Todo es Koldo García para el PP. La amnistía, la economía o la supuesta crisis migratorias ya no existen. El partido de Alberto Núñez Feijóo ha decidido centrar toda su potencia de tiro como oposición al Gobierno en el presunto caso de corrupción en la compra de material sanitario durante la pandemia que implica, entre otros, a quien fuera estrecho colaborador de José Luis Ábalos en el Ministerio de Transportes. El pase al Grupo Mixto del ex secretario de Organización del PSOE no es suficiente para el PP, que ha puesto en la diana no solo a otros ministerios y autoridades que pudieron operar con la misma trama, sino en el propio presidente del Gobierno.
“Usted lo sabía y lo tapó”, le ha espetado este miércoles Feijóo a Pedro Sánchez durante la sesión de control. “Las responsabilidades no acaban en Ábalos”, dijo el lunes el portavoz del partido, Borja Sémper. “Es una cortina de humo”, apuntó el martes el portavoz parlamentario, Miguel Tellado, sobre la caída en desgracia de Ábalos y las peticiones de responsabilidad política que el PSOE le ha exigido.
En el PP no van a soltar la presa. Un dirigente del partido aseguraba este martes tras la comparecencia de Ábalos que el que fuera 'número tres' de Sánchez en el partido dejaba ya de ser importante para ellos. “Ya no vamos a hablar más de él”, avanzó. Y este miércoles, aunque sí se han hecho referencias a Ábalos, el PP ya ha dado por amortizado el fusible quemado y ha centrado su estrategia en quienes aún permanecen en el Gobierno o su órbita.
La ofensiva parlamentaria estaba ya planteada desde la semana pasada, cuando el juez instructor dio el visto bueno a la operación policial que derivó en una veintena de detenciones y en diferentes registros por parte de la Guardia Civil. El PP registró entonces hasta seis preguntas sobre la trama para la sesión de control de este miércoles.
Pero incluso aquellas preguntas referidas a otros asuntos, como la de Borja Sémper sobre la “igualdad” de las mujeres en las competiciones deportivas, en referencia a la supuesta ventaja que podrían tener las atletas trans, se convirtieron en un alegato contra el Gobierno por el 'caso Koldo', que para el PP ya es el 'caso Sánchez'. O Manuel Cobo, quien fuera vicealcalde de Madrid en la década pasada y quien ha aprovechado un cuestionamiento sobre el CIS al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, para abundar en las críticas por la supuesta trama de corrupción.
De la agenda del PP han desaparecido casi del todo así los otros asuntos que han copado sus argumentarios en las últimas semanas y meses. Aunque este miércoles la secretaria general, Cuca Gamarra, ha mencionado la amnistía en su 'cara a cara' en el Congreso, solo lo ha hecho de pasada y para criticar que ahora el Ejecutivo quiera convertirse en un adalid contra la corrupción, cuando la ley de amnistía, ha recordado, busca perdonar delitos como la malversación.
Pero la medida de gracia que negocia el Gobierno con Junts para salvar a Carles Puigdemont se ha convertido en un producto tóxico para el PP, después de las revelaciones de diversos medios de comunicación, entre ellos elDiario.es, sobre los planteamientos de Feijóo para una “reconciliación” en Catalunya, y que pasan también por algún tipo de perdón a los políticos pendientes de juzgar por el procés independentista de la pasada década.
Y el 'caso Koldo' ha venido a sacar la amnistía del foco a una semana de que termine el plazo para que PSOE y Junts cierren un acuerdo.
Tampoco ha logrado el PP que la economía se convierta en un elemento de tracción contra el Gobierno. Pese a que existen datos que confirman el empeoramiento de las condiciones de vida de las personas más desfavorecidas por el incremento de los precios, el Ejecutivo ha logrado capear el temporal gracias, entre otras cosas, a las subidas del SMI y la mejora del mercado laboral.
Comparecencias y preguntas
Pero la corrupción es otro asunto. En el PSOE son conscientes del daño que les hace entre sus bases. El martes por la tarde, un destacado dirigente parlamentario reconocía que en las agrupaciones socialistas se ha discutido mucho por la amnistía, pero la corrupción es un disparo a la línea de flotación del partido y del Gobierno.
Como ha recordado Pedro Sánchez en los últimos días, su llegada a la Moncloa se produjo a lomos de un escándalo de corrupción, el 'caso Gürtel', y de sus múltiples derivadas, entre ellas el uso de la Policía Nacional y del aparato del Estado para espiar a rivales, fabricar pruebas contra ellos y destruir las que afectaban al propio PP.
Si el Gobierno de Sánchez tiene como bandera la lucha contra la corrupción, el escándalo de las presuntas comisiones ilegales le afecta de lleno. Y limita, además, el discurso del PSOE contra la forma en la que Feijóo llegó a la cúspide del PP.
Por eso la oposición ha redoblado su ofensiva contra el Ejecutivo con una batería de preguntas por escrito y comparecencias urgentes de altos cargos de la que ha informado este mismo miércoles.
El PP ha pedido que el ministro Bolaños dé explicaciones ante el Pleno del Congreso para “informar sobre la responsabilidad del Gobierno” en el cobro de las presuntas comisiones ilegales de las que ninguno de sus ministerios participó siquiera de forma indiciaria.
También del ministro de Transportes, Óscar Puente, cuyo departamento sí fue, según la investigación, el centro de la trama cuando lo dirigía Ábalos. Puente ofreció ayer una rueda de prensa tras analizar los contratos en duda.
Pero el PP ha pedido las comparecencias en comisión de, por ejemplo, el subsecretario de Transportes o de los máximos responsables de las empresas públicas EMFESA, ADIF, Puertos del Estado o de Correos, entre otras. En este último caso, el PP señala la emisión de un sello conmemorativo del Zamora CF, cuyo presidente está también señalado en la trama de corrupción.
Los diputados del PP también han registrado una batería de preguntas para que el Gobierno responda por escrito sobre las responsabilidades políticas en la trama y en los cargos y excargos investigados por la Audiencia Nacional.