El PP intenta ahogar Gürtel con las críticas a la plurinacionalidad de Pedro Sánchez

Sin margen para tomar asiento ni los cien días de cortesía normales cuando se accede a un puesto, el Partido Popular salió este lunes en tromba para criticar a Pedro Sánchez, recién elegido como secretario general del PSOE y especialmente su propuesta de “plurinacionalidad” como un “juego con la ambigüedad en pleno desafío secesionista” en Cataluña. El ataque furibundo a la “radicalidad y oposición extrema” de Sánchez trataba de difuminar otra semana negra en los tribunales para el PP con la citación a declarar de varios exdirigentes de la formación conservadora por el caso Gürtel.

Este martes pasan por los juzgados el exsecretario general del PP y expresidente del partido en Andalucía Javier Arenas; el exsecretario general del partido y exministro de Justicia, del Interior y de Administraciones Públicas Ángel Acebes; además del exministro del Interior Jaime Mayor Oreja; el exvicepresidente del Gobierno y exministro de Economía Rodrigo Rato y el ex eurodiputado y exportavoz de los 'populares' en la Eurocámara Gerardo Galeote. Este lunes tuvo que declarar ante el juez el exministro de Fomento Francisco Álvarez Cascos.

La declaración de los exdirigentes del PP en los juzgados no se trató ni siquiera en el Comité Nacional de Dirección que tiene lugar cada lunes, a pesar de que uno de los miembros del Comité, Javier Arenas, tiene cita con el juez este martes.

La virulencia el ataque de los populares no tiene nada que ver con la postura que mantuvo Rajoy tras la victoria de Pedro Sánchez en las primarias que se celebraron el pasado 21 de mayo. Entonces, el presidente del Gobierno se mostró tranquilo y resignado: “Para mí no cambia nada en el PSOE. No va a haber adelanto electoral. No voy a disolver la cámara, intentaré buscar apoyos en otros sitios”.

“No veo por qué no se van a producir acuerdos con el PSOE. Sobre la unidad española, sobre la política Europea, sobre la política de defensa... Hemos sacado adelante temas importantes en las cortes, con los socialistas hemos llegado a acuerdos como en el techo de agosto y no lo hemos conseguido con el decreto de la estiba. intentaré llegar a entendimiento si se puede. Después de siete meses solo en el Gobierno, después del disparate de 2016, conmigo no cuenten para dar inestabilidad en España”, argumentó entonces el presidente.

La posición ha cambiado radicalmente. “Hasta la celebración del Congreso socialista de este fin de semana, la actitud del PP ha sido impecable: Hemos respetado sus procedimientos internos y no hemos opinado. La tregua se ha acabado”, justificó el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, para argumentar el ataque político de la formación conservadora a Sánchez.

A pesar de que el propio Pedro Sánchez se mostró contrario al independentismo en su discurso de clausura del congreso del PSOE y que responsables socialistas como José Luis Ábalos se han posicionado claramente contra el referéndum unilateral que pretende organizar el Ejecutivo de Carles Puigdemont el 1 de octubre, desde primera hora de la mañana del lunes la maquinaria de los populares se puso en marcha para colocar a Pedro Sánchez como una nueva amenaza para la unidad de España.

Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios y Programas, señaló que “el PSOE utiliza subterfugios y equidistancia para no tener una posición clara ante el desafío independentista” mientras que el vicesecretario general de Organización, Fernando Martinez Maillo, aludió al “complejo podemita” de Pedro Sánchez para “plantear soluciones en forma de nacionalismo, de seudonacionalismo que, sin duda no van a contribuir a solucionar nada y que sin duda son claramente incompatibles con el planteamiento de una soberanía nacional por parte de todos los españoles”.

“Nos preocupa la contemporización de Pedro Sánchez con los independentistas”, añadió el vicesecretario de Comunicación. Unas declaraciones que se repitieron en boca de varios dirigentes populares como el presidente del PP catalán, Xavier García Albiol.

“No nos ha gustado el Sánchez que hemos visto este fin de semana, más rencoroso y radical. Se puede entender como estrategia política que no quieran ser el 'nasty party' en el País Vasco y Cataluña pero no se puede ir de pirómano. Está haciendo los mismo que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, cuando la lió en Cataluña con Pascual Maragall y el Estatut”, argumentan fuentes del PP.

En este contexto, desde el Partido Popular se rebaja la crítica de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, todavía no haya llamado a Pedro Sánchez para felicitarlo por su nombramiento en el Congreso socialista y para concertar una cita para “tratar temas de Estado”. Rajoy solo hizo un “llamamiento al entendimiento” con Sánchez para tratar los temas importantes con la idea mantener “moderación, tranquilidad, concordia y buenas formas, y no crispación y generar problemas donde no los hay”.

“Algunos prefieren dar paseos por la carrera de San Jerónimo”, se defendió Casado apuntando que hay encuentros que exigen “discreción”, al recordar las caminatas entre Sánchez y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, durante las negociaciones de investidura entre el PSOE y la confluencia de izquierdas.

Más aún cuando, según Casado, los socialistas han vuelto “otra vez al cordón sanitario contra el Partido Popular” que solo responde a “los jeroglíficos psicológicos del PSOE” como estrategia política para “intentar arañarle unos votos a Podemos”.