Si alguien tenía dudas de que el Parlamento Europeo puede ser un ring para cualquier combate, este martes han quedado despejadas. La Eurocámara ha celebrado un debate, protagonizado mayoritariamente por eurodiputados españoles, sobre el encuentro en el aeropuerto de Barajas entre el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez.
La iniciativa del debate, de Jordi Cañas (Ciudadanos) recibió el visto bueno del plenario de Estrasburgo este lunes, y el debate del martes ha evidenciado tres claves: la alianza de PP, Vox y Ciudadanos, que ha golpeado de la mano al Gobierno “socialcomunista” con Venezuela; la sintonía entre PSOE y Unidas Podemos para acusar a las derechas de instrumentalizar las instituciones europeas para hacer política partidista y defender la labor del Gobierno –“subidas del SMI, lucha contra la ludopatía”, ha dicho Sira Rego (IU)–; y la determinación de las instituciones comunitarias, en este caso por boca del interviniente por parte del Consejo y la Comisión, el vicepresidente y jefe de la diplomacia, Josep Borrell, en despejar el asunto al ámbito interno.
“Las restricciones son decisiones del Consejo”, ha dicho Borrell, “y, por tanto, no son union law. Y si no son union law, la Comisión Europea no tiene ningún papel ni ninguna manera de iniciar ningún procedimiento de infracción. Habría que cambiar los tratados para que no fuera así. Ustedes son eurodiputados, ustedes deben de saber eso, ¿no? ¿Les sorprende? Pues tendrán ustedes que estudiar un poco más porque no les debería sorprender. Y si yo no tengo ningún fallo lógico en mi razonamiento, es que lo tienen ustedes”, ha reprendido Borrell a los eurodiputados de PP, Ciudadanos y Vox.
Y ha zanjado, señalando que sólo a través del Consejo –los gobiernos– podría llegar alguna hipotética queja a España: “Como Alto Representante, hablando desde el lado del Consejo [de la Unión Europea], también soy responsable de garantizar la aplicación coherente de la Política Exterior y de Seguridad Común, incluidas las sanciones adoptadas por los Estados miembros en el Consejo. En este contexto, el Servicio Europeo de Acción Exterior, en consulta con la Comisión Europea, cuando sea competente, estará en contacto con los Estados miembros de la UE en relación con las presuntas violaciones [de las sanciones] para garantizar que se apliquen de manera homogénea en todos los Estados miembros”.
Si bien el lunes la mayoría de la Eurocámara apoyó la celebración del debate, lo cierto es que estaba casi vacía, y que la mayoría de los intervinientes han sido españoles.
La portavoz del PP, Dolors Montserrat, abrió el debate acusando a Pedro Sánchez de “introducir en el Gobierno de España la política chavista con Pablo Iglesias de vicepresidente”, y muestra de ese “abrirse al chavismo” sería, según Montserrat, el encuentro de Ábalos con Rodríguez. “Han perdido toda la credibilidad por inclumplir las sanciones y mentir. Necesitamos conocer la verdad, y pedimos al Consejo de la UE que se investigue. Aléjense del populismo y el chavismo y defiendan a Europa”.
El asunto de la credibilidad ha sido de ida y vuelta. portavoz socialista, Javier Moreno, también lo ha utilizado, pero en sentido contrario: “Nueve de los 10 oradores que han pedido la palabra son españoles, el hemiciclo está casi vacío... Son irresponsables y desleales. No piensan en el pueblo venezolano, están haciendo el ridículo”.
Jordi Cañas, el eurodiputado de Ciudadanos impulsor del debate, ha cargado contra el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell: “A mí, señor Borrell, me hubiera gustado que hubiera actuado como Alto Representante y no como ministro, exminitro de Asuntos Exteriores del señor Sánchez. Es evidente que el gobierno de España ha faltado a la verdad, es evidente ha incumplido la decisión adoptada por esta cámara. Lo que es evidente es que la Comisión no ha hecho nada y es muy sencillo. ¿Notificó el gobierno al Consejo la excepción al gobierno del señor Maduro? No, no lo hizo. ¿Está ese documento al alcance de los ciudadanos? No, no lo hizo y a usted no le importa”.
El eurodiputado de los comunes, Ernest Urtasun (Verdes), ha pedido “perdón” al resto de la Cámara: “Quiero pedir perdón por este debate entre españoles. Lo que estamos haciendo es degradar la imagen de la delegación española. Y pido reflexión a los colegas del PPE y de Renew, que han provocado este debate y ni siquiera asisten a él”.
Hermann Terstch, eurodiputado de Vox, ha insistido en los argumentos de PP y Ciudadanos: “Es un debate sobre el respeto de las normas europeas por parte de un Gobierno socialcomunista. Quién sabe para qué fue esa reunión”.
La eurodiputada de Podemos Idoia Villanueva ha acusado a las derechas de hacer un “uso grotesco del pueblo venezolano”, de no preocuparse por “el futuro de los jóvenes españoles y las personas que sufren cortes de luz” y ha abogado por “el diálogo y la negociación”, en lugar de “alentar rebeliones armadas”.
En la misma línea ha intervenido Sira Rego, portavoz de IU: “Este debate parece el berrinche de un niño pequeño que se ha quedado sin juguete. Ciudadanos, haciendo una piña bochornosa con la extrema derecha, ha abierto un debate que la Comisión Europea da por cerrado, mientras el Gobierno sube el SMI, mejora los servicios públicos y lucha contra la ludopatía”.
Leopoldo López Gil, padre del opositor venezolano Leopoldo López y eurodiputado del PP, ha acusado al Gobierno, también, “de violar las sanciones”, al igual que la eurodiputada checa de Renew Dita Charanzová, quien ha intervenido en castellano para recuperar el argumento de la credibilidad: “Lo que está en juego es la credibilidad de la UE”. Algo replicado a continuación por el socialista Javi López: “La credibilidad que se erosiona es la de la Eurocámara, fiscalizando a los Estados. A ustedes les importa poco España y Venezuela”.