“La transparencia es básica”. “Aquí no hay ni transparencia”. “¿Qué haremos nosotros? Pues en primer lugar, transparentar”. Son tres frases del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en una reciente entrevista. Una denuncia a la opacidad de la que, dice la oposición, abusa el Gobierno. Un canto a la claridad en la gestión pública. Una apuesta por ofrecer toda la información si el gallego llega a la Moncloa. Un compromiso en firme que, hoy por hoy, Feijóo no cumple consigo mismo ni con su partido. Pese a que la ley obliga a hacer públicos los sueldos de sus dirigentes, el PP oculta el salario, si lo hubiera, de su presidente, el de toda su dirección así como el de destacados cargos orgánicos como la tesorería.
No solo Feijóo ha arrojado la transparencia contra el Gobierno. De hecho, las revelaciones del llamado caso Mediador han dado pie a otros dirigentes del PP a reclamar claridad al Ejecutivo. El coordinador general, Elías Bendodo, se preguntaba este jueves “cuántos diputados se reunieron” con el supuesto conseguidor de la trama. “Tiene que decir los nombres de todos en un ejercicio de transparencia”. Un día antes era la secretaria general, Cuca Gamarra, quien anunciaba el registro de una solicitud para una comisión de investigación parlamentaria sobre el escándalo. La 'número dos' de Feijóo exigió en una comparecencia ante la prensa la “máxima transparencia” al PSOE.
También en el ámbito internacional ha atacado el PP al Gobierno con el arma de la supuesta falta de transparencia. La gestión de los fondos europeos es un paradigma del uso de las instituciones para intentar socavar al Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos. Pero, como en otros casos, el intento de Feijóo, quien intentó usar de forma partidista una misión del Parlamento Europeo, incluso para asuntos como la ley del 'sólo sí es sí' tampoco pudo esgrimir en este caso ningún titular favorable.
La “transparencia” que él exige al Gobierno no se la aplica a sí mismo, incluso yendo contra las leyes. El PP incumple la Ley de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno aprobada hace una década bajo la mayoría absoluta de su propio partido y con Mariano Rajoy como presidente. La norma, en su artículo 8. f) obliga a hacer públicas “las retribuciones percibidas anualmente por los altos cargos y máximos responsables” de las entidades afectadas por el texto, que recoge explícitamente a los “partidos políticos”.
Una simple visita por la web de Transparencia del PP basta para comprobar que el partido de Feijóo incumple la ley. De hecho, no hay información nueva de la dirección que asumió el mando del partido en abril de 2022 tras la defenestración de Pablo Casado. Son muchos los enlaces que no funcionan, llevan a páginas inexistentes o apuntan a documentos de hace años.
elDiario.es ha preguntado al PP por la ausencia de esta información, sin obtener respuesta al cierre de esta información.
En cuanto a los sueldos, que la ley de transparencia exige expresamente que sean públicos, ni rastro. La única referencia a salarios se refiere a “retribuciones de altos cargos” en el Gobierno. Un enlace que parece heredado de cuando el PP ocupaba la Moncloa, pero de eso han pasado ya casi cinco años.
Las retribuciones percibidas anualmente por los altos cargos y máximos responsables de las entidades incluidas en el ámbito de la aplicación de este título
De la retribución de Feijóo, ya sea en forma dineraria o en especie, ni rastro. Ni de los emolumentos de su dirección o de ningún alto cargo del partido que no forman parte del Comité Ejecutivo, como la tesorera, Carmen Navarro, a quien el gallego recuperó después de que Pablo Casado la destituyera por su implicación judicial en los escándalos económicos del PP, destrucción de los ordenadores de Luis Bárcenas y financiación ilegal incluidos.
La transparencia brilla tanto por su ausencia que, por no saberse, no se sabe de forma oficial ni siquiera quién cobra o deja de cobrar del partido. La excepción es el portavoz y último fichaje, Borja Sémper, quien dejó su puesto en la consultora EY para intentar afianzar el perfil supuestamente moderado de su hoy jefe de filas.
A diferencia del resto de la dirección del PP, Sémper no ejerce ningún cargo público y cobra de la organización, según confirmaron desde el partido tras su regreso a la política el pasado mes de enero. Buena parte del Comité Ejecutivo del PP ocupa cargos electos con remuneración, bien por elección directa o tras ser promocionados a ellos por parlamentos autonómicos, como en el caso del propio Feijóo al Senado.
Oscurantismo también en el Senado
En la Cámara Alta tampoco constan las retribuciones de Feijóo al margen de su sueldo como senador. El líder de la oposición fue aupado a la dirección del PP en abril de 2022. Y no asumió su cargo en Madrid hasta finales de mayo. Pero en su declaración de bienes no figura su salario en el PP, sino lo que recibió en 2021 como presidente de la Xunta ya que la normativa de la Cortes especifica que “las rentas que han de declararse son las percibidas en el ejercicio económico anterior a la fecha de la declaración”.
El lapso de tiempo entre su elección como presidente del PP y su entrada al Senado le permite a Feijóo ocultar en su declaración el dato de cuánto cobra del partido ya que la ley obliga a diputados y senadores a informar “de sus bienes patrimoniales, tanto al adquirir como al perder su condición de parlamentarios, así como cuando modifiquen sus circunstancias”.
Pero las “circunstancias” no han cambiado. Así, un agujero en esta norma permite a Feijóo evitar rendir cuentas ante el Senado. Algo que tampoco parece lo más relevante para el PP puesto que la ley de transparencia sí obliga a hacerlo, pero la organización se niega a cumplirlo.
En la Cámara Alta el sueldo de Feijóo era en 2022 de 70.121 euros brutos al año, aunque ahora ha ascendido hasta los 72.952,6 por el aumento de algunos conceptos, como la “indemnización” por “los gastos que le origine la actividad de la Cámara”, al ser supuestamente un senador desplazado desde Galicia. Feijóo vive en la capital y, de hecho, es propietario de un piso que compró en 2021.
Esa vivienda forma parte del patrimonio de Feijóo que en apenas dos años creció en más de 600.000 euros gracias a la venta de otra vivienda, esta vez en la localidad pontevedresa de Moaña. Feijóo nunca consignó en sus declaraciones de bienes ante la Xunta o el Parlamento de Galicia el valor de dicha propiedad, que casi siempre figuró como un terreno sin edificar pendiente de ser valorado. Luego, simplemente desapareció y en su lugar apareció dos depósitos bancarios de medio millón de euros, así como un abultado plan de pensiones y una cantidad de dinero en cuenta corriente de casi 200.000 euros. Feijóo aprovechó para reordenar su declaración de bienes, sin detallarlo públicamente su paso de la política gallega a la madrileña, todo un ejercicio de transparencia.
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