La versión oficial es que el PP no desea que se repitan las elecciones generales porque desea que cuanto antes el país tenga un nuevo Gobierno estable y presidido por Mariano Rajoy. Pero, en realidad, el partido del Gobierno no las tiene todas consigo en cuanto a mejorar mucho su resultado en una nueva cita electoral antes del verano. El temor de los conservadores es que, después del desgaste de una nueva campaña, el número de escaños no varíe de forma sustancial.
“¿Repetirlas para qué? ¿Para ganar un puñado de escaños que tampoco basten?”, reflexionaba hace pocos días un miembro de la dirección.
El rapto de sinceridad de este dirigente choca con la declaración que Javier Maroto hizo este lunes en rueda de prensa al abordar el asunto. “El PP no tiene ningún temor a unas elecciones anticipadas, pero no es el escenario que preferimos”, justificaba el vicesecretario del área sectorial.
La posibilidad de una nueva convocatoria ante las dificultades de Rajoy y de Pedro Sánchez de concitar los apoyos suficientes para ser investidos cada vez es más real. Tanto Rajoy como su partido sitúan ese panorama como el tercero posible si el intento por convencer al PSOE y Ciudadanos no da frutos. La segunda opción, sobre la que alertan en cuanto al peligro que supondría, es que el líder de los socialistas pueda apoyarse en Podemos y partidos nacionalistas e independentistas para conseguirlo.
El riesgo de que los 123 diputados que obtuvo la lista más votada el 20 de diciembre aumenten de forma insuficiente para que Rajoy consiguiera volver a gobernar está muy presente en Génova. Hasta ahora, la conclusión más extendida en el PP es que, en caso de nuevas elecciones, los principales damnificados serían el partido de Sánchez y el de Albert Rivera. Los socialistas se hundirían por el trasvase de votos a Podemos. En el caso de Ciudadanos, la hipótesis es que parte de los que les votaron hace un mes serían víctimas del voto útil y en unas segundas elecciones optarían por el partido de Rajoy.
Por el momento, las encuestas publicadas después del 20D no señalan un aumento significativo de votos para el PP. Tampoco auguran un batacazo para Rivera. La realizada por Metroscopia y publicada por El País estima que el partido de Rajoy pasaría del 28,7% cosechado en diciembre a un 29,0%. En el caso de Ciudadanos, el resultado no sería una caída sino un aumento del 13,9 al 16,6%.
Según el sondeo elaborado por Celeste-Tel para eldiario.es, el horizonte de Rajoy no es mucho más optimista. La lista del PP obtendría en una repetición electoral un 30,2% de porcentaje de voto, medio punto más, mientras que Rivera sí caería hasta un 12,6%.
Un crecimiento en votos y escaños permitiría a Rajoy presumir de liderar la fuerza más votada por segunda vez y de haber aumentado la distancia sobre su inmediato competidor, el PSOE. Pero el miedo del PP es que, aun así, la situación de la investidura quede igual porque tampoco la suma con Ciudadanos se revele suficiente.