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Como si no fuera un escándalo que les afecta gravemente como partido, ningún dirigente del PP se ha atrevido hoy a abrir la boca ante Mariano Rajoy sobre Luis Bárcenas. El primer Comité Ejecutivo Nacional después de la entrada del extesorero en Soto del Real no ha merecido ningún comentario ni petición de explicaciones sobre el caso y sus consecuencias. Tampoco se ha discutido si es hora de que se pida perdón a los ciudadanos. La consigna oficial para los próximos días se reduce a que nadie tiene miedo de lo que Bárcenas pueda contar porque el PP es transparente y confía en la Justicia.
En la reunión ni siquiera se ha pronunciado el nombre del extesorero, porque todo lo que ha dicho Rajoy sobre el asunto es que habrá “colaboración máxima con la Justicia”. El “no tengo miedo al chantaje” que ya expresó el presidente del Gobierno desde Bruselas ha sido repetido por Alicia Sánchez Camacho y otros dirigentes del partido a la entrada de la sede. La única nota discordante, la de Esperanza Aguirre, que en la misma puerta ha dicho sentirse “abochornada” por la corrupción pero se ha callado cuando se le ha preguntado si lo diría así dentro de la reunión. Después, como viene siendo habitual, no ha considerado necesario compartir su vergüenza con sus compañeros.
De esta forma, expresiones como “bochorno” o el “asco” que sienten muchos miembros del PP en palabras de Arantza Quiroga, no se han visto reflejadas en las intervenciones internas. Ya a la salida, la presidenta del PP vasco ha dicho confiar en que la dirección nacional del PP recupere la credibilidad “con hechos”. Alberto Núñez Feijóo ha declarado sentirse “cada día más seguro de su partido”. La versión de Alberto Fabra ha sido de “confianza en la transparencia” del PP.
Al frente de los que no están atemorizados por la venganza de Bárcenas está María Dolores de Cospedal, que ha afirmado en la rueda de prensa posterior que ella “no tiene miedo a nada” aunque luego ha matizado que hablaba de política y que todas las madres pueden sentirlo por sus hijos. La única referencia indirecta al encarcelamiento de Bárcenas ha sido que está en la cárcel “porque la Justicia es independiente y la Fiscalía, también, y alguien podría ponerlo en valor”.
¿Cómo casa el respeto a la Justicia con hablar de “causa general” como hizo la semana pasada Carlos Floriano? Cospedal ha explicado que su vicesecretario se ha quejado de lo largo del proceso pero que en ningún caso se refería a la instrucción del juez Pablo Ruz. En opinión de Cospedal, a la que miraba atento Floriano porque estaba sentado enfrente, hablaba de los “juicios paralelos” a los que se está sometiendo al PP y al Gobierno por culpa de la “filtración” de los documentos que el PP ha ido aportando a la causa a petición del juez.
El silencio de Aznar
La apariencia de calma total en el PP ha contado con la colaboración de José María Aznar, que unas horas antes ha inaugurado el campus de FAES junto a Cospedal. Por primera vez, el expresidente se ha callado en una ocasión como esta y se ha limitado a presentarla. Cospedal ha asegurado que ese silencio no es nada extraordinario y que es la fórmula habitual, aunque desde FAES se informaba ayer de que se facilitaría el discurso previsto.
De esta forma se firma un acuerdo de paz porque Aznar da por hecho que Rajoy y el PP han entendido el mensaje de la polémica entrevista en Antena 3 y cree que se está teniendo en cuenta. Desde que el Gobierno reaccionó y fue representado por Soraya Sáenz de Santamaría y varios ministros, la asistencia a cualquier acto de Aznar asegura cierta tranquilidad para Rajoy y los suyos.