El PSOE lleva años prometiendo en sus programas una reforma electoral que permita, entre otras cosas, “mejorar la proporcionalidad” en el reparto de escaños. Lo acordó con Albert Rivera en el pacto con Pedro Sánchez. La aritmética parlamentaria lo permite ahora que no hay mayoría absoluta de ningún partido. Sin embargo, los socialistas aseguran que se sentarán con el resto de fuerzas, pero advierten de que no se modificará el sistema si el PP no está de acuerdo.
“Cuando hablamos de las reglas del juego, de arquitectura institucional y jurídica no se puede hacer entre dos o tres partidos. Hay que contar con un amplio consenso de la Cámara”, ha expresado la número dos del PSOE, Adriana Lastra, ante el acercamiento de Unidos Podemos y Ciudadanos, las fuerzas antagónicas que se han aliado con el objetivo de cambiar un sistema que beneficia a los grandes partidos.
El discurso del PSOE es idéntico al del PP. Los dos grandes partidos apelan a la necesidad de tener consenso para que una reforma de esas características pueda salir adelante.
El consenso de las “grandes fuerzas”
“Todas esas propuestas hay que abordarlas con calma”. “Hay grandes cuestiones de Estado a las que hay que llegar con el acuerdo de los grandes partidos”. “Cualquier reforma que afecte a la arquitectura institucional o jurídica de este país no se puede hacer con el acuerdo de sólo algunos partidos dejándola al albur de una mayoría parlamentaria que puede cambiar”. Las dos primeras frases son del PP; la tercera, del PSOE.
La pelota se la pasan ahora desde Génova a Ferraz, donde en mayor o menor medida, se verían perjudicados por el cambio del sistema. El PP descargó la responsabilidad de que su compromiso con Ciudadanos para la investidura de Mariano Rajoy pudiera efectuarse en los socialistas, al asegurar que sería necesario el consenso. El PSOE asegura ahora, igualmente, que no se puede realizar una modificación de ese calado sin contar con los de Rajoy.
“El PP, teniendo mayoría absoluta en otras legislaturas, no ha acometido la reforma de la ley electoral porque por muchas mayorías absolutas que se tengan hay grandes cuestiones de Estado a las que hay que llegar con el acuerdo de los grandes partidos”, ha expresado este jueves el portavoz de Cultura del PP, Ignacio del Río, tras el primer acercamiento de Irene Montero y Juan Carlos Girauta. Del Río ha puesto como ejemplo la aplicación del 155: “Se ha esperado antes a contar con ese consenso fundamental. Si no hay un acuerdo con las grandes fuerzas políticas mejor no acometerlo”.
Una subcomisión que no trabaja
El acuerdo de las cuatro grandes fuerzas es una quimera que apenas se ha conseguido en lo que va de legislatura y solo ha sucedido en cuestiones menores. PP y PSOE se escudan, además, en que ese trabajo para cambiar el sistema electoral debe realizarse en la subcomisión abierta en el Congreso para ese objetivo. Sin embargo, Unidos Podemos y Ciudadanos la ven inútil porque no avanza. Un ejemplo: en cinco meses solo recibió dos comparecientes. En total, solo se han producido cinco comparecencias relacionadas con el voto rogado. Es insuficiente para Pablo Iglesias y Albert Rivera.
Fuentes de la dirección socialista aseguran que el PSOE, que nunca ha concretado cuál sería su apuesta para reformar el sistema pese a las promesas de campaña, hará una propuesta en el marco más amplio de una reforma constitucional. La modificación de la Carta Magna sí obliga a que se sume el PP. Por el momento no hay un pronunciamiento oficial sobre el planteamiento en el que trabaja el responsable de Estudios y Programas de la Ejecutiva, José Félix Tezanos.
En un artículo en la revista 'Temas para el debate', Tezanos aboga por ampliar el número de diputados hasta 450 (para lo que habría que tocar la Constitución, que fija una horquilla de entre 300 y 400). Estos parlamentarios adicionales procederían de una 'lista de restos' nacional, a la que irían a parar los votos que en todas las circunscripciones provinciales no hayan conseguido escaño, según recoge Europa Press. Fuentes de la dirección socialista apuntan a que la propuesta que los de Sánchez harán en firme próximamente puede ir en esa línea.
PP y PSOE han cargado, además, contra Unidos Podemos y Ciudadanos acusándoles de querer cambiar el sistema en su beneficio. “Un sistema electoral no se cambia de la noche a la mañana para beneficiar a unos o a otros”, advirtió el portavoz del PP, Rafael Hernando.
La socialista Adriana Lastra ha subrayado además que la nueva propuesta que hace Unidos Podemos supone un cambio respecto a otras defendidas en el pasado por Pablo Iglesias: “Parece que les beneficia más. No conozco a nadie que haga una propuesta que no le beneficia”, aseguró la número dos del PSOE, que acusó a ambas formaciones de pensar con fines exclusivamente “electoralistas” al sacar “la calculadora” en vez de preocuparse por los problemas de los españoles, según dijo.
Poco consenso: solo en eliminar el voto rogado
Además, ha subrayado que una reforma electoral no puede centrarse únicamente en el cambio de la distribución de los escaños sino que debe abordar “los derechos” de los electores, como la eliminación del voto rogado. En eso ya están de acuerdo las cuatro formaciones. Pero es en lo poco que hay consenso por ahora.
PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos coinciden también en la necesidad de regular los debates electorales. Otra de las cuestiones que ha puesto encima de la mesa Unidos Podemos ha sido la rebaja de la edad de voto a los 16 años. El PSOE está de acuerdo, pero la rechazan PP y Ciudadanos que, junto al PNV, tumbaron esa propuesta de ERC en el Congreso.