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Laia Ortiz, de ICV, se ha dirigido a un hemiciclo medio vacío y sin ningún miembro del Gobierno presente para pedir a los diputados que se pongan en el lugar de los que llegan a una casa sin luz o gas en invierno. “O imagínense tener que elegir entre poner la estufa o cenar”, les ha dicho la diputada. Casi todos los grupos parlamentarios ya estaban convencidos y han votado a favor de que se tramite una proposición de ley para atajar la situación y para que las eléctricas no corten los suministros a quienes no pueden pagarlo. Al menos, durante los meses de frío.
Solo el PP se ha negado, con el argumento de que el Gobierno ya lucha contra el fenómeno con varias medidas. Entre ellas, la reforma laboral.
Para defender su propuesta, Ortiz les ha aclarado que la pobreza energética no es “una plaga bíblica” sino un problema que afecta ya al 18% de los hogares españoles, según la encuesta sobre condiciones de vida de 2012 y que este año alcanzará al 22%. Como causas generales, ha señalado la pobreza en general, la desigualdad y un paro que roza el 26%. Pero también el empobrecimiento de los que sí tienen un puesto de trabajo con sueldos que no dan para pagar las facturas de los suministros básicos. A todo ello, ha añadido, hay que sumar las continuas subidas de la luz en los últimos años más la que se avecina para enero.
Los beneficios de las compañías eléctricas
La solución, ha dicho, no implica un mayor gasto presupuestario sino pedir responsabilidad a las cinco grandes compañías eléctricas que no dejan de incrementar sus ganancias con márgenes de beneficios que doblan a las de otros países europeos: “Es un expolio a los ciudadanos por parte de un oligopolio”. Ortiz ha denunciado además la “obscenidad” que supone que el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, criticase medidas similares de la Junta de Andalucía con la alusión a la “cultura del todo gratis” mientras él cobra al año 7 millones de euros. Entre otras propuestas concretas para esta ley, Ortiz pedía la reducción del IVA de los suministros al tipo más bajo ya que es una necesidad básica.
Con matices, se han mostrado de acuerdo todos los grupos parlamentarios, aunque el PP impidió que se aceptara la tramitación. Uno detrás de otro, los portavoces han hablado de “ultraliberalismo salvaje en los servicios esenciales”, de estampas propias de las novelas de Dickens en los hogares españoles y hasta acusaciones al Gobierno de “terrorismo social” por parte de Joan Tardà, de ERC. Al sentirse ofendido el PP por la alusión, el diputado se ha avenido a retirar sus palabras.
Tras expresar su solidaridad con los que no pueden calentar su casa en invierno y asegurar que al Gobierno “no le falta sensibilidad”, el diputado del PP Mario Flores ha anunciado el voto negativo del PP. Flores ha asegurado que los planes contra la exclusión social, las partidas extra en los presupuestos para los más desfavorecidos y la reforma laboral son medidas eficaces contra un problema “agudizado por la pesadilla heredada del déficit tarifario” en época del PSOE.