El despido de Luis Bárcenas se ha convertido en una pesadilla para todo el PP y especialmente para su secretaria general, que ha tenido que enfrentarse de nuevo a muchas preguntas en la rueda de prensa habitual de los lunes. Arropada por sus tres vicesecretarios, María Dolores de Cospedal lidió como pudo con el asunto. Entre las pocas cosas que quedaron claras es que el PP se niega a difundir el presunto finiquito del extesorero, porque “saldrá en el proceso judicial”.
En cuanto a la indemnización cobrada por Bárcenas, la responsable del PP asegura que fue un pago “en diferido” y que los pagos mensuales constituyeron “una simulación” de su sueldo.
En cuanto pronunció la palabra “simulación”, Cospedal se dio cuenta de que había metido la pata y se puso visiblemente nerviosa. Intentó arreglarlo con escaso éxito y acabó diciendo el nombre de Bárcenas, una palabra que aún no ha salido de boca de Rajoy pese a que habló durante horas de corrupción en el debate sobre la nación.
Pese a estos titubeos, la secretaria general se esforzó en dejar claro que Bárcenas dejó de tener relación con el PP en 2010 y que las retenciones de IRPF y la cotización de Seguridad Social se le pagaron durante dos años más “porque se quiso hacer como hay que hacerlo”.
Cospedal trató de justificar la incongruencia y argumentó que “los servicios jurídicos entendieron en su día que ese acuerdo entre partes era válido”. Ahora, dijo, “seguramente sería distinto”. Lo que sí contestó de forma clara es que Jesús Sepúlveda no ha disfrutado de ese trato porque ha cobrado la indemnización “de una sola vez”.
Lógicamente, se le preguntó si Bárcenas está sometiendo al PP a un chantaje, dado que a la contabilidad publicada se suma un acta notarial en la que consignó que recibía los donativos al partido junto a su predecesor, Álvaro Lapuerta. Cospedal contestó que ni el PP ni Mariano Rajoy aceptan chantajes y que solo puede extorsionar “quien tiene algo para hacerlo”. De esta forma, la secretaria general negaba verosimilitud a los papeles publicados y volvía a calificarlos de “apócrifos”.
De momento, Cospedal ha sido la única dirigente del PP que ha presentado una demanda contra Bárcenas y el diario El País, aunque el partido dice tener “una estrategia conjunta”. La secretaria general no especificó qué acciones judiciales se presentarán contra Bárcenas y sólo aseguró que estarán listas “esta semana”. Lo mismo dijeron en el PP hace siete días.
Según la número dos del PP, Rajoy es también partidario de entablar demandas de forma conjunta como el resto de la cúpula de su partido. Cospedal precisó que esta cuestión no está del todo decidida y se somete a debate en el partido. El problema parece estar en que el presidente del PP y el del Gobierno resultan ser la misma persona.
En la única cuestión en la que Cospedal fue realmente clara fue a la hora de describir el poco entusiasmo con el que las firmas auditoras han acogido su petición de revisar la contabilidad del partido. “Estamos todavía con ese asunto porque no es fácil encontrar auditorías que quieran hacerlo, ellos sabrán por qué”. Pese al contratiempo, en el PP no tiran la toalla y buscan a quien valide sus cuentas.