Por primera vez desde que estalló el caso de las tarjetas black, el PP ha tenido que contestar a preguntas sobre el escándalo que ha afectado a los consejeros y directivos de Cajamadrid nombrados por el propio partido. Dado que 28 de los que disfrutaron de la tarjeta como un sobresueldo en negro accedieron a sus puestos a propuesta del PP, Carlos Floriano ha asegurado que en Génova entienden el enfado de los ciudadanos.
“La indignación que se deriva del uso de las tarjetas la sentimos como propia”, ha asegurado este lunes Floriano en una rueda de prensa en la que el nombre de Rodrigo Rato ha salido a relucir varias veces. El número dos de Cospedal se ha limitado a anunciar que el proceso para interrogar a los 16 usuarios de las tarjetas que tienen carnet del partido ya ha empezado aunque no ha ofrecido ningún detalle. Desde que se anunció que se haría, han pasado ya seis días.
El presidente del Comité de Derechos y Garantías del PP, Alfonso Fernández Mañueco, ya les ha abierto expediente informativo, que es el primer paso, según indican los estatutos internos. El plazo inicial para concluir el proceso es de dos meses, aunque todo hace prever que será antes.
Lo que no ha hecho el partido es dictar una suspensión cautelar ni prometer una expulsión segura. Según fuentes internas, no es tan sencillo y se intenta evitar que los afectados se acojan a que no se ha respetado el procedimiento. Aun así, Floriano ha dicho que espera que el proceso esté finalizado “lo antes posible”.
Floriano ha recordado varias veces que los que ocupaban un cargo “ya han presentado su dimisión”, pero no ha respondido si, como formación política, el PP debe pedir perdón a los ciudadanos por el ejemplo que han dado los suyos.