“Yo solo dije que estaba sobre la mesa” se excusaba este lunes Andrea Levy a cuenta de la rectificación de Luis de Guindos a sus palabras sobre una rebaja del IVA cultural. La vicesecretaria de Estudios y Programas del PP mantiene que el ministro de Economía no la desautorizó y confirma que el asunto “está en estudio como muchas otras propuestas”.
Su compañero en la dirección del PP, Pablo Casado, distinguió entre las “expectativas” del partido y el “balance de gestión de la legislatura en curso” al que se refería Luis De Guindos. Como guinda, el mantra que repiten todos los conservadores desde que se decretó la subida: “En nuestro ADN está bajar los impuestos”.
Levy es la responsable de elaborar el programa electoral con el que su partido concurrirá a las elecciones generales y debe tener listo un primer borrador a mediados de septiembre. Aunque en el Ministerio de Montoro confirma que no están trabajando en ese sentido, sí advierten de que una “orden política” de Mariano Rajoy bastaría para incluirlo en el programa para las elecciones de diciembre. “Es una decisión de Presidencia”, indican desde Hacienda.
El tira y afloja sobre la conveniencia de reducir el tipo del 21% que se aplica a los bienes culturales ha sido continuo en el seno del Gobierno desde que anunció la subida, en julio de 2012. Solo tres meses después, en septiembre, el entonces ministro de Cultura hablaba de que era “una medida excepcional” y de la voluntad del Gobierno de dar marcha atrás en cuanto la recaudación lo permitiera.
“Es una medida excepcional y cualquier medida que se toma para resolver una situación excepcional puede tener vuelta atrás. Todos estamos ansiosos por resolver una situación que no nos gusta”, reconocía José Ignacio Wert sobre el aumento del impuesto y la necesidad de rebajar el tipo del 21%. Como el resto del Gobierno, lo justificaba por la necesidad recaudatoria y hablaba de “situación revisable en cuanto la situación fiscal lo permita”.
Desde entonces, la promesa de atender a la reclamación pero sin ponerle fecha ha sido una constante. Al año siguiente, en junio de 2013, Wert volvía a insistir en que el Ejecutivo “estaba abierto a revisar la decisión”. Es más, admitía que la subida había tenido “efectos reales” en la menor asistencia del público al cine y resto de espectáculos.
Seis meses después, el titular de Cultura daba un paso más allá y se refería a la posibilidad de extender a todos los bienes culturales la aplicación del 10% que se había decidido para las obras de arte. La decisión se justificaba con el argumento de que facilitar la compraventa de objetos de arte buscaba “evitar la deslocalización de un sector significativo del mercado del arte”.
Wert aseguró que la decisión era “la expresión de la voluntad que tiene el Gobierno en su reforma fiscal de ir progresivamente atendiendo las demandas del sector cultural en esta materia”. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, habló de “un primer paso”. “Así se anticipa una rebaja del IVA cultural”, anunció tras el Consejo de Ministros del 24 de enero de 2014.
Dentro del Ministerio de Cultura quien más dio la batalla fue José María Lassalle. El secretario de Estado de Cultura llegó a asegurar que Hacienda tenía previsto rebajarlo al 10% y que ya estaba trabajando en ello. El principal responsable de ese trabajo, Montoro, se dedicó a ganar tiempo y pidió paciencia: “Nos tienen que dejar trabajar. Iremos paso a paso”. El ministro afirmaba también que su departamento estaba inmerso “en una reforma fiscal de la cultura”.
Ya en marzo de este año, era el propio Rajoy quien aseguraba que la decisión no era “inmediata”, pero que llegaría en función de la situación económica. “A día de hoy no se va a bajar el IVA cultural, pero no se descarta”, declaró Rajoy. Para evitar poner una fecha, el jefe del Ejecutivo recomendó prudencia.
Como es lógico, el sucesor de Wert también pidió a Hacienda una medida con la que aplacar al sector de la Cultura. Íñigo Méndez de Vigo confirmó nada más llegar al cargo que así se lo había solicitado a Montoro. El titular de Cultura no fue demasiado contundente en la exigencia y reconoció que la tarea de Montoro es “enormemente difícil para hacer las cuentas bien”.
Pero la fecha aproximada la acabó poniendo el propio Rajoy, aunque por error, hace ya más de año y medio. El presidente se encontraba en Vigo, en un mitin, cuando recordó que en 2015 iban a bajar “el IRPF, el IVA (en referencia a las obras de arte) y el impuesto de Sociedades” y acabó metiendo la pata. “En 2016 va a bajar el IRPF otra vez, Sociedades otra vez, y me ha traicionado el subconsciente hace 30 segundos y no voy a entrar en más detalles”.