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El PP agota su campaña contra los indultos a los presos del procés

El líder del PP, Pablo Casado, la semana pasada.

Iñigo Aduriz

16 de junio de 2021 22:43 h

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El Partido Popular ha agotado en menos de un mes las iniciativas de su campaña contra la concesión de los indultos a los presos del procés por parte del Gobierno. La que iba a ser su principal estrategia para hacer caer al Ejecutivo progresista no ha logrado que el equipo de Pedro Sánchez cambie de opinión sobre esos perdones. Es más, el presidente del Gobierno se ha visto reforzado en los últimos días en su plan de aprobar de forma inminente –en las próximas dos semanas– las medidas de gracia para los dirigentes independentistas condenados por el Tribunal Supremo.

En una estrategia calcada a la que mantuvo el PP de Mariano Rajoy en 2006 contra el Estatut catalán, la dirección de Pablo Casado programó una recogida de firmas, movilizaciones callejeras, ofensivas en parlamentos autonómicos o ayuntamientos para “retratar” las supuestas contradicciones al respecto dentro del PSOE, y distintas iniciativas en el Congreso de los Diputados. Pero, tres semanas después de iniciar su plan de ataque, ninguna de esas actuaciones ha obtenido el resultado buscado por Génova 13.

La recogida de firmas, iniciada el pasado día 1, hace dos semanas, tan solo ha conseguido la adhesión de más 300.000 personas según las últimas cifras ofrecidas por la dirección del PP el pasado martes. El dato se queda por tanto muy lejos de las 800.000 que logró el partido en solo una semana hace 15 años contra el texto estatutario catalán, que finalmente obtuvo, en total, cuatro millones de rúbricas. Ni siquiera habrían firmado contra los indultos, por tanto, todos los militantes del partido que, según la dirección estatal, siguen siendo más de 800.000.

En cuanto a las movilizaciones callejeras, la única gran protesta pública contra los perdones a los presos del procés tuvo lugar el domingo, en la Plaza de Colón de Madrid. La concentración, que tuvo una asistencia considerablemente menor a la de otras manifestaciones de la derecha –por ejemplo, como la que propició la conocida como foto de Colón de febrero de 2019– ni siquiera fue convocada oficialmente por el PP sino por una plataforma ciudadana, Unión 78, impulsada por la exlíder de UPyD, Rosa Díez.

Casado, desplazado por Ayuso en Colón

Los populares, además, no lograron ningún tipo de protagonismo durante la protesta, que estuvo hegemonizada por Vox y por sus simpatizantes, que abuchearon a Casado a las puertas de la propia sede del PP y también a su llegada a Colón. El líder de los populares ni siquiera llegó a situarse en el centro de la concentración en la emblemática plaza madrileña, sino que se quedó en sus inmediaciones, en concreto, en la confluencia de las calles Recoletos y Génova.

Casado, que se fijó la campaña contra los indultos como un trampolín decisivo para mantenerse arriba en las encuestas y tener opciones de consolidarse como “alternativa” al Gobierno progresista, se vio en cambio desbancado en Colón por el protagonismo de su compañera de filas, la presidenta electa de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Los mismos ciudadanos que abucheaban al líder del PP alababan a Ayuso proponiéndola como próxima candidata a la Moncloa. Pero además, la propia dirigente madrileña acaparó la atención mediática y enfadó a la dirección de Casado por sus declaraciones sobre el rey, realizadas junto a Casado a las puertas de Génova 13, tan solo unos minutos antes de acudir a Colón.

Ayuso aseguró entonces que, en el caso de que el monarca firmara los indultos, el Gobierno le estaría haciendo “cómplice” de los mismos, cuestionando así el papel constitucional del monarca que por ley está obligado a asumir todos los acuerdos del Gobierno, y alentando la falsa idea de que podría no firmarlos. Desde entonces, tanto Casado como los distintos miembros de la dirección nacional del PP se han visto obligados a desmarcarse de las palabras de Ayuso –que, tras una aparente rectificación el lunes por la tarde, se reafirmó en sus acusaciones solo unas horas después, a primera hora del martes, involucrando además al propio líder nacional de los populares–, que con su polémica sobre el jefe del Estado logró relegar a un segundo plano la campaña de su propio partido contra los indultos.

Así ocurrió de nuevo este miércoles, durante la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso de los Diputados, donde los intentos de Ayuso por involucrar al rey en la polémica de los indultos a los presos del procés daban aire al Gobierno, que utilizaba las salidas de tono de la dirigente madrileña para cortar de raíz los ataques del PP por esos inminentes perdones gubernamentales. En el Ejecutivo están, además, contentos porque consideran que la manifestación en la Plaza de Colón fue un fracaso, especialmente para Pablo Casado. “No consiguieron lo que perseguían”, repiten en Moncloa.

En el Pleno, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acusaba a Casado de utilizar a Ayuso para desviar la atención sobre los casos de corrupción de su formación política. “Ustedes envían a la señora Ayuso a decir incongruencias sobre el rey. Utilizan los resortes del Estado para tapar su corrupción”, le espetaba. “Nosotros no vamos a utilizar ni la Constitución, ni la monarquía, ni la bandera para dividir a los españoles”, añadía el jefe del Ejecutivo dirigiéndose al líder del PP. Casado, por su parte, trataba de defenderse acusando a Sánchez de “mentir” para seguir en la Moncloa y se mofaba de la conversación que mantuvo el jefe del Ejecutivo el lunes con el presidente estadounidense, Joe Biden, en el marco de la cumbre de la OTAN en Bruselas. “Su penoso monólogo de 29 segundos detrás de Biden causó vergüenza a todo el mundo”, zanjaba.

Fracasos en el Congreso y los parlamentos autonómicos

Solo unas horas después quedaba en evidencia otro fracaso del PP en su campaña contra los indultos. Una mayoría ampliada del 55% de los diputados del Congreso rechazó la moción de los populares en contra de esos perdones a los presos independentistas. En la votación de este miércoles se evidenció que son más los representantes públicos que apoyan los indultos –la iniciativa fue rechazada por 190 votos en contra de los partidos del Gobierno y sus socios, frente a 152 a favor de las tres derechas de PP, Vox y Ciudadanos– en la Cámara Baja, el órgano que, junto al Senado, representa al conjunto del pueblo español.

Tampoco lograron los populares otro de sus grandes objetivos: evidenciar las supuestas contradicciones en el seno del PSOE –principal partido del Gobierno de coalición– sobre los indultos. El PP lanzó otra ofensiva con la presentación de mociones contra esos perdones en la mayoría de parlamentos autonómicos, pero también en algunos ayuntamientos y diputaciones. Y, lejos de abrir una brecha en aquellas federaciones socialistas más sensibles a la fractura por el acercamiento al independentismo, el PSOE ha rechazado las iniciativas allí donde ya se han votado sin presentar ninguna fisura.

El último lugar fue Andalucía, la semana pasada, donde sendas iniciativas de PP y Ciudadanos fueron rechazadas por los socialistas. El PSOE de Castilla y León también votó en contra de una iniciativa similar en los mismos términos. En el Parlamento aragonés la moción se debatirá esta semana, pero el PSOE de Javier Lambán ha rechazado ya sendas iniciativas similares en las diputaciones de Huesca y Zaragoza así como en el Ayuntamiento de la capital. Y, en Cantabria, los socialistas rechazaron una proposición no de ley de Ciudadanos al respecto. Pese a su evidente fracaso, el PP aprovecha cada ocasión en la que los socialistas votan en contra de la propuesta para salir al ataque: “Ha quedado retratado”.

Pese a estos reveses en sus planes contra los indultos, desde la dirección de Pablo Casado insisten en presentar esta estrategia como su gran iniciativa contra el Gobierno para los próximos meses, al menos hasta que se celebre su Convención Nacional de otoño. En sus argumentarios internos, las consignas que envía cada día Génova 13 a todos los dirigentes populares del país para que los repitan en sus comparecencias públicas, la dirección popular sostiene que “mientras Sánchez se aleja de la sociedad por mera supervivencia en Moncloa, el PP va a estar donde tiene que estar: en la calle con la sociedad civil y en las instituciones reivindicando la igualdad de todos los españoles y el estado de Derecho”.

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