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El PP abandona la campaña contra los indultos tras el fiasco de la recogida de firmas

Casado y García Egea, el pasado fin de semana en el congreso del PP balear.

Iñigo Aduriz

28 de julio de 2021 22:10 h

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La pasada primavera, el Partido Popular presentó su campaña contra los indultos del Gobierno a los dirigentes independentistas como su principal estrategia para intentar hacer caer al Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos. En un plan idéntico al planteado en 2006 por el PP de Mariano Rajoy, en ese caso contra el Estatut catalán, Génova 13 puso en marcha una recogida de firmas, se propuso tomar las calles y anunció recursos ante los tribunales para frenar los perdones a los que los populares llaman “delincuentes”, que “dieron un golpe de Estado” contra España por su participación en el procés independentista.

El fiasco de la campaña lanzada por la dirección de Pablo Casado –que no logró paralizar los indultos y que tampoco consiguió una masiva adhesión social a sus planes– ha obligado en cambio al principal partido de la oposición a relegar sus acciones contra las medidas de gracia y a repensar su estrategia, ahora centrada en contemporizar con la extrema derecha en asuntos como la inmigración o el revisionismo acerca de la Guerra Civil o la dictadura, con el objetivo de recuperar el electorado fugado a Vox en los últimos años para consolidar el alza en las encuestas del PP.

Del plan contra los perdones a los dirigentes independentistas solo siguen plenamente vivos los recursos ante el Tribunal Supremo presentados por el PP, pero también por Vox y Ciudadanos.

La única movilización callejera que secundó el PP frente a los indultos fue la de la Plaza de Colón del pasado día 13 de junio. Y supuso un fracaso para los populares, ya que la protesta, convocada por una plataforma liderada por la exlíder de UPyD Rosa Díez, estuvo hegemonizada por la ultraderecha. Simpatizantes de Vox llegaron a abuchear al propio Casado, que ni siquiera llegó al centro de la mítica plaza madrileña en la que se reprodujo la unión de las tres derechas –porque también asistieron los líderes de Vox y Ciudadanos– dos años después de la primera foto conjunta, de 2019. Ante lo ocurrido allí, el PP no ha convocado ninguna otra manifestación o concentración contra los indultos.

Españoles de “primera y segunda clase”

El principal revés para los populares ha sido, en todo caso, el de la recogida de firmas. La última cifra ofrecida por la dirección de Casado es que, hasta julio, esperaban lograr 500.000 rúbricas. Ni siquiera habrían firmado, por tanto, los 800.000 militantes que el PP dice tener siempre que se le pregunta por las cifras de afiliación. La recogida se inició el 1 de junio, por lo que ya han pasado casi dos meses.

En ese mismo periodo, en 2006, el PP había conseguido varios millones de firmas contra el Estatut. Y, finalmente, el entonces líder de los populares, Mariano Rajoy, presentó en el Congreso cuatro millones, recopiladas en solo cuatro meses.

La dirección de Casado es consciente del fiasco y lleva semanas sin mencionar esa recogida de firmas en sus declaraciones públicas, en las que la guerra contra los indultos ha ido perdiendo peso a favor de otros ataques contra el Gobierno, al que el PP insiste en vincular con Venezuela, Cuba y “los herederos del brazo político de ETA”, como ha llegado a sostener esta semana el presidente de los populares.

En su última intervención, el martes, durante una conferencia sobre “populismos”, el líder del PP se limitó a acusar al Gobierno de “dividir” a los españoles “en primera y segunda clase”, dependiendo “de si viven en un territorio gobernado por independentistas que mantienen a Sánchez en el poder”. “Mal negocio para la igualdad de todos los ciudadanos, a los delincuentes les indultan y a los cumplidores de la ley les desprecian”, dijo.

La página web del PP ya no muestra el contador de firmas que sí se pudo ver al inicio de la campaña, y tan solo existe un enlace secundario a la página de la plataforma Change.org en la que los populares facilitaron la recopilación de rúbricas por internet. En ese portal, las firmas contabilizadas tan solo ascendían a 59.113 al cierre de esta edición. Además, la dirección de Casado ha dejado de instalar sus mesas de recogida de firmas en las calles de las distintas ciudades españolas.

La última vez que Génova 13 hizo una mención explícita a los indultos en sus argumentarios internos fue hace ya dos semanas. En sus consignas –las que la dirección de Casado envía cada día a todos sus cargos para que las repitan en sus intervenciones públicas–, la dirección del PP insiste en que esos perdones a los dirigentes independentistas suponen un “atropello democrático” contra “los miles de catalanes que han visto atacado su patrimonio, su libertad, su seguridad y su convivencia”. “Los indultos no han servido para nada, solo para que los independentistas hayan cogido energías para seguir con su plan de romper con España”, sentencia la cúpula popular.

Casado habla de una “degradación moral y política”

Ante sus principales dirigentes, Casado hizo gala de su discurso, que ha virado de nuevo a la derecha, durante la Junta Directiva Nacional –máximo órgano entre congresos– de la semana pasada, que tuvo lugar en Gredos (Ávila) coincidiendo con el tercer aniversario de su triunfo en las primarias de 2018.

“Ninguna oposición ha tenido en Europa un Gobierno tan radicalizado, tan obsesionado por el poder y tan poco dispuesto al acuerdo. Sánchez se entiende solo bien con los comunistas, los independentistas y los batasunos, porque piensan solo en su propio interés, y se venden no al pacto, sino al trueque, como si el Estado fuera un gran zoco”, apuntó, volviendo a elevar el tono contra la izquierda.

“Con nosotros nunca querrá entenderse porque nosotros no queremos nada para nuestro propio beneficio”, añadió. “Nuestras condiciones no son ni indultos, ni acercamientos de presos, ni connivencia con dictaduras bananeras, ni transferencias millonarias. Nosotros solo ponemos por delante el interés general de los españoles”.

“Él [en alusión a Sánchez] aceptó ser el mascarón de proa en el buque pirata de la antipolítica, una embarcación en la que el nacionalismo llevaba el timón y al que Podemos hinchaba las velas. Pero ahora es un barco fantasma a la deriva, esperando la próxima tormenta electoral que lo desfondará. Las medidas de gracia a los que dieron un golpe de Estado o los beneficios penitenciarios a asesinos etarras son la muestra de la peor degradación política y moral”, sentenció el líder del PP. Tampoco entonces Casado hizo una sola mención a la recogida de firmas iniciada por su partido contra esos indultos, que distintos dirigentes populares consultados por este diario consideran ya finiquitada.

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