La dirección del PP duda de que Albert Rivera vaya a conseguir en la reunión que empieza dentro de pocos minutos arrancar a Mariano Rajoy una fecha para someterse al debate de investidura. Gobierno y partido ya han hecho los cálculos en el calendario para relacionar la posible investidura fallida del presidente en funciones con la siguiente campaña electoral. Así se lo planteará Rajoy a Rivera este jueves y a Pedro Sánchez en los próximos días. Los cálculos llevan a volver a votar en la segunda quincena de enero.
Fuentes del partido reconocen que es imposible separar ya el debate de la próxima campaña caso de que las terceras elecciones sean inevitables. De esta forma, consideran, aumentan aún más la presión para que el PSOE acabe absteniéndose en el primer debate o en un segundo intento.
Que Ana Pastor convocara la sesión para la primera semana de septiembre obligaría a convocar las elecciones dos meses después, el 2 de noviembre. Los 54 días de antelación que la ley establece para convocarlas llevarían al día de Navidad. Tampoco el domingo de Año Nuevo ni el posterior a Reyes se contempla votar porque la campaña electoral coincidiría con el periodo navideño. Con este panorama, los calculos llevan a un debate a la última semana de septiembre o la primera de octubre, tras las elecciones vascas y gallegas.
Preguntada por la difícil situación en la que el PP coloca a Rivera si no hay compromiso de fecha, María Dolores de Cospedal ha tratado de templar los ánimos e insinuar que igual se da “alguna noticia” sobre el asunto. Dentro de ello, encajaría una inminente declaración de Ana Pastor anunciando la fecha y escudándose en que los partidos están negociando y que su papel es el de “contribuir a hacer todo lo posible” para que de la sesión de investidura salga un presidente investido.