El PP discute qué hacer con Ciudadanos si se repiten las elecciones
¿Qué hacer con Ciudadanos de aquí al 26 de junio? Mientras el PP adjudica a Pedro Sánchez toda la culpa de que España aún no tenga Gobierno, la dirección del partido discute ya qué estrategia seguir con el partido que más votos les quitó el 20 de diciembre. De momento, los contactos entre ambas formaciones se han mantenido en un segundo nivel y se han centrado en los grupos parlamentarios. Pero en Génova los hay partidarios de acercar posturas y de que se allane el camino con un encuentro entre los máximos responsables, Mariano Rajoy y Albert Rivera.
“¿Cómo voy a atacar duro a Ciudadanos si tiene a mis votantes? Ni de broma”, afirmaba recientemente un miembro de la dirección del PP, que distinguía entre los dardos inevitables de los mítines y los ataques frontales que pueden poner en peligro una futura coalición. “El choque duro no nos va a salir bien porque a los que nos votaron en el pasado y ya no lo hacen, no los vamos a recuperar ahora. Lo que tenemos que hacer es convencerlos de que vuelvan, con paciencia e ilusionándolos otra vez”, reconocía.
Las encuestas más recientes indican que PP y Ciudadanos están cerca de sumar la mayoría necesaria en una repetición electoral que parece más segura cada día que pasa. Y con ese panorama, la reunión entre ambos líderes es una asignatura pendiente desde que se vieron en La Moncloa cuando Rajoy trataba de liderar la iniciativa. El acuerdo suscrito con Pedro Sánchez desencadenó una serie de ataques a Rivera por su papel de “muleta” del PSOE. Rafael Hernando, el portavoz en el Congreso llegó a llamarle “pichón”.
Pero en la cúpula conservadora la tendencia mayoritaria es olvidarse ya de las acusaciones de la campaña, incluidas las lanzadas por el propio Rajoy, que siempre se burló de su inexperiencia y de haber crecido políticamente “en los platós y las tertulias”. En cuanto a las de Rivera hacia su líder, aún escuece la petición a los diputados del PP de atreverse a “ser valientes y a cortar por lo sano”. Descartada la renuncia de Rajoy en favor de otro candidato del PP, la obligatoriedad de acercar posturas se impone. Pero para dar ese paso, en Moncloa quieren comprobar la ruptura del pacto entre PSOE y Ciudadanos.
La misma condición se exige para que haya un nuevo contacto de Rajoy con Sánchez, a pesar de que hace un mes el presidente en funciones se comprometió a intentarlo. En palabras de la vicepresidenta durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, esa llamada se producirá “cuando la cosa caiga por su propio peso”. Soraya Sáenz de Santamaría evitó cualquier concreción: “Todo apunta a que no tardará mucho”.
Acto por la unidad de España en Barcelona
Precisamente en Barcelona, donde empezó Ciutadans cuando aún no había traducido su nombre al castellano, el PP celebra este sábado la tercera de las cinco convenciones centradas en su oferta de pactos al PSOE. Esta vez lleva por título “Pacto por el fortalecimiento institucional” aunque se hablará también de regeneración, es decir, que la corrupción se abordará de forma indirecta.
Sáenz de Santamaría presidirá una de las mesas de debate mientras que de la otra se hará cargo Alicia Sánchez Camacho. Desde la capital catalana, el PP tratará de erigirse en único garante de la unidad de España, pese a la competencia del partido de Rivera. La idea es presentar al líder de Ciudadanos como una víctima del engaño de Sánchez, al que consideran dispuesto a vender a su socio en cualquier momento a cambio del apoyo de partidos independentistas o favorables al derecho a decidir.
Con estos actos a los que se invita a personalidades de la sociedad civil para que participen en las mesas redondas el PP se mantiene movilizado para unas elecciones anticipadas. Aún quedan dos más, dedicados al pacto educativo y a la fiscalidad.
A pesar de haber escogido Barcelona, Rajoy sigue sin haberse reunido con el president de la Generalitat, Carles Puigdemont. Con la cita de este viernes con Pablo Iglesias, Rajoy es el único de los candidatos que todavía no ha mantenido un encuentro institucional en la sede del Govern. Desde que Puigdemont relevó a Artur Mas, sólo se han saludado en dos ocasiones. La última, el homenaje a las víctimas del accidente de Germanwings en el aeropuerto de El Prat.