la Policía Nacional, Ulibarri da órdenes muy precisas para configurar el PP de Ponferrada: “Y oye, si lo de la otra [Gloria Fernández Merayo, regidora de Ponferrada] se encamina por algún sitio que no dé guerra, pues vale y ya está, yo no tengo ningún problema”.

“Si aparece ese, se me revuelve el estómago”

El constructor da una orden más sobre lo que hacer en el PP regional: “Y... y... y... en León, que quite a, a la Local de los cojones, que ha creado... Eso es una mierda, que lo desarme, porque el único que va a tener un problema es él [los investigadores no saben si se refiere al presidente del PP de León, a Fernández Mañueco o a Herrrera]. ”Va a tener un problema“, vaticina. Ulibarri también quiere fuera a Carlos López Riesco, el exalcalde que sustituyó a Ismael Álvarez tras su dimisión. ”Si aparece Riesco ahí, entonces se me revuelve el estómago, vamos, ¿eh?“, finaliza sus instrucciones sobre la organización del Partido Popular en la región.

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