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Polonia, ante una coalición rota y el disenso por su polémica ley de medios

Cracovia (Polonia) —

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Cracovia (Polonia), 11 ago (EFE).- Derecha Unida, la coalición que gobernaba Polonia, quedó finiquitada este miércoles tras formalizar la ruptura uno de sus socios, cesado por el primer ministro, Mateusz Morawiecki, en medio de un panorama de dimisiones e incertidumbre política.

A ese terremoto político siguió, este miércoles, una sesión compleja parlamentaria que, tras interrupciones, acabó aprobando la controvertida ley de medios que, según la oposición, vulnera la libertad de información.

El proyecto, defendido por el ultraconservador partido Ley y Justicia (PiS) de Morawiecki, se conoce “ley anti-TVN”, en alusión a esta televisión privada del grupo estadounidense Discovery, crítica hacia el gobierno. Es la principal perjudicada por el cambio legislativo, ya que no se permitirá operar en Polonia a medios cuyo propietario no resida en un país del espacio europeo.

Inicialmente su votación quedó aplazada a septiembre. Pero tras una intervención de la presidencia del Parlamento se reanudó el pleno y fue aprobada por 228 votos a favor frente a 216 en contra.

Fue el colofón de 24 horas de tensiones, en que el mapa político polaco ha sufrido un terremoto que empezó con el cese de un vicepresidente del gobierno y siguió con la dimisión de tres viceministros.

Todo empezó con una comparecencia del portavoz del gobierno, Piotr Müller, el martes por la noche, comunicando el cese del vicepresidente del ejecutivo y ministro de Desarrollo, Jaroslaw Gowin, achacándole deslealtad e “insuficiente” trabajo.

Gowin anunció inmediatamente después el fin de la alianza de gobierno que su partido, Acuerdo, mantenía con el partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS) desde 2019.

Müller transmitió luego la invitación de Morawiecki “a todos los miembros de Acuerdo que quieran implementar el pacto que firmamos juntos” a continuar en sus puestos, con la esperanza de atraer a sus filas a alguno de los diez diputados de esa formación.

Desde 2019, Acuerdo, que obtuvo 20 escaños en las urnas, ha perdido la mitad de esos puestos en sucesivos casos de transfuguismo a las filas del PiS.

Sin embargo, Marcin Ociepa, vicepresidente del partido y viceministro de Defensa, anunció su renuncia “en solidaridad con Jaroslaw Gowin”, y otros tres viceministros hicieron efectiva o anunciaro su dimisión, citando en todos los casos “lealtad” al presidente de su partido.

Las dimisiones en serie pone de manifiesto que la crisis latente entre Acuerdo y el PiS sólo necesitaba una vuelta de tuerca más.

En lo que queda de mes, el gobierno de Morawiecki necesitará más que nunca todos los apoyos que sea capaz de cosechar, pues deberá afrontar dos momentos decisivos en esta legislatura, como el desenlace del contencioso que la Justicia polaca mantiene con Bruselas por su polémica reforma del poder judicial.

Esta gran prueba para el gobierno llegará el próximo 31 de agosto, cuando se anuncie el dos veces retrasado fallo del Tribunal Constitucional sobre la primacía de la Constitución polaca sobre la legislación europea, un contencioso que ha crispado las relaciones de Varsovia con Bruselas y cuyo desenlace podría abrir la puerta a un “Polexit”, algo que también fue muy criticado por Gowin.

Además, la falta de consenso en la distribución de fondos del plan de recuperación pospandemia y una reforma fiscal que, según el líder de Acuerdo, “perjudicará a millones de polacos”, se convirtieron en diferencias insalvables entre Gowin, de ideología liberal y partidario de acercarse a Europa, y el PiS que dirige Jaroslaw Kaczynski, con posturas nacionalistas radicales y económicamente proteccionistas.

Está por ver si la crisis abierta con la escisión de la alianza conservadora conduce a un adelanto en las elecciones. El principal partido de la oposición, la Plataforma Cívica (PO) de Donald Tusk, podría ser el beneficiado del primer momento de verdadera debilidad del PiS desde que subió al poder en 2015.

Según los analistas polacos, es difícil creer que Kaczynski, considerado como un gran estratega, se haya dejado llevar por un impulso y haya destituido a Gowin sin tener listo un plan que le beneficie. Pero el silencio que hasta ahora mantienen Morawiecki y él mismo no dan ninguna pista al respecto.

A pesar de perder la mayoría absoluta en las elecciones de 2019, el PiS controlaba 232 escaños (frente al total de 460) con alianzas y acuerdos. Con el divorcio de Acuerdo, su poder se ha reducido a 221 votos.

Con el anuncio de Gowin de crear su propio grupo parlamentario, la incógnita de cuántos de sus diputados decidirán engrosar las filas del PiS es el factor que puede decidir el futuro político del país a corto plazo.