El Partido Popular afronta dividido el debate sobre el futuro de Mariano Rajoy al frente del partido. La cúpula de la formación se ha vuelto a dividir. Por un lado, los que creían que Rajoy debería haber dimitido para mantener opciones de que el PP se mantuviese en el poder. Frente a este bloque están los que apoyan la decisión del presidente de no rendirse y aguantar el pulso con el PNV hasta el final.
La secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, se ha visto obligada a salir en rueda de prensa para frenar los rumores, algunos de los cuales provenían directamente de su Gobierno. En esa comparecencia se ha mostrado rotunda: “Mariano Rajoy no va a dimitir”. A la pregunta de si Rajoy se queda al frente del PP, las dudas han asomado en la ministra de Defensa que se ha limitado a señalar que “no es el momento” para abordar ese punto.
Tampoco es seguro que Rajoy mantenga su escaño. El líder del PP baraja, según fuentes parlamentarias, la posibilidad de hacerlo para quedarse al frente de la oposición y pilotar sin prisas la nueva vida del Partido Porpular y la renovación que prepara la formación política.
El PP vive estas horas en estado de shock. “Cientos de personas se van a quedar sin trabajo en cuestión de días”, aseguran fuentes del grupo parlamentario. Ministros, secretarios de Estado, asesores, equipos de comunicación y diverso personal de confianza asignado a los Ministerios perderán sus empleos actuales de manera inmediata. En Génova saben que tendrán que hacer sitio a quienes lleguen tras la caída del Gobierno. El temor a la pérdida del empleo también es una realidad en la sede central del Partido Popular.
El vicesecretario general del PP, Javier Arenas, ha sido el encargado de frenar otro posible incendio: los barones. El veterano político ha llamado, uno a uno, a los presidentes provinciales del PP para pedirles calma. Según fuentes de la dirección del PP, Arenas ha convocado a los principales dirigentes de la formación a una reunión de la Junta Directiva Nacional, que se celebrará la próxima semana. Hasta ese encuentro, en el que que Rajoy deberá comunicar sus planes de futuro, la dirección de la formación ha pedido calma y silencio.
La mudanza imposible
El traspaso de poderes es otra de las dificultades que deberá afrontar Rajoy, pero, también, Pedro Sánchez. La situación actual es inédita y apenas deja margen para que el presidente saliente tenga tiempo de recoger sus cosas en el palacio de La Moncloa. Cuando Zapatero fue sustituido por Rajoy, los equipos de ambos partidos estuvieron reunidos “más de una semana”, asegura una de las personas que participó en la organización de aquel cambio de Gobierno. “Intercambiamos miles de papeles”, asegura la misma fuente.
Cuando un presidente pierde el puesto tras unas elecciones, tiene más de un mes para preparar su salida. Entre la noche electoral y la investidura pasa un periodo de tiempo suficiente para organizarla. En este caso, moción de censura mediante, el traspaso se debe producir este mismo fin de semana.
Está previsto que Pedro Sánchez tome posesión de su cargo este mismo sábado. Las fuentes consultadas aseguran que será imposible que, tras hacerlo, pueda instalarse en La Moncloa con normalidad. La mudanza se presenta complicada en tan poco tiempo.